Libros de ayer y hoy
TELEFONO ROJO
* Cómo el panismo hizo de la pobreza una industria
* Ejército de 100 mil personas para repartir dádivas
* Los más pobres tienen más hijos para los apoyos
Estamos por descifrar un gran misterio de los gobiernos panistas.
¿Cómo lograron multiplicar por millones a los pobres, si nos prometieron el cielo en la República Mexicana y año con año subieron los recursos para los programas de combate a la miseria?
Recordamos al guanajuatense lenguaraz cuando anunció un vocho y un changarro para todos.
El automóvil con forma de escarabajo resultó una utopía porque ya ni siquiera se fabrica en México y solamente el Gobierno del Distrito Federal (GDF) les otorga placas para taxis, aunque por ecología y por ley debiera prohibirlos.
Y el changarro para todos de Vicente Fox terminó como el poema aquel de La Lechera -Llevaba la lechera su cántaro al marcado -, y el cuento terminó no en el suelo como el cántaro hecho añicos con el cual compraría pollos, cerdos y luego vacas para enriquecer su iluso futuro -yo sí que estoy contenta con mi suerte-, sino en en la fábrica de ambulantes en la vía pública.
Y del gobierno de Felipe Calderón ni para qué hablar.
Una nota del ex dirigente priísta Humberto Moreira con datos del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) y del Banco Mundial (BM) es muy precisa:
Durante tres años, de 2006 a 2009, el gobierno de Felipe Calderón llevó a la pobreza a cinco mexicanos por minutos, según el dirigente nacional del PRI, Humberto Moreira, quien afirmó que la cifra de pobreza aumentó en más de diez millones en esos años.
Según Moreira, quien utilizó las cifras del Coneval y del BM, el gobierno calderonista sumó 5.9 millones de mexicanos a la pobreza de 2006 a 2008, y que de 2008 a 2009 sumó 4.2, lo que en total da 10.1 millones de mexicanos sumados a las filas de la pobreza.
Esto equivale a siete mil mexicanos a la pobreza por día. Por hora a 292. Y por minuto a cinco.
Con esos datos, Moreira convocó a una cruzada para revertir esta tendencia, pero en su lugar encontró la persecución y, finalmente, el cese como presidente del PRI.
EL EJERCITO PANISTA DE SANTOS CLOSES
Las cifras todavía no están cerradas.
Hay muchas maneras de analizarlas y de presentarlas.
El trabajo de sistematización y precisión, ordenado por el presidente Enrique Peña y coordinado por su secretaria de Desarrollo Social, Rosario Robles, apenas está en elaboración y en unos días -a más tardar un par de semanas, se cree- se dará a conocer.
No se matizarán.
A ese doloroso cuadro se llegó pese a la multiplicación de recursos y de programas.
Los hay de todos los signos.
Para tan magna tarea la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), durante el panismo -desde Josefina Vázquez Mota hasta Heriberto Félix- multiplicó también la burocracia.
He aquí un dato escalofriante: en el momento de reparto de recursos el número de personas dedicadas a entregarlo rebasaba las 100 mil.
Cuando escucharon semejante cifra, Rosario Robles, su brazo derecho Ramón Sosamontes y los equipos de Luis Videgaray y Miguel Angel Osorio Chong se quedaron con los ojos cuadrados:
¿Más de 100 mil personas para atender programas?
¿Acaso no Felipe Calderón y Heriberto Félix anunciaron con fanfarrias la bancarización de esos recursos, lo cual incorporaría a millones y millones de beneficiarios al sistema financiero nacional, les crearía un historial y reduciría los costos?
Ignoro cuál será el veredicto de Peña, Robles, Videgaray y compañía, pero cabe una especulación:
-Pues por ese barril sin fondo se iban miles y miles de millones de pesos de nómina sin oficio ni beneficio.
Porque esos 100 mil burócratas no trabajan -¿o trabajaban?- gratis, ¿verdad?
MUCHOS PROGRAMAS Y UN SOLO PADRON
El anuncio no quedará en el inevitable juicio al pasado, aunque tampoco irá tras persecuciones.
Los propósitos pueden ceñirse al refrán chino:
-Dale pescado a un niño y comerá una vez; enséñalo a pescar y comerá toda la vida.
En esa esencia está el compromiso de no fabricar más pobres mediante los programas asistenciales del gobierno federal, tal y como pasó con los gobiernos de Vicente Fox y Felipe Calderón.
En aras de esos objetivos se racionalizará la política asistencial y el primer paso será aglutinar en Sedesol todos los programas.
Nada de Oportunidades es manejado por la secretaría, el reparto de leche por Liconsa, la distribución de la canasta básica por Diconsa y así sucesivamente.
Tanto programa y tanta dispersión da origen a fuga de recursos, ineficacia en las metas, carencia de control en quienes los operan y muchos otros males con cargo al erario y a la situación social del país.
Porque, ¿sabe usted?, ni siquiera hay un padrón de beneficiarios.
Cada programa o dependencia tiene el suyo, a su gusto e incompleto.
Ya no será así: habrá un solo padrón y todo mundo conoceremos al beneficiario, por qué lo recibe y si a cambio retribuye algo a la comunidad.
Antes de darle el dato más espeluznante, le digo uno:
En el mismísima ciudad de México, la urbe con mayor disponibilidad de servicios y oportunidades de empleo, hay familias enteras que viven exclusivamente de la asistencia pública y ninguno de sus miembros trabajan: los ancianos tienen pensiones del Gobierno del Distrito Federal (GDF) y de la federación, las madres solteras tienen ayuda, los niños becas, Liconsa les da leche barata, no falta Oportunidades y así sucesivamente.
Más de 20 programas dedicados a ellos a cambio de nada.
-¡De nada! -me remarcó Rosario Robles cuando se asomaba a esa realidad y todavía no tomaba posesión como secretaria de Estado.
¿A qué a llevado esto?
Agárrese: a hacer de la pobreza una industria.
Prometí asombrarlo:
-Los más pobres entre los pobres han visto en la procreación una manera de incrementar sus ingresos y, por lo tanto, ienen hijos a granel para ser incorporados a más programas y mayores beneficios.
Cuando vea la repercusión en la tasa demográfica, ya sabe dónde está un origen.
¿Ya entendió por qué la política social es un fracaso?
Espere el diagnóstico de Peña y Robles