La suerte de Cuitláhuac, el indeseable
¿Capturado el perro, se acabó la rabia?
Por fin cayó el criminal más buscado; el más mediático; el más retorcido del oscuro y enrome poder criminal michoacano.
La Tuta era el rostro cínico de la impunidad, nos dice el analista en seguridad, Alejandro Hope; ¿la cereza del pastel que le faltaba a Peña Nieto?
Verdugo de varios gobernadores, un Comisionado Federal, por lo menos cuatro alcaldes y un Gerber de la política; sanguinario señor de horca y cuchillo; iluminado mesiánico, exitoso empresario negro; azote de limoneros, aguacateros, ganaderos y comerciantes… el señor del miedo.
Servando Gómez Martínez, se cansó de desafiar al sistema, a cada policía, a cada soldado, en cada video y en cada entrevista…
El modesto profesor de primaria devino en el gran demonio solitario; enfrentará procesos criminales por secuestro, homicidio en agravio de 12 policías federales (13 junio 2009) y civiles, extorsión, tráfico de drogas y armas, delincuencia organizada, delitos contra la salud; además, soborno de autoridades municipales, estatales, policiales y militares para encubrir ilícitos… y lo que se acumule.
Sería mezquino escatimar el logro mayúsculo del gobierno por la ca0ptura de La Tuta, y minimizar el impacto político y oxigenante a favor del régimen… pero también sería omiso no preguntar: ¿enchiquerado el “perro” se acabó la rabia?
Ciertamente Los Caballeros Templarios –y su líder La Tuta– ya estaban severamente debilitados; arrinconados; con poca capacidad de movilización, pero “la detención no alterará la ecuación de seguridad en el estado (…) no significa la pacificación de la Tierra Caliente dónde seguirá habiendo niveles muy elevados de violencia criminal (…) ¿Qué lo explica? Entre otras cosas, la proliferación de grupos armados irregulares, algunos abiertamente criminales como Los Viagras, Los H3 o el Cártel de Jalisco Nueva Generación, para disputarse los espacios vacantes y las rentas ilícitas”, remata el especialista Alejandro Hope.
Efectivamente, el cáncer criminal sigue enquistado en ese “estado de emergencia”; la ilegalidad no llegó a Michoacán con La Familia y no se irá con La Tuta y sus Templarios… el problema de fondo es la debilidad –por venalidad– del andamiaje político. Mientras las instituciones carcomidas por la delincuencia no sean reconstruidas desde los cimientos no habrá victoria ni paz… por muchos capos que se capturen.
EL MONJE LOCO: ¿Jesús Murillo Karam, es la víctima 44 de Ayotzinapa y por eso lo mandan a nadar de muertito? ¿Era el único funcionario desgastado? ¿Por qué si hay otros cartuchos aun más quemados, cansados y apestados, no los remueven de una vez?
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