Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Democracia en juego
José García Segura
El izquierdista Pedro Castillo, principal aliado de Andrés Manuel
López Obrador en el “Proyecto América Latina” fue destituido como
presidente del Perú, acusado de rebelión, corrupción e “incapacidad
moral”
El aliado del Obradorato se olvidó del partido que lo llevó al poder;
las fuerzas armadas le negaron apoyo y la fiscalía peruana lo meterá a
la cárcel, al menos durante 10 años.
Conforme a lo informado, Pedro Castillo asumiría este día 14 en Lima
la presidencia Pro Tempore de la Alianza del Pacifico, integrada por
Chile, Colombia, México y Perú.
El bastón de mando lo transferiría el Ejecutivo mexicano.
Además de cárcel por corrupción y por tratar de disolver el Congreso,
el expresidente peruano será expatriado.
Además de “desaparecer” el Congreso, Castillo dijo que gobernaría
mediante decretos; También ordenó un toque de queda, pero, por
tratarse de una medida anticonstitucional, no entró en vigor.
En las últimas horas Perú eliminó a un presidente dictatorial y
eligió, por primera vez, a una mujer como mandataria.
Las fuerzas armadas condenaron el intento golpista de Castillo en
tanto su abogado de plano abandonó la defensa.
México abrió la puerta a un aliado; es decir, de inmediato ofreció
asilo político al depuesto gobernante.
No se sabe si el presidente Obrador enviará el avión presidencial (que
no ha podido vender) por el peruano del mismo modo que ordenó al
canciller Marcelo Ebrard fuera por el dictador de Bolivia, Evo
Morales.
“André Manue” responsabilizó a lo que llamó “elites económicas” del
Perú, de lo sucedido al último de sus aliados, a su amigo.
Dina Boluarte, quien ejercerá el poder hasta julio de 2026, llamó a
una tregua en tanto empuja una Asamblea Constituyente.
Para Pedro Castillo es el fin de su carrera política.
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