Libros de ayer y hoy
La Divina Comedia 2.0
Aquí no ha pasado nada, aunque decirlo haga que sí pase…
El Presidente de la República y su secretario de Hacienda quedan en estado de gracia; rechinando de limpios…
El bochornoso escándalo de las casas de Las Lomas y Malinalco, entraña cuando mucho moral distraída, un pecado público, pero no una ilegalidad.
No sé quién esperaba otro resultado de la “exhaustiva” investigación del secretario de la Función Pública a su propio jefe y su cercanísimo responsable de las finanzas públicas.
La explicación de Virgilio Andrade deja muy claro que para configurar cualquier delito relacionado con el conflicto de interés hace falta un milagro.
Para demostrar torcidas preferencias oficiales hacia una empresa privada en la asignación de contratos se necesitan autorizaciones escritas y firmas delatoras, pero no cuando se trata de funcionarios que en lo privado pueden hacer con su dinero lo que les pegue la gana, aunque el simple hecho de establecer vínculos sospechosos al amparo del poder para obtener cualquier clase de beneficios debería suficiente para evitar prácticas perversa.
Pero las “influencias” de lo poderosos no se castigan; ante la ley –que está mal y debería modificarse– las relaciones ambiguas, por decirlo suavecito, no significan nada.
El gran escándalo del sexenio no tendrá consecuencias jurídicas. Al decir que la ley es la ley, Andrade –como Virgilio al Dante– nos guía para justificar –sin poesía– el resultado de las indagatorias, aunque para muchos la conclusión demuestre que el derecho está chueco.
–¿Tiene sentido indagar la verdad cuando sólo es sospecha desechable?
Nueve meses de silencio, negación y una dosis de soberbia le costaron al Presidente de la República una profunda crisis de credibilidad.
–¿El Presidente paga la penitencia de sus pecados con una disculpa a destiempo?
Si bien las justificaciones del poder son inéditas, romper el silencio para contestar interpretaciones le da vigor y vigencia precisamente a esas interpretaciones. Eche un vistazo a algunos demonios “sueltitos” que causan embotellamientos en el tráfico ciberespacial con descalificaciones, cuestionamientos y “memes” sin fin…
EL MONJE LOCO: Burla, tomada de pelo, pellejos para el gato, dirán algunos suspicaces sobre la conclusión del secretario de las Función Pública. La realidad es una apariencia; cada quien tiene su verdad como si fuera la certeza final. El culpable se arrincona en un espacio estrecho en el cual nada cabe, pero tampoco nadie puede escapar.
@JoseCardenas1 | [email protected] | www.josecardenas.com