Visión financiera
Según la ley de conservación de la materia de Mijail Lomónosov y Antoine de Lavoisier, esta no se crea ni se destruye, sólo se transforma, es decir, cambia de estado y de forma pero la masa persiste.
Algo similar ocurre con la violencia desatada en cuatro entidades del país. La descomposición institucional y la acción de la delincuencia han llevado a Morelos, Michoacán, el Estado de México y Tamaulipas a identificarse con algo parecido a los cuatro estados de la materia física –incluido el plasmático– combinada con cuatro estados de la materia política –caótico, anárquico, crítico y patético–. Peligroso cóctel… por sus consecuencias indeseables.
Morelos se encuentra en estado sólido-caótico. Las mejores intenciones del gobernador Graco Ramírez han quedado cortas frente a la resistencia granítica del fenómeno delictivo. Los 18 meses fijados por el mandatario como meta para dar resultados derivaron en chiste involuntario… y de pésimo gusto. El reclutamiento del súper policía Alberto Capella como responsable de la seguridad pública, y los esfuerzos por limpiar las corporaciones aun no han dado resultados. Sólo ayer 70 policías de Temixco fueron detenidos por probables vínculos con el narco. Apenas hace unos días quedó integrada la Unidad Estatal Antisecuestro como un primer gran paso para revertir los números del Sistema Nacional de Seguridad Pública: un aumento del 36.95 por ciento en secuestros y 60.5 en extorsiones durante el primer trimestre del año. ¿El gobernador intenta pulverizar la dura roca sólo con un puntiagudo alfiler?