
Indicador político
TELEFONO ROJO
· La Maestra juega con su permanencia y la disidencia
· Planear quedarse y decidir su suerte con Peña Nieto
· Correctivos para maestros ambiciosos y desbocados
Los maestros pueden llevarse muchas sorpresas.
Los maestros oficialistas y los disidentes.
Y sorpresas gratas o incómodas.
Ahora mismo están embarullados unos y otros.
No saben si el congreso del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) se realizará del 18 al 20 de octubre como estaba previsto.
Y si la fecha no es segura, mucho menos el lugar.
Anoche todavía se discutía si se cambiaba de Rosarito, Baja California, a Cancún, Chetumal u otro lugar de Quintana Roo.
De extremo a extremo, de frontera a frontera, del país.
Sus dirigentes Elba Esther Gordillo y Juan Díaz de la Torre tratan de realizar un evento sin la odiosa Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), ahora respaldadas por extraños.
Porque ajenos son los miembros del #132, el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) y tantos grupos más muy afines a los partidos de izquierda pero sobre todo a Andrés López para obstaculizar un evento a modo.
Los dirigentes seccionales e integrantes del comité ejecutivo del SNTE están en espera de confirmaciones.
Y si ellos se muestran confundidos, no se diga los opositores, para quienes va dirigida esa jugada de distracción.
NO SE DEBATIRA SU PERMANENCIA: DIAZ DE LA TORRE
El congreso se hará aquí, allá o acullá.
La Maestra Elba Esther Gordillo no tiene problemas.
Hace dos décadas organizaba sus reelecciones como secretaria general en Chetumal; hoy reforma estatutos en Rosarito.
Sus actos pasaron por el centro del país.
Un día, hace ocho años, miles de congresistas fueron concentrados el Distrito Federal y, para su sorpresa, llevados luego a Tonatico, estado de México, para modificar los estatutos del SNTE.
Así surgió la presidencia del sindicato, donde permanece La Maestra Gordillo, y se mantuvo la secretaría general a cargo de Rafael Ochoa Guzmán.
Hoy la duda es la permanencia de ella en esa posición.
Los rumores de su retiro comenzaron hace varios meses, desde marzo.
El priísta Enrique Peña Nieto, entonces puntero en todas las encuestas, rompió con Elba Esther Gordillo y su Partido Nueva Alianza (Panal), lo cual modificó el panorama preelectoral del país y desató las especulaciones.
La Maestra entendió el mensaje y se mantuvo lejana, sin hacer olas, aunque sus simpatías estaban con el mexiquense.
Con el triunfo del hoy presidente electo se acrecentaron los rumores y comenzaron los preparativos para el congreso a celebrarse en los próximos días.
Al interior del SNTE se desataron las ambiciones y se corrió la voz:
-¡Elba Esther se va en octubre! decían.
Y agregaban:
-Es un acuerdo tomado con Peña Nieto porque estorba en su programa de modernización política.
Cuando imperaba esa certidumbre, Juan Díaz de la Torre dijo a Teléfono Rojo:
-La permanencia de La Maestra no está a discusión. No es ni será tema del Congreso.
Ergo, ella no se va, dijimos aquí todavía el mes pasado.
TEMORES DE DESTABILIZACIÓN DURANTE LA SUCESION
Elba Esther Gordillo no está preparada para retirarse.
Reflexiona sobre ello, ha dicho, pero no ha tomado la decisión.
Y no la ha tomado porque ahora su sindicato es un hervidero y la falta de liderazgo o las fracturas, como quiera verse- generarían desgobierno en el SNTE durante la transición gubernamental
Eso no conviene ni al gobierno saliente de Felipe Calderón ni al entrante de Enrique Peña Nieto y menos al sistema educativo del país.
Con esa creencia de quienes se van, de quienes vienen y de quienes permanecerán el magisterio orgánico-, es posible prefigurar un escenario:
La Maestra se mantendrá como jefa máxima del SNTE con o sin protagonismo, con o sin cargo, conforme lo recomienden las circunstancias.
En ese ambiente ascenderá Peña Nieto al poder y, cuando se conozca el proyecto sexenal en general y el educativo en particular, su permanencia entrará entonces sí a discusión.
Como entrarán a revisión otros liderazgos, pero este es otro tema.