Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Que bien se ve la posición del papa Francisco en su arribo a nuestro país, la diplomacia vaticana ha puesto el dedo en la llaga ha realizado señalamientos del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto. Contra todos los antecedentes de visitas papales, a escasos días de que el Santo Papa Francisco llegue a México, los mensajes sobre la insatisfacción que sienten con el gobierno, con su manejo y con las dificultades que hubo para poder fijar una agenda del interés de El Vaticano y no de Los Pinos, ha producido expresiones públicas inusitadas. La última, del Papa mismo, quien en una entrevista colectiva este miércoles anticipó en Roma que orará en México y con los mexicanos, dijo, para que “los problemas de violencia, corrupción, y de todo lo que ocurre se resuelva, porque el México de la violencia, de la corrupción, del narcotráfico y de los cárteles no es el México que nuestra madre quiere”. No es la primera vez que se refiere a estos temas, pero en vísperas de su arribo, sus palabras traen un cargamento políticamente explosivo. A eso obedece la tan oportuna declaración de la SHCP acerca que vigilará más de cerca los movimientos financieros de la Iglesia. La política priista en sus clásicas Prácticas. Finalmente todo está sujeto a negociaciones tampoco crean tanto el interés celestial del Vaticano en los problemas de México.
Por lo visto no es un Show más, después de lo mencionado en las redes sociales sobre la captura del Chapo Guzmán, donde se comenta que el Papa es el siguiente actor de la obra de teatro. El Vaticano está marcando su territorio, ante los intentos para alterar y modificar la agenda del Papa. En diciembre pasado se mencionó las peticiones específicas del gobierno mexicano a Roma para que excluyera a Guerrero de sus destinos y homilías, y que no se refiriera a los 43 normalistas desaparecidos de Ayotzinapa. El principal negociador de la visita, Roberto Herrera Mena, director de Asuntos Religiosos de la Presidencia, también buscó sustituir Chiapas por Campeche como destino papal, aduciendo que nunca había estado en ese estado y que el gobernador los trataría maravillosamente. Cuando le dijeron que iba a tener una comida con indígenas en Chiapas, Herrera Mena ofreció organizar la comida con todo e indígenas. El rechazo fue inmediato. El Papa hablaría con indígenas verdaderos convocados por la diócesis de San Cristóbal de las Casas.
El gobierno mexicano ha buscado por llevarlo a territorios alejados de los conflictos sociales, a sabiendas del conflicto social en Guerrero y Chiapas donde no existe la gobernabilidad, tal es la visita de hace algunos días del Secretario de Gobernación Miguel Ángel Osorio Chong a Chiapas para establecer la seguridad para que la fiesta católica en México, no se convierta en una angustiante gira para Los Pinos. La información que tenía el Papa no era acorde con la que le mencionaban los funcionarios mexicanos. Sacerdotes han denunciado la extorsión de los cárteles de las drogas para no atacar sus iglesias. Directamente por la Nunciatura y por varios cardenales mexicanos se enteró de primera mano de lo sucedido en Guerrero con la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, el activismo jesuita por la causa de los normalistas y los desaparecidos no ceja, y será uno de los temas de homilía del papa Francisco en México.
Se espera mucho del Papa Francisco, visitara en San Cristóbal de las Casas la tumba del dominico obispo Samuel Ruiz, que trabajó por los indígenas y estuvo muy cerca del nacimiento del Ejercito Zapatista de Liberación Nacional. Ojala traiga las pilas bien puestas para comunicar al mundo lo que actualmente estamos viviendo los mexicanos. Para construir un país diferente, se requiere una actitud diferente!