Abatir la impunidad, la madre de todas las batallas
Liquidada “la madre de todas las batallas” legislativas, los partidos se disponen a reanudar la eterna guerra por los votos.
Promulgadas las leyes energéticas, priistas, panistas, perredistas y “chiquillos” ponen la mira en el domingo 7 de junio del próximo año.
Están en juego más de 2 mil cargos de elección popular, entre estos, nueve gubernaturas, 500 diputaciones federales y las 16 jefaturas delegacionales del DF… pero sobre todo, las urnas definirán el posicionamiento de cada competidor, cada aspirante y cada instituto político, de cara al relevo presidencial del 2018. Además, los nuevos partidos –MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), Encuentro Social y Frente Humanista–, y el PT, Movimiento Ciudadano y Nueva Alianza, jugarán por conseguir el 3 por ciento de la votación, requisito indispensable para evitar el descenso de la primera división política.
Por eso digo que, para todos, hoy comienza el mañana.
El PRI de Peña Nieto paseará hasta el cansancio el triunfo reformista. El Presidente y su partido se presentarán como los grandes modernizadores de la patria, los grandes destructores de los mitos nacionalistas… y los artífices de la plataforma de despegue de la economía mexicana. Tienen diez meses para convencer y vencer. Sin embargo, el lapso podría ser muy breve para exorcizar a los demonios de la falta de crecimiento económico, y sobre todo, la relativa eficacia en el combate al delito de alto impacto. Son grandes retos que reclamarán ajustes dentro y fuera del gabinete presidencial.
Por ejemplo, no es asunto menor el relevo total de la Cámara de Diputados. Manlio Fabio Beltrones dejará su curul y quedará sin chamba, aunque algunos ya lo ubican en el alto mando de su partido, mediante un enroque con César Camacho. Esa es una especulación, sin embargo analistas coinciden en la necesidad de cambiar la dirigencia del PRI, para garantizar triunfos electorales.
La oposición no está manca. Desde la derecha, el PAN de Gustavo Madero se prepara con armas prestadas, o por lo menos compartidas. Sin duda, mentará su protagonismo al haber logrado la reforma político-electoral, y presumirá su papel decisivo en función de la reforma energética. También, con todo oportunismo, se subirá en el camión de la izquierda tomando la causa “mancerista” a favor de un mejor salario mínimo; la lucha panista por los que menos ganan tendrá cuerda hasta del día de la elección, y más allá, si prospera la iniciativa de llevar el tema a una consulta ciudadana. Mientras, Madero deberá espantarse las moscas calderonistas que regresan mañana con la presentación del nuevo libro –“Los retos que enfrentamos”– del ex Presidente de la República.
…y en la izquierda las cosas están color de hormiga.
Con su empeño de incrementar el salario mínimo a 80 pesos, Miguel Ángel Mancera le puso el cascabel al gato. Le dio al PRD una inmejorable bandera de campaña tras la fallida convocatoria a defender la riqueza petrolera. El Jefe de Gobierno de la CDMX se reposiciona y aglutina desde ahora a diputados y senadores del Sol Azteca, quienes han garantizado apoyo total a su iniciativa.
Para el perredismo, hay dos retos mayúsculos. Primero, resolver su proceso interno para elegir dirigencia, y segundo, conservar intacto el bastión capitalino, lo cual será empeño cuesta arriba ante el arribo de Andrés Manuel López Obrador y su MORENA, quien de arranque trae un 14 por ciento de preferencias electorales en el DF.
En política no hay tregua ni descanso. A partir de hoy comienza otro juego, el de las vencidas a fuerza.
POSDATA: También es hora de cuidar la retaguardia. El club de “mano amiga” desatado como anda, no dudará en deslizar videos y audios comprometedores para empinar al que se pueda. No solo “La Tuta” es de temer. Cualquiera que salga de noche puede ver fantasmas. Por ejemplo, pregúntele a los cariñosos “dipu-tables” panistas, encabezados por su coordinador, Luis Alberto Villarreal, bailando quebraditas con lindas señoritas… de moral disipada, como ellos también. Alcohol, sexo y ¿algo más?. El diario “Reporte Índigo” lo revela, y su director, Ramón Alberto Garza, pregunta: ¿Ese Villareal es el Padre Maciel de la política mexicana?