
Política al margen
TELEFONO ROJO
* Rebelión burocrática por la imposición de Cordero
* De Swaan y la peor crisis en la historia de la Cofetel
* El empresariado se Sinaloa pide apoyo a Peña Nieto
En las estructuras de los gobiernos estatales panistas se incuba una rebelión.
Son pocos gobiernos, pero la presión cada día es mayor para poner recursos, influencia y organigramas a disposición de Ernesto Cordero, cada vez de manera más ostensible y con mayores riesgos en un proceso al cual le empiezan a poner lupa.
La vigilancia viene de fuera, cierto, como es denuncia del priísta Sebastián Lerdo de Tejada contra la candidata presidencial Josefina Vázquez Mota, a quien le han retirado sus spots por mentirosos y abusivos.
Pero los controles crecen también adentro.
Cordero se colgó de la queja tricolor ante el Instituto Federal Electoral (IFE) porque ha visto un cambio de actitud desde el poder, donde por lo visto ya están resignados en la victoria de Vázquez Mota.
Seguramente el flujo de información de Roberto Gil Zuarth ha sido muy útil con su ex jefe.
El desamparo es uno de los peores consejeros y la consecuencia es la espiral a la cual han ingresado los tres panistas: Vázquez Mota y Cordero con las denuncias mutuas, Santiago Creel con sus pregones de libertad porque no obedece ni a la línea ni a compromisos con Felipe Calderón.
Las encuestas no le dan posibilidades, pero su imagen se ha reforzado entre los panistas con derecho a voto.
Tal vez no le alcance para ganar, pero esas simpatías contribuyen a un riesgo: quien gane puede hacerlo desprestigiado y sin garantías de unidad.
Estamos a una semana de ver los primeros resultados.
MONY DE SWAAN SE QUEDA SOLO
Ha habido demasiada paciencia en Los Pinos para Mony de Swaan, bajo cuya presidencia la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel) vive su peor crisis.
Ese órgano regulador se ha partido: de un lado De Swaan; del otro los cuatro consejeros restantes: Ernesto Gil Elorduy, Gonzalo Martínez Pous, Alexis Milo y José Luis Peralta.
Es decir, Mony de Swaan contra todos.
¿A qué le tira?
Anuncia decisiones de Estado en comunicados luego desconocidos sobre la pospuesta tercera cadena de televisión y así aparece la polarización, el desorden.
De nada han servido el exhorto del Poder Legislativo, aprobado por unanimidad a propuesta del priista César Augusto Santiago, para aclarar contratos por 200 mil dólares otorgados sin concurso a amigos de De Swaan, quien luego confirma sus fines de semana en la casa de campo de uno de esos amigos suyo, Peter Bauer.
No habían iniciado las averiguaciones administrativas y penales de la Secretaría de la Función Pública (SFP) y la Procuraduría General de la República (PGR) cuando aparecieron nuevos conflictos internos en la Cofetel.
Fuentes internas revelan cómo varios funcionarios de la Comisión advirtieron del riesgo de contratar el despacho jurídico de Pablo Ojeda, denunciado por la agencia Reuters, pero en lugar de subsanarse esos privilegios se de pidió a Luis Gerardo Canchola Rocha su renuncia a la Dirección General de Defensa Jurídica por denunciar esos contratos indebidos.
Otro problema reciente se dio en Comunicación Social: De Swaan despidió a Fernando Arias -por orden de Los Pinos, dijo, y eso molestó al equipo de Felipe Calderón- para sustituirlo con Angelina Mejía.
Como ésta fuera vetada desde Presidencia, entonces De Swaan optó por Edgar Yemán García Turincio.
En ese desorden vive la Cofetel y, mientras la SFP y la PGR callan, De Swaan confiesa destinar la tercera parte de su salario -alrededor de 35 mil pesos mensuales- por la renta de una casa de campo en Valle de Bravo.
¿Tanta libertad económica tiene?
S.O.S. DE EMPRESARIOS SINALOENSES
Además de hacer presencia con un acto multitudinario, unos 15 mil priístas, Enrique Peña Nieto prosiguió ayer su esquema de reunirse, escuchar y sellar compromisos con empresarios.
El acto público fue en las instalaciones de la Feria Ganadera de Culiacán.
Luego acudió a casa de su amigo Estaquio de Nicolás, cabeza de Homex.
El convocó a Leoby Carranza, el atunero más fuerte del país, y a los principales horticultores de Sinaloa, un emporio venido a menos en los últimos años: Ernesto Echavarría, René Carrillo y Sergio Paredes.
También estuvieron el dueño de la cadena hotelera El Cid, Carlos Berdegué, y Rubén Coppel, cabeza de las tiendas de su apellido, así como Juan Manuel Ley.
Todos centraron la discusión en los temas más sensibles: la difícil situación del campo mexicano, los problemas de seguridad pública, la falta de crecimiento y de generación de empleos.
No los escuchan, se quejaron, y mucho menos los atienden.