
México y Canadá, realidades distintas
TELEFONO ROJO
· Recuperación de Lujambio para la campaña panista
· Sus saldos en la SEP y cómo justificar una senaduría
· Calderón no quería más cambios en el gabinete, pero
Desde principios de semana circulaba una noticia esperanzadora en la cúpula gubernamental:
-Alonso Lujambio la había librado.
Un dato bueno entre muchos malos, sobre todo por los mil y un errores, alarmas y contratiempos en la campaña presidencial de la panista Josefina Vázquez Mota.
Ayer jueves hacia las 17:30 horas la señora Teresa Toca, esposa del ex secretario de Educación Pública, confirmó el dato.
El diagnóstico de optimismo proviene del doctor Bart Barlogie, director del Instituto para la Investigación y Terapia de Mieloma de la Universidad de Arkansas de Ciencias Médicas.
De acuerdo a sus datos, el problema de cáncer en la médula ósea ha desaparecido y ahora será necesario cuidarlo para evitar metástasis, la reaparición del mal en otra parte del cuerpo.
Hasta aquí la información pública.
La no difundida se refiere al estado de ánimo de Lujambio.
Está muy confiado, se siente fuerte, está deseoso de regresar a México, de reincorporarse a la política y sobre todo de hacer campaña intensiva con doble objetivo:
De una parte, sumarse a la débil cruzada proselitista de Vázquez Mota, quien no acaba de amarrar a los grupos panistas y les pide tregua para no frustrar sus ambiciones.
El ex aspirante con una de sus contrincantes internas.
De la otra, para aparecerse en todo el país a fin de apoyar a los demás abanderados panistas y, de paso, justificar de esta manera su candidatura plurinominal al Senado de la República.
EL ARRIBO EMERGENTE DE CORDOVA
Desde octubre pasado, cuando hubo noticias de la enfermedad de Alonso Lujambio, Felipe Calderón decidió dejarlo en la SEP.
Se lo ratificó más adelante a su regreso de Europa.
El presidente llegó de madrugada y del aeropuerto se fue sin escalas al hospital donde estaba internado Lujambio para expresarle su apoyo, darle consuelo y ofrecerle la infraestructura del gobierno para su tratamiento.
Todavía en enero, cuando Daniel Karam le puso un avión con equipo médico del Instituto Mexicano del Seguro Social para enviarlo a Arkansas, se le mantuvo en el cargo.
Rodolfo Tuirán, encargo del despacho, lo declaró y lo aclaró por instrucción superior.
Se aguantó a Lujambio hasta el límite del registro de candidatos al Senado de la República y, llegado el plazo, Calderón encomendó al doctor José Angel Córdova atender la pacificación del gremio magisterial, negociar el incremento salarial y, sobre todo, dar vigencia al Alianza por la Calidad de la Educación (ACE), paradójicamente el compromiso firmado por Josefina Vázquez Mota con Elba Esther Gordillo pero incumplido por ella y su sucesor.
La pretensión del presidente Calderón era no hacer más cambios en el gabinete.
CALDERON QUIERE TERMINAR FUERTE
Si la enfermedad de Alonso Lujambio no hubiese sido tan grave, tal vez seguiría en la SEP.
O se le habría encomendado algo muy importante, como la campaña presidencial azul.
No es así y, para colmo, al parecer no hay tranquilidad en el gabinete.
Contra la voluntad del presidente Felipe Calderón, no todas las áreas marchan como él desea y son malas noticias, sobre todo para quienes no gozan del reconocimiento.
Se está en tiempo de campaña y se necesita el respaldo de toda la estructura institucional para asegurar la continuidad del proyecto panista como lo concibe el propio mandatario.
Está por saberse si se escoge a quienes al parecer no cooperan como se espera de ellos para apuntalar la imagen del gobierno.
El antecedente directo de estos cambios fue Fernando Gómez Mont, quien criticó abiertamente las alianzas del PAN con el PRD y enfrentó a su impulsor, el ex dirigente panista César Nava.
Hoy las cosas simplemente no van, como lo ha declarado con precisión Vicente Fox, quien sacó al PRI de Los Pinos y hoy avizora su regreso a través del mexiquense Enrique Peña Nieto.
De haberlas, estas modificaciones serían resonancia de la mala campaña presidencial.