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Indicador político
Alarma federal por el desgobierno imperante en Guerrero
Astudillo ha pedido a Peña entregar seguridad a la Marina
CNDH confirma el adelanto de Teléfono Rojo y la PGR acata
Guerrero vuelve a ser preocupación federal.
Tanto o más cuando Michoacán estaba a merced de Servando Gómez Martínez, La Tuta, y Los Caballeros Templiarios.
El estado vive en el desgobierno.
La administración de Enrique Peña Nieto observa con alarma cómo los índices de violencia han regresado a los meses previos a al secuestro de normalistas en Iguala, detonante de la peor crisis sociopolítica del sexenio.
La alarma es mayúscula porque está en juego la segunda fuente turística del país, Acapulco, donde todos los días se registran secuestros, asesinatos, ejecuciones, mutilaciones y un sin fin de delitos.
Este tema primó durante la entrevista del gobernador electo, el priísta Héctor Astudillo Flores, con el presidente de la república y juntos dieron los primeros pasos para un plan distinto de coordinación.
Convinieron impulsar un proyecto muy estrecho, no dado inclusive con Angel Aguirre Rivero pese a su gran relación personal con Peña Nieto desde hace más de una década, cuando ambos eran diputados y negociaban presupuestos sobre todo en materia de comunicaciones.
Hacia la población se acentuarán programas desde la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) con atención personal de su titular Rosario Robles.
LA MARINA ATENDERA SEGURIDAD PUBLICA
La seguridad pública la estrategia estará supervisada por el secretario de Marina, Francisco Soberón.
No está definido todavía operador del plan, pero vaya un candidato: Antonio Piza Vela, quien conoce muy bien Guerrero y sobre todo Acapulco, donde fue capitán de puerto.
Para desgracia de Guerrero, en el escenario el gobernador Rogelio Ortega Martínez es parte del problema.
No se le ve en funciones, en acción.
Como en Oaxaca, donde Gabino Cué ha abdicado de actuar contra la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) y por eso acudió en su rescate la federación, Ortega Martínez no encuentra la cuadratura.
No sorprende su petición de apoyo a la federación para atender problemas financieros para no caer en la insolvencia o, como él le llamó, la quiebra del gobierno de Guerrero.
Pero sí cuando ayer planteó una disyuntiva rayana en la ilegalidad:
-O nos declaramos en quiebra o adelantamos la toma de posesión.
Lo primero es posible, lo segundo no.
Héctor Astudillo Flores, quien ganó con todas las de la ley la elección de junio pasado, tomará posesión hasta el 27 de octubre y cuenta con tres meses para prepararse a recuperar la gobernabilidad.
Y si para Ortega Martínez es imposible dialogar con los maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero (CETEG), para Astudillo Flores no.
Ya inició pláticas de acercamiento a fin de reencauzar la vida institucional y cívica de la entidad.
IGUALA Y LA MANCHA NORMALISTA DE MURILLO
1.- Como aquí adelantamos la semana pasada –Nuevos tragos amargos para Enrique Peña, titulamos el 17 de julio-. la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) confirmó la falta de reconstrucción de hechos en los crímenes de Iguala.
Lo demás era esperado: como ha instruido a todo el gabinete, el presidente pidió allanarse a las recomendaciones a la procuradora Arely Gómez.
El interés está centrado en aclarar el secuestro, asesinato e incineración de normalistas, una mancha de Jesús Murillo Karam, actual secretario de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.
Y 2.- tras la fuga de Joaquín El Chapo Guzmán se ha pasado revista a la situación de los reos mexicanos famosos.
Destaca uno: Andrés Granier.
El ex gobernador de Tabasco tiene problemas muy graves de salud desde su aprehensión y a sus males tradicionales se suman infartos, por fortuna hasta ahora sin un desenlace fatal.
Algunos médicos lo describen en peores condiciones a Elba Esther Gordillo, recluida en el mismo penal de Tepepan.