La suerte de Cuitláhuac, el indeseable
TELEFONO ROJO
· El INM está en manos de una funcionaria cesada
· Angeles Ocampo, Raquel Sevilla y las denuncias
· 40 por ciento del personal no tiene evaluación
Pasada la luna de mil, como la definiera el presidente Enrique Peña, empiezan a aparecer los pendientes de la nueva administración.
Uno de ellos está donde más dolores de cabeza se generaron para el país y para el panista Felipe Calderón, y donde se espera un cambio radical en el nuevo gobierno: la política migratoria.
Es un compromiso del nuevo jefe de Estado.
Las condiciones no son favorables, salvo si parte de cero.
Durante todo el sexenio de Calderón los medios se saciaron de noticas nacidas de los abusos contra extranjeros, fueran o no en tránsito hacia Estados Unidos.
Histórico fue el escándalo internacional por los 72 migrantes asesinados en San Fernando, Tamaulipas, pero hubo otros muchos para nutrir una abultada antología criminal.
A cada hecho se reproducían los compromisos de purgas en el Instituto Nacional de Migración (INM), lo cual supuso el despido de cientos de funcionarios de nivel bajo y medio.
Una de esas remociones fue la de Angeles Ocampo, quien se desempeñaba como coordinadora de Control y Verificación, a raíz de abusos documentados por el sacerdote Alejandro Solalinde por agentes de migración en el trayecto del tren conocido como La Bestia, que corre por Chiapas, Oaxaca y Veracruz.
A raíz de aquellas denuncias se suspendieron los operativos pero, sorpréndase:
Hoy Angeles Ocampo es la encargada del INM.
UNA TERRIBLE HERENCIA DE GUSTAVO MOHAR
Por lo investigado, no hay intención de nombrar comisionada a Angeles Ocampo.
Sin embargo, no está claro por qué regresó y alcanzó tanto poder.
Seguramente tenía la confianza de los dos comisionados calderonistas, Cecilia Romero y Salvador Beltrán del Río, aunque ambos fueron muy cuestionados.
Bajo su mando se dieron los escándalos y por ellos ese órgano desconcentrado es cuestionado en su transparencia y actuación.
Ella se fue tras el crimen de los 72 migrantes conocido el 25 de agosto de 2010, y a Beltrán del Río se le acusa de tener una mano muy temblorosa para actuar.
Por esa razón no habría cumplido las promesas presidenciales de limpia y reestructuración.
Adelante daremos más datos.
Ahora la pregunta es: ¿por qué regresó Angeles Ocampo?
Respuesta: ante la falta de liderazgo de Beltrán del Río, alguien recomendó al subsecretario Gustavo Mohar Betacourt la reinstalación de Ocampo y dio la instrucción al comisionado.
Regresó ella y con ella las denuncias por abusos y maltratos de los agentes, por supuesto a cargo de Ocampo, contra quienes cruzan el país en busca de una vida menos pobre y más digna.
Fuentes del Instituto dan otro dato:
Ocampo hace mancuerna con gestores carentes de cédula profesional para ejercer como Raquel Sevilla, lo cual está a disposición de los órganos de control del nuevo gobierno.
Como fuente de investigación tienen los nuevos señalamientos de maltrato y las denuncias de corrupción como lo ha señalado el padre Alejandro Solalinde, cuyo Premio Nacional de Derechos Humanos fue entregado por el propio presidente Enrique Peña.
Es decir, las prácticas del INM no encajan en los propósitos del mandatario.
REFORMAR EL INSTITUTO O PARTIR DE CERO
Esta dicho: el INM es una institución a la deriva, sin rumbo ni capitán.
Se habla como candidato viable a un procurador estatal.
Mientras se toma la decisión, van otros datos:
Salvador Beltrán del Río dejó de ser comisionado el 30 de noviembre.
Desde entonces la cabeza visible es Angeles Ocampo.
El gobierno anterior se fue sin dejar solucionado nada, ni la plena aplicación de la norma migratoria el reglamento de la Ley de Migración es letra muerta- ni un Instituto Nacional de Migración con viabilidad.
Para colmo, está la polémica sobre la Ley General de Víctimas, con su filón de aplicaciones con migrantes atacados y explotados por el crimen organizado y funcionarios sin escrúpulos.
¿Qué encontraron el presidente Peña Nieto, el secretario de Gobernación Miguel Angel Osorio Chong y la subsecretaria Mercedes del Carmen Guillén Vicente, hermana del subcomandante Marcos?
Una institución inoperante y sin personal calificado.
Tienen pruebas: más de 40 por ciento de los 25 mil servidores del INM no han sido evaluados.
Y de los 15 sometidos a pruebas de confianza, gran parte no las superaron.
Por ello se fueron más de 600 agentes.
Eso a pesar del compromiso de Felipe Calderón de culminar en 2011 ese proceso de acreditación.
Corresponderá a Peña Nieto tomar la decisión final, pero la disyuntiva está planteada: ¿vale la pena preservar un organismo así o mejor partir de cero?
Toma fuerza la segunda opción.