Libros de ayer y hoy
* Peña y López toman posiciones en el PRI y PRD
* Barrera aplica la política de tribus
¡a la ALDF!
* Televisa, Iusacell y el mercado de 400 mil millones
De manera silenciosa los dos presidenciables más avanzados toman posiciones en sus partidos.
Andrés López se fortalece política y estructuralmente en el PRD, donde sus principales operadores -Dolores Padierna y René Bejarano- tienen posiciones claves.
La primera es secretaria general del partido y Bejarano llega a socavar la influencia de Los Chuchos, a controlar el aparato perredista como antes lo hizo en el Distrito Federal y le falló en la campaña presidencial.
En 2006 no pudo montar una organización paralela al PRD en todo el país por algo muy simple: tenía el veto social por las fortunas en dólares de Carlos Ahumada cuando desde la secretaría particular de López influía en la asignación de obras, controlaba contratos, designaba funcionarios y ordenaba pagos.
Ese pudor ha sido envuelto en pragmatismo.
La ambición del Peje es la Presidencia y la cita es 2012.
AGUILAR, CARGO CLAVE EN EL PRI
En el PRI todo se alinea para Enrique Peña Nieto.
Suyos han sido los nombramientos mexiquenses: su experto en finanzas Luis Videgaray a la presidencia del partido, Carlos Iriarte a Organización y encima de todos el hidalguense Miguel Angel Osorio Chong.
En ellos ha descargado la obligación de llevar al triunfo a Eruviel Avila y retener el estado de México, antesala de la contienda presidencial de 2012.
El Comité Ejecutivo Nacional del PRI, por su parte, se arma también con cuadros probados y de extrema confianza de Peña Nieto.
Los arribos de Humberto Moreira y Cristina Díaz pasaron por su mano cuando se elaboraba el consenso.
A la tercera posición -atrás de la presidencia y de la secretaría general- arriba quien le fortaleció el PRI en el estado de México y le dio la gran victoria de 2009, Ricardo Aguilar.
Tarea gigante la de Aguilar, pues deberá reorganizar donde hay priístas sin partido, cuadros abandonados, organizaciones al garete, divisiones añejas, traidores supervivientes en el PRI y hasta comités cuyos dirigentes reciben en sus cuentas personales las prerrogativas estatales del partido.
Ese es el PRI oculto, herencia de más de dos lustros de abandono.
BARRERA, POLITICA DE CAMORRA
La ALDF fue víctima de la política cavernaria perredista.
La presidenta Rocío Barrera, ignorante de los procedimientos parlamentarios, incurrió ayer en varios errores.
Negó la tribuna al diputado panista Rafael Calderón Jiménez para defender su propuesta sobre la Ley de Mercados y ordenó descontar dietas a quienes no estaban presentes en el recinto.
Entre éstos figuraba la jefa del control político, la también perredista Alejandra Barrales, quien se encontraba en otro local de la Asamblea para inaugurar una reunión sobre transparencia.
La acompañaban Guillermo Orozco, de PRD-Convergencia, y Lía Limón, del PAN, quienes en el edificio contiguo a la Plaza de la Constitución destacaban el esfuerzo de Barrales por mejorar y clarificar las cuentas de la Asamblea.
Esta encomienda fue ignorada por la tribal Rocío Barrera, en cuyas manos están las decisiones de elevar la calidad de vida de los capitalinos.
Una mujer dada para la camorra, no para la política.
MUNDO DE TELECOMUNICACIONES
Atrás de la promesa de Televisa y Iusacell para convertirse en alternativa para el consumidor hay muchos datos sociales y económicos.
Por su conducto los consorcios televisivos pretenden dar fluidez al mercado de las telecomunicaciones, en el cual la telefonía móvil es fundamental.
Esta tiene un valor anual estimado en 30 mil millones de dólares -más de 400 mil millones de pesos- y en cuatro años las ventas rebasarán los 35 mil millones de dólares.
Más de 20 mil millones de dólares provendrán de teléfonos celulares.
Tras ese mercado van las empresas de Emilio Azcrraga -Es importante sentar las bases de una estrategia de medios y telecomunicaciones exitosa e integrada- y Ricardo Salinas Pliego.
A partes iguales, porque Televisa y el Grupo Salinas tendrán en Iusacell mitad y mitad de capital, explotarán los servicios de cuarta generación (4-G).
Hoy tienen cuatro millones de usuarios e infraestructura en 70 por ciento del territorio nacional.
Desde esa plataforma persiguen la sana competencia.