Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
TELEFONO ROJO
· El PRI entrega la plaza a largo plazo donde pierde
· Oaxaca: los caciques de siempre anticipan derrota
· DF: Baja Paredes, sube Peña y quita votos a López
El priísmo no parece tomar nota de sus derrotas.
Al fracaso sigue el abandono de las bases en los estados donde pierde.
Ha sido la tónica desde hace más de 23 años.
Tras el fracaso de Margarita Ortega en Baja California ante Ernesto Ruffo, siguió un descuido del cual no se ha recuperado el PRI.
En 1992 hubo un esfuerzo del dirigente Genaro Borrego y su delegado Orlando Arvizu por recuperar alcaldías y el Congreso, pero simultáneamente desde el poder federal se distribuyeron encuestas donde se vaticinaba el fracaso.
Resultado: el PAN reivindicó el Poder Legislativo y el PRI se llevó sólo dos de cuatro alcaldías, Mexicali y Tecate.
El ánimo no regresó al PRI de Beatriz Paredes en 2010, cuando recuperó las cinco presidencias recién se creó el municipio de Rosarito- y las diputaciones de mayoría.
Efímera reacción ciudadana al mal gobierno de Guadalupe Osuna, porque en 2012 el PRI postuló malos candidatos y en las federales volvió a perder, ahora ante la izquierda.
Como el aprendizaje no se le da al dinosaurio, la candidatura para 2013 parece depender de una pelea callejera donde el ganador puede ser el diputado de representación proporcional Fernando Castro Trenti, despreciado en los sondeos.
Como su apoyo está en el centro del país, desde el Distrito Federal se promueven ataques en contra de prospectos con mayor cartel: Francisco Pérez, alcalde de Mexicali; Carlos Bustamante, edil de Tijuana, y Jorge Hank Rhon, candidato derrotado hace tres años.
Ninguno garantiza el triunfo por sí solo, pero menos Castro Trenti.
MADRUGUETE EN OAXACA Y FRACASO EN 2013
La historia priísta en Baja California se reproduce en otras entidades federativas.
Por ese descuido está predestinado a ser oposición eterna Baja California, Distrito Federal, Guanajuato- o esperar malos gobiernos Zacatecas, Tlaxcala, Jalisco- para recuperar estados.
Sucedió en Zacatecas con Amalia García cuya hija Claudia Corichi sintió en julio el desprecio de los electores-, en Tlaxcala con Héctor Ortiz y en Jalisco con Emilio González.
Sin esos pésimos gobernadores García, Ortiz y González- esos tres estados no hubiesen regresado al PRI.
Como se ve el PRI, parece intencional su escrituración de gobiernos estatales a la oposición.
Lo vive Oaxaca.
En ese estado ya inició el proceso electoral y, ¿sabe usted cuál ha sido la actitud del PRI nacional?
Asegurar desde ahora la derrota.
Lo imprevisto fue cambiar de dirigentes partidistas el Día de Muertos para dejar el partido igual, en manos sin ascendencia, sin acuerdo con los grupos, sin la incorporación de los principales cuadros, sin la unidad necesaria.
Llegó el nayarita Salvador Sánchez en funciones de presidente y Alejandro Avilés Alvarez, un hombre con muchos intereses cacicquiles, títere de los de siempre y ninguna aceptación, como secretario general.
En manos de ellos, o de quienes los mandan, estará la designación de candidatos diputados locales y presidentes municipales, cargos a menudo disputados a balazos y defendidos con la muerte.
Las reacciones virulentas aparecieron de inmediato.
Una, no la más importante pero sí expresada en conferencia de prensa, es del ex diputado federal Jorge González Ilescas y colaborador cercano de José Murat y Ulises Ruiz:
-Con este albazo se confirma que el CEN del PRI se encuentra por completo despreocupado de los resultados que puedan darse en el proceso electoral del año próximo en Oaxaca.
PEÑA QUITO 239 MIL VOTOS LA PEJE EN EL DF
Si en Oaxaca persiste en el partido tricolor el viejo régimen autoritario, como denunció Jorge González Ilescas, en el Distrito Federal la cosa está peor.
Ha sido un espacio de la izquierda.
En 1988 se salvó del Frente Democrática Nacional porque la alianza en torno a Cuauhtémoc Cárdenas incluyó la capital.
Con ella sóló habría retenido una diputación, la del actor Ignacio López Tarso.
El PRI lo salvaron en 1991 los programas clientelares de Carlos Salinas, Manuel Camacho y Marcelo Ebrard y en 1994 la incertidumbre por el crimen de Luis Donaldo Colosio.
Pero en 1997 cedió el Distrito Federal a Cárdenas y desde entonces el PRI no existe en el Distrito Federal.
¿En qué ha derivado?
En derrota tras derrota.
La imagen fresca de Enrique Peña Nieto lo perfilaba para una gran votación en 2012, pero tuvo a Beatriz Paredes como fardo para seguir facturado al PRD.
Aun así, no le fue tan mal: Roberto Madrazo tuvo 412 mil votos en 2006 y Peña Nieto más de un millón y cuarto.
Caben muchos análisis:
En la capital el PRI tuvo su tercer crecimiento porcentual en estados y significó para Andrés López una de sus mayores pérdidas: 239 mil votos menos a los obtenidos en 2006.
En el estado de México perdió 112 mil.
Con estos datos, cabe la pregunta:
¿Seguirá el abandono de las estructuras del PRI donde no es gobierno?
La respuesta no la dará el partido, sino Peña Nieto.