Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Deslindes y culpas aparte, será en mayo entrante cuando inicien los trabajos de rehabilitación de la Línea 12… y hasta julio sabremos cuando será reabierta. Esto informa Alfredo Hernández, Secretario de Obras Servicios del GDF… a quien ahora toca “agarrar” al toro por los cuernos.
Los números muestran los primeros saldos del desastre: cambio inaplazable de 11 mil piezas, 4 mil 500 durmientes y 32 placas de fijación de vías… por lo pronto, el diagnóstico de daños costará 27 millones de pesos.
La L12 trae cola… larga.
Quienes conocen la entraña del gobierno capitalino aseguran que Joel Ortega pronto dejará el cargo… que “no cargará los peregrinos”… que antes quedará sepultado entre “balastro” movedizo, durmientes de concreto y vías desgastadas en exceso.
–¿Porqué?
La estrategia de control de daños elegida por el director del Metro se ha revertido. Desde el cierre parcial de la Línea Dorada –hace un mes– Ortega ha optado por deslindarse y repartir culpas.
Mientras el director del Metro acusa al consorcio constructor por haber entregado una obra con fallas estructurales, y al gobierno de Marcelo Ebrard por haber contratado trenes incompatibles con las vías, los acusados le reviran sendos soplamocos.
El consorcio ICA-Carso-Alstom, acusa a Ortega de no haber dado mantenimiento al sistema durante cuatro meses, lo cual provocó, efectivamente, un desgaste mayor en las vías, pero de ninguna manera es razón suficiente para suspender el servicio en 11 de las 20 estaciones de la línea. Es más, en defensa propia, el Presidente del Consejo de ICA, Bernardo Quintana, aseguró que detrás de la drástica decisión hubo más razones políticas que técnicas. Por cierto, el pleito ha causado grave daño a la reputación de al haber perdido ya 15 mil millones de pesos por la caída en el precio de sus acciones en la Bolsa de Valores… y la cancelación de nuevos contratos.
A su vez, Maximiliano Zurita de la empresa española CAF – constructora y arrendadora de los trenes– niega la mentada incompatibilidad con las vías. Se nos había dicho que la suspensión parcial el servicio se ordenó con base en el diagnóstico de un experto belga, según el cual se corría el grave riesgo de un descarrilamiento… y su consecuente tragedia.
Marcelo Ebrad también refuta a Joel Ortega. Apela al prestigio del grupo calificador del proyecto, integrado por tres empresas alemanas y una suiza, cuyo representante, Mario Alberto Lezama, confirma la certeza del estudio. También menciona el prestigio de diversas empresas e instituciones de investigación y educación superior como la UNAM y el Politécnico, las cuales supervisaron el proyecto integral. Ebrard anota a su marcador diez auditorías realizadas a lo largo de la construcción de la obra por órganos externos de fiscalización, entre estos, la Auditoría Superior de la Federación.
…y hay más argumentos para contrastar los deslindes de Joel Ortega con la realidad… lo que no tenemos es más espacio.
Las versiones encontradas no han servido para llegar aun a la verdad. El diagnostico técnico ha cedido lugar a la guerra de declaraciones… hasta ahora el debate técnico se hunde en los pantanos de la fe…
En seis meses, si bien nos va, se reabrirá la Línea Dorada. Los daños estructurales podrán quedar reparados, pero las heridas políticas y financieras del desastre, no tendrán cura ni remedio.
Total, quienes más pierden en este remolino de pasiones políticas son los 435 mil usuarios diarios de la L12… y eso es lo que más calienta.