Libros de ayer y hoy
La reforma en telecomunicaciones ya comenzó a funcionar. Aprobada por el Congreso, no hizo falta su promulgación para echar a andar la compleja maquinaria jurídica y financiera de los dos grandes jugadores, a quienes, en el fondo, está dedicada… más allá del beneficio social.
Televisa dio el primer paso. El consorcio de Emilio Azcárraga confirmó su intención de consolidarse en el mercado de las telecomunicaciones aliándose con el gigante estadunidense ATT para competir con América Móvil. Ese proyecto de sociedad busca fortalecer la oferta de Televisa en servicios de televisión restringida, internet y telefonía a través de sus filiales, Cablevisión, Cablemás y Televisión Internacional… y de paso invadir con Iusacell parte del territorio Telcel.
Al agrandamiento de Televisa, América Móvil responde con una jugada audaz. Desde marzo pasado, el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) declaró agente económico “preponderante” al consorcio de Carlos Slim, y ahora la nueva “Ley Telecom” convierte a sus filiales Telmex y Telcel en pesados elefantes encerrados en jaulas estrechas. La solución es hacerlos pequeños, y para ello la única solución ponerlos a dieta, quitándoles el exceso de grasa.
Si el consorcio “preponderante” está valuado en 85 mil millones de dólares, para dejar de serlo ha de vender “fierros” por unos 20 mil millones de dólares, más o menos. Recuerde que América Móvil es la segunda empresa más grande de México, sólo después de Pemex.
Con “la oferta del año”, América Móvil busca un efecto dominó. Al “achicarse”, para reducir su participación en el mercado, del 70% al 50%, dejaría de ser “preponderante” (dominante), eludiría la regulación asimétrica que la obliga a compartir su infraestructura con empresas competidoras sin cobrarles por servicios de interconexión –según el analista Raúl Trejo Delarbre, dejaría de subsidiar a la competencia por un monto calculado en 11 mil millones de pesos–, yganaría la libertad tarifaria cancelada por el IFT, entre otras muchas cosas.
Si en los próximos seis meses, América Móvil concreta la venta de parte de sus activos, y se sale del control de la “preponderancia”, es muy probable que Telmex pueda requerir al IFT la modificación de su título de concesión, y por tanto acelerar su ingreso a la oferta de televisión restringida… y quizá aspirar a convertirse en jugador de la televisión “abierta” a través de alguna de las nueva cadenas que habrán de licitarse.
Ese es el fondo del asunto.
¿Qué vendería América Móvil para evitar el rigor de la “Ley Telecom”?
Podría deshacerse de parte del negocio de la telefonía fija en ciertas regiones del país, por poner un ejemplo, o bien, como anuncia el comunicado del consorcio a la Bolsa de Valores, “la separación de sitios celulares, radio bases de Telcel, incluyendo las torres y demás infraestructura pasiva asociada, para ofrecerla a todo interesado”.
¿Quién podría comprar esos “fierros viejos”, como seguramente llamará Televisa a los activos puestos en oferta por Telmex y Telcel?
Se necesitan “jugadores” muy, pero muy grandes. No cualquiera puede “entrarle” a una oferta de semejante tamaño.Seguramente la estrategia de vender la tercera parte de sus activos ya fue explorada por el consorcio, sobre todo entre operadores extranjeros. En ese caso, la venta insertaría de inmediato a un poderoso competidor que de entrada llegaría a comerse un importante pedazo del pastel de las telecomunicaciones, y haría frente a los afanes expansionistas de Televisa.
El caso es que el anuncio del “achicamiento” por decisión propia de América Móvil ha sido motivo para que Presidencia, partidos políticos y la SCT festejen el anuncio como uno de los primeros efectos positivos de la nueva “Ley Telecom”, “para transformar las condiciones de competencia efectiva en el sector de la telecomunicaciones, con mayor calidad y mejores precios de los servicios a los usuarios finales”.
La partida de ajedrez ha comenzado. Cada contrincante –bajo la lupa del IFT– mueve sus piezas… y proyecta las jugadas del futuro.