Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
La Línea 12 se cerró por el riesgo de una tragedia por descarrilamiento, advertido por expertos. El consorcio constructor integrado por ICA-Alstom-Carso, opina exactamente lo contrario.
Mientras, aunque la Línea Dorada esté parada, sus trenes atropellan –sólo para empezar– a Enrique Horcasitas, quien vivía horas extra como funcionario público.
El ex director del Proyecto Metro comparece ante diputados de la ALDF; se instala en el banquillo de los acusados; carga con el peso de la culpa por haber cometido sospechosos errores en la obra más costosa del sexenio de Marcelo Ebrard… en la cual –por increíble que parezca– sobró construcción y faltó ingeniería.
Sólo como dato: La L12 costará 45 mil millones de pesos –incluyendo 22 mil de obra civil, 4 mil pendientes de cobro… y 19 mil más de aquí a veinte años por la cuestionada renta –a la empresa española CAF– de 30 trenes de ruedas férreas, inadecuados por incompatibilidad con las vías –por anchos y pesados–.
Marcelo Ebrard y Enrique Horcasitas resisten admitir que el plan original era adquirir trenes chinos para los cuales se construyeron las vías, diferentes a los rentados por la empresa CAF.
Por lo pronto, a Enrique Horcasitas se le acabaron amigos e influencias. Sólo le queda intentar salvar el pellejo.
En eso mismo están los constructores de la Línea Dorada. El consorcio ICA-Alstom-Carso mantiene su propia operación salvavidas. Tira la pelota a la cancha del GDF; niega cualquier error de diseño y construcción… y culpa del desastre a la burocracia.
Cintia Angulo, de Alstom –empresa responsable del sistema nervioso de la L12, afirma: «Sí opinamos oportunamente sobre los trenes que eligieron y lo entregamos por escrito«.
El lodazal no solo mancha a la administración de Ebrard, también salpica a los actuales funcionarios del GDF. Son ellos –comenzando por Joel Ortega–, quienes deben explicar –además– la decisión de haber suspendido desde octubre pasado el mantenimiento de las vías que sufrieron –desde el principio– un “desgaste ondulatorio” excesivo. «Si hubiera existido el mantenimiento que recomendamos no hubiera sido necesario parar la Línea 12«, afirma Bernardo Quintana, presidente del consejo de ICA.
Según ejecutivos del consorcio constructor, hubo trasfondo político en la decisión de parar la Línea Dorada, asunto que no tenía que ver con cuestiones de seguridad como se afirmó.
El Jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera, advierte el cierre de la L12 por al menos tres meses. No existe en México la maquinaria necesaria para rectificar los rieles y ese equipo no es de los que pueden enviarse por mensajería…
La rendición de cuentas es otra historia. Los tiempos legales son inciertos, sobre todo cuando se contaminan con intereses políticos.
En todo este batidillo, el común denominador es la negligencia auspiciada –quizá– por la corrupción, y el intenso deslinde de los actores para desviar –cada cual– sus respectivas responsabilidades.
Por lo pronto, la golpiza mediática que han recibido las empresas del consorcio constructor ha afectado el valor de sus acciones en el mercado… y en todo caso, Enrique Horcasitas sólo es una ficha negra –en el más amplio sentido–; una mula ahorcada en este dominó.