Abanico/Ivette Estrada
El proyecto fue “reventado” en histórica consulta cívica sin incidentes mayores, a pesar de medio centenar de denuncias difundidas en redes sociales.
El resultado a favor del NO DEBE también es una derrota en el ánimo político del Jefe del GDF, para burla de sus adversarios.
No se va a recuperar el espacio para elevar la dignidad urbana mediante una inversión cercana a los mil millones de pesos –en 18 meses. No se construirá una torre de edificios (donde ahora hay un estacionamiento de la policía) ni una plataforma elevada donde instalar espacios para la promoción de la cultura y el entretenimiento, el solaz, el ocio y el descanso.
La obra contemplaba reutilizar la Glorieta del Metro Insurgentes; aprovechar el suelo actual para reordenar la zona, conectar de nuevo las colonias Juárez, Roma y Condesa; ofrecer vialidad los ciclistas y paso a los peatones; ampliar la plaza de la Estela de Luz, darle continuidad a la zona de rascacielos de Reforma y terminar con el espanto de la terminal de camiones de Lieja y Circuito Interior.
No, dijo la mayoría de vecinos de la Delegación Cuauhtémoc. El proyecto fue rechazado por la “consulta ciudadana” organizada por el Instituto Electoral del DF, auspiciada por la oficina de inversiónes de la CDMx, y manipulada por la fuerza de la propaganda y la demagogia promovidas por Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Monreal, disfrazado de jefe delegacional tolerante y propositivo.
Nada, todo estaba decidido. El proyecto, por ajeno, no iba a pasar; no iban a permitir a Miguel Ángel Mancera colgarse una medalla. Se salieron con la suya.
La derrota del proyecto CCChapultepec es también la victoria de un modelo de sabotaje permanente.
Morena y su fanaticada hicieron todo cuanto pudieron para boicotear el proyecto; acusaron una intentona privatizadora, y cuando esa izquierda radical, dogmática y a su modo totémica habla de la privatización, lo hace con la reverencia de los yihadistas cuando alguien se atreve a hacer una caricatura del profeta.
Lástima. Ganó el graffiti.
DATO DURO: Nada quedó al azar. El tremendo juez de la tremenda corte será presidente por tercer periodo consecutivo. El recurso de las magistradas Petra Quezada y Concepción Ornelas para impedir la reelección de Edgar Elías Azar fue rechazado. Once años sumará ese señor al frente del máximo tribunal de Justicia del DF. Lo ocurrido será legal, pero no ético, en abono al desprestigio institucional.