Ventana/José Cárdenas

Aurelio Nuño Mayer aprendió muy rápido la lección que le dio la CNTE disidente de Guerrero la semana pasada.
El secretario de Educación Pública aplicó la experiencia para evitar que en Chiapas se repitiera el intento de sabotaje a la evaluación docente. Sorprendió a los maestros “rebeldes” de la Sección 7; metió a mil 800 profesores en la Escuela Nacional de Protección Civil, en Ocozocuautla, y los encerró a piedra y lodo, policías federales de por medio, hasta la conclusión de la prueba.
Afuera, la reacción de quienes no contaban con la astucia federal fue iracunda. Los inconformes con la aplicación de la reforma educativa protestaron con violencia ante la impotencia; arremetieron contra el cerco policial y en la furia se llevaron entre las ruedas de un transporte de pasajeros a uno de los suyos –David Gemayel Ruiz Estudillo– quien perdió la vida. Además hubo cuatro heridos, un profesor y tres policías agredidos con piedras, palos y cohetones. Seis maestros están detenidos… y van para largo.
El tamaño del despliegue oficial corresponde al tamaño de la amenaza; el esfuerzo para aplicar la ley es proporcional al tamaño de las embestidas de la disidencia que gritará represión de la fuerza pública y para exhibir a un gobierno tirano.
Como sea, el mensaje de la SEP es para todos los maestros que sepan leer.
En materia educativa poco a poco se están venciendo resistencias. La reforma es tan profunda que cambia paradigmas y afecta intereses de algunos liderazgos mal entendidos como cacicazgos que se resisten a perder privilegios.
Esta vez, el Gobierno no se anda con chiquitas. La reforma educativa es la prioridad y quien pretenda retar su aplicación debe estar dispuesto a asumir las consecuencias de sanciones como la retención de sueldos, la expulsión del sistema educativo, y dado el caso, la aplicación de la ley a secas para evitar delitos derivados de las protestas.
El gobierno está abierto al dialogo que enriquezca el intercambio de ideas a favor del cambio educativo en beneficio de quien más lo merece: alumnos, padres de familia y desde luego los profesores.
EL MONJE LOCO: Para quien madruga siempre hay otro que no duerme…
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