Teléfono rojo
* Peña y Moreira jugarán sólo con punteros
* Eruviel planta a Ebrard, Ortega, Madero
* Beltrones y la fracasada enchilada completa
En octubre pasado, cuando Enrique Peña Nieto dio su aval a Humberto Moreira, hubo reacciones positivas.
-Mis respetos para Enrique. Me sorprendió -me dijo Ulises Ruiz.
-¿Por qué?
-Porque sabe escuchar. En dos pláticas quedó convencido que el nuevo dirigente del PRI debe ser Humberto -abundó.
-Muchos están convencidos de ello. Hay un alud de apoyos para Moreira -desestimé.
-Sí, pero Enrique es un caso especial por su influencia en el priísmo, sus posibilidades presidenciales y porque su candidato era Jesús Murillo, actual secretario -insistió Ulises.
Ese era el panorama previo.
El respaldo de Peña Nieto fue fundamental para Moreira porque le desbrozó el camino de aspirantes.
Hoy, quién lo hubiera imaginado, ambos van por el mismo camino y de ello han dado muestras.
A diferencia de Beatriz Paredes, se ha recalcado aquí, Moreira postulará a los candidatos punteros bajo la premisa de entregarlos al pueblo, a los votantes.
Eso hará en los próximos días con Roberto Sandoval en Nayarit, como se ha adelantado también aquí.
LLANTOS EN EL PAN Y EN EL PRD
Enrique Peña Nieto tomó el camino seguro con Eruviel Avila Villegas.
Los opositores tendrán su lectura, como rápido se empeñaron en descalificar Gustavo Madero y Jesús Zambrano.
-Nos tuvo miedo -sintetizaron desilusionados porque les quitó a quien tanto rogaron para hacerlo suyo y llevarlo contra el PRI.
Era su garantía de triunfo en el estado de México.
Todos los interlocutores de Eruviel -Marcelo Ebrard, Leonel Godoy, Manuel Camacho, Luis Felipe Bravo
- sintieron el golpe de la puerta en la nariz.
Como los dejó también Azucena Olivares quien, qué casualidad, tuvo llamadas desde Gobernación y de enviados de Los Pinos.
¿Y todo por qué?
Porque Peña Nieto leyó todos los escenarios, escuchó todas las voces y jugó por una candidatura segura.
Pero además de oír y entender, supo operar y hoy todos quienes aspiraron -Alfredo del Mazo, Ernesto Nemer, Luis Videgaray, Ricardo Aguilar, la misma Azucena Olivares- son factor de unidad.
Ejercicio político de primer nivel, ni duda cabe, y buen antecedente para decisiones futuras, de gobierno.
Tienen razón en estar preocupados panistas y perredistas.
MANLIO: ACUERDO SIN PROMESA
La vorágine mexiquense ocultó otro éxito político.
Manlio Fabio Beltrones fue a Estados Unidos y se trajo un compromiso del líder de la mayoría del Senado, el republicano Harry Reid: una reforma migratoria integral y pronta.
Reid prometió canalizar a ese proyecto aún más tiempo del dedicado a las guerras de Irak y Afganistán.
Se destrabaría así un esfuerzo en el cual han fallado los gobiernos panistas de Vicente Fox y Felipe Calderón, quienes han pasado de la enchilada completa con Jorge Castañeda a ver un reforzamiento sin precedentes de controles policíacos fronterizos.
Al dicho del jefe del control político senatorial se sumó ayer el presidente estadounidense Barack Obama, quien en entrevista con Univisión prometió reanudar el empeño gubernamental en la reforma migratoria.
Tiene el apoyo de los demócratas, describió, pero necesita también el de varios republicanos.
Ya tiene varios votos de estos -el de Harry Reid y su grupo-, gracias al trabajo de Beltrones.
Hay casi 20 millones de indocumentados, la mayoría hispanos y entre estos los mexicanos, en espera de esa vieja promesa incumplida.