El nuevo lenguaje de los gobernantes
En el Senado se hacen bolas; hay atorón. A seis días de concluir el periodo ordinario de sesiones lo fácil se pone difícil y lo complejo de plano requiere un milagro para resolverse.
Primero lo malo…
Desde dentro, el dictamen de las leyes secundarias en materia de telecomunicaciones y radiodifusión soporta la tempestad a duras penas. El proyecto elaborado por el senador panista Javier Lozano será discutido esta tarde… pero convence a muy pocos; es una manzana de la discordia. Al interior de la “cámara alta” –como la llaman los antiguos– recibe fuego intenso de la artillería perredista y al mismo tiempo obuses nada amistosos del grupo panista encabezado por Javier Corral. El petista Manuel Bartlett se suma acusando conflicto de intereses: demanda la separación de la llamada telebancada, incluido el propio Javier Lozano por su pasado conyugal con la presidenta de la Fundación Televisa, Silvia Ponzanelli… Total, tremenda vapuleada se llevó Javier Lozano a quien sus malquerientes acusan de la autoría material de la iniciativa elaborada a la medida y en complicidad con Los Pinos.
Desde afuera del Senado también arde la situación.
Los empresarios reclaman, se dicen ignorados, cabildean entre pasillos y periódicos, y se dan hasta con la cubeta; acusan abuso y demandan freno a los gigantones; aprietan a los legisladores para acariciar sus intereses y golpear los ajenos. Hágase la competencia en los bueyes de mi compadre… bien dice el dicho.
Por si faltara más, miles tuiteros promotores del internet libre inundaron las redes con el hashtag #EPNvsInternet en reclamo contra la tentación de censurar contenidos en las redes sociales a criterio de la Secretaría de Gobernación; ganaron las calles del DF y Guadalajara para denunciar la represión virtual contenida en la iniciativa “telecom”. La aparente locura plasmada en el documento de Javier Lozano es tan obvia que al primer grito de “la prole” los legisladores del PRI anunciaron la eliminación de los artículos polémicos. Si fuéramos malpensados diríamos que las “propuestas” en realidad son fichas de negociación… que todo fue una provocación para ampliar el margen de maniobra a las huestes tricolores… y que el polémico tema estaba diseñado para ser sacrificado. Un dulcecito de regalo… pan y circo, pues.
Pero aun ahora queda lo peor…
Hace 72 horas, la reforma político-electoral parecía “planchada”, pero pocos contaban con la astucia del poder partidista. Los tricolores comienzan a poner diques al nuevo entramado democrático; pretenden frenar mecanismos de fiscalización; acotar causales de atracción de procesos electorales al Instituto Nacional de Elecciones; proteger a gobernadores al limitar los tiempos de toma de decisiones; impedir la intervención del INE una vez iniciados los procesos… y dejar en manos “del centro” la organización de elecciones en estados con problemas de seguridad. Ese es el tema de fondo. El PRI pretende separar lo federal de lo local, mientras el PAN busca descentralizar los procesos electorales a cambio de avalar los cambios propuestos por el PRI en materia energética. Dando y dando… reforma volando.
Pero el colmo es el “prorrateo”.
Legisladores del PRI pretenden una bolsa “total” partidaria para cargar todos los gastos de un candidato a competidores distintos, lo cual podría resultar inmoral pero no ilegal. Con ello, cualquier candidato presidencial quedaría blindado ante posibles rebases de topes de campaña al ser “financiados” por “la bola” de aspirantes a cargos de elección. Pura trampa convertida en ley… puro interés con pies.
ARITMÉTICA: Se requieren 11 votos para aprobar en comisiones el dictamen “telecom”; PRI y Verde suman 9… si se “sube” Javier Lozano sólo faltaría uno… uno… uno.