Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
No es noticia el altísimo nivel de rechazados de las universidades públicas. Desde antes de realizarse el examen de admisión a la UNAM sabíamos que 92 de cada 100 aspirantes no encontrarían lugar en la máxima casa de estudios. Lo mismo sucede en el resto de las universidades públicas del país; el IPN, la UAM y varios etcéteras carecen –por mucho– de capacidad para satisfacer la demanda de millones de jóvenes con aspiraciones legítimas de cursar una carrera.
La SEP ofrece 40 mil lugares que cubren apenas una mínima parte de lo necesario; en la UNAM 117 mil estudiantes quedaron fuera.
La dificultad para ingresar a una universidad apenas es el principio del drama.
La educación superior privada es una opción dudosa; la mayoría de los estudiantes carece de recursos suficientes para pagar la colegiatura, y quien lo logra, no tiene garantías sobre la calidad de la educación recibida; abundan las escuelas “patito”… y sus víctimas.
Según estudios de la UNESCO y la OCDE, 7 de cada 10 estudiantes mexicanos abandonan los estudios en escuelas públicas; en las universidades privadas la deserción ronda el 60 por ciento. Un gran porcentaje de quienes se gradúan caen en la frustración al verse condenados al desempleo. Hasta hace dos años, cuatro de cada diez egresados no encontraban trabajo.
La falta de oportunidades en la educación superior es un círculo vicioso. Mientras el 40 por ciento de los universitarios cae en la desocupación, las empresas no encuentran personal para cubrir el 26 por ciento de las plazas laborales debido a la mala preparación de los estudiantes egresados (Encuesta de Profesionistas CIDAC 2014).
Las escuelas no responden a las necesidades del mercado; el presupuesto de las universidades se recorta; el sistema está desmadejado; la bola de nieve crece tan rápido como el desempleo.
La educación superior es drama; otro gran fracaso inolvidable.
EL MONJE LOCO: ¿Por fin sabremos hoy la verdad oculta detrás del proceso de licitación, fallo y cancelación del “tren veloz” México-Querétaro?