Abanico
LA PESADILLA DE LOS MIL Y UN COCHES DE LA CIUDAD DE MEXICO Y ZONAS CONURBADAS
Es un hecho de que la aplicación a partir del 1 julio 2014 del nuevo Programa “Hoy no circula”, en la capital del país y cinco estados más, ha causado un descontento generalizado.
La aplicación, en el Distrito Federal y municipios colindantes del Estado de México, se ve como una dura imposición ya que no hubo una etapa previa suficiente de información, de orientación, para tomar medidas preventivas si es que las hay, y mucho menos de una consulta a la población para convencer y lograr, si es que era posible, su aceptación por consenso.
Se toma que una medida dura causa descontento, pero más una medida mal planeada, mal diseñada y mal aplicada, ya que se tienen fallas en los centros de medición y clasificación de la contaminación –no se deja de mencionar a la corrupción que es tomada como práctica común y es aceptada ya como natural-, una medida mal justificada con mensajes erróneos –desbarre, a decir de algunos medios de comunicación-, no solo causa descontento, enojo social, provoca también medidas y cambios más duros para corregir o para imponer, con lo que se ven mal por cualquier lado los que tomaron esas decisiones y gobiernan. A resultado el costo político deberá pagarlo quien encabeza el Gobierno del Distrito Federal.
Las decisiones en materia de movilidad, se dice en moderno lenguaje, son tomadas como un terremoto que causa daños terribles a la ciudad de México, con onda expansiva a la zona que ahora se define como megalópolis e incluye los estados de México, Morelos, Hidalgo, Tlaxcala y Puebla. Esto trae también un retroceso, ya que después de haber logrado una reunión y acuerdo para construir una agenda de gobierno metropolitano varios de los gobiernos estatales participantes se alejaran al ver que solo se les involucra en problemas más que en beneficios.
Se ha orientado la actuación en el detener el funcionamiento de una línea del metro por desgaste más que dar mantenimiento preventivo o correctivo, se ha tomando la decisión de sacar de la circulación a un importante número de vehículos más que instrumentar acciones preventivas, correctivas, de cambio de patrón o mayores.
Además de expresar soluciones simplistas que lastiman más y cusan irritación social, como las hechas por titulares de dependencias creadas para la atención del asunto, de “que el Gobierno del Distrito Federal y el estado de México harán propuestas a los afectados para que puedan renovar su vehículo o lo puedan reconvertir a gas natural.” Seguramente les recomendarán modelo o color.
Una primera consideración es que si se pretende abordar seriamente el asunto de la contaminación debe hacerse de manera integral, sumando confianza y convenciendo a la sociedad en su conjunto, por el simple hecho de que todos respiramos, sin distingos y sin privilegios de cualquier tipo de poder.
La vida y funcionamiento de la ciudad no debe detenerse, como tampoco se puede actuar sin tomar medidas de política integral en un antes, durante y después; sin atender causas, sin dejar de ofrecer medidas progresivas, sin dejar de atender efectos, externalidades, dicho así.
En concreto por todo lo anterior se debe rediseñar la política publica en materia de movilidad en la ciudad de México, de manera integral, cuidando las numerosas variables y planificando a futuro, a corto y mediano plazo. .
El “Programa hoy no circula” viene del siglo pasado, de 1989 para precisar, en ese momento se define el objetivo en reducir la circulación en los días hábiles a una quinta parte de todos los autos, para ayudar a mejorar la calidad del aire.
En 1994 se instaura el convertidor catalítico de tres vías de manera obligatoria para autos nuevos.
En 1997 de nuevo se modifica el programa dejando a que los automóviles nuevos circularan todos los días y los antiguos, que se dice son los de mayores emisiones contaminantes, dejaran de circular uno o dos días hábiles a la semana.
Al 2002 se da otro cambio para establecer que los automóviles de 10 años de antigüedad dejaran de circular un día hábil a la semana. Se buscaba en las modificaciones de 1997 y 2002 hacer un cambio del parque vehicular bajo el argumento de que los automóviles viejos contaminan más.
En 2006 se da la última actualización de esta modalidad de normas y a la que se señala de incumplimiento de algunas empresas automotrices.
En 2008 el programa Hoy no circula es modificado nuevamente, se disminuyó a ocho años la edad del parque vehicular con circulación diaria y se instauró el Hoy no circula sabatino (un sábado al mes).
A las medidas que se imponen a partir del 1 de julio de este 2014, se hacen la observación, por otros estudiosos del tema, de que tiene imprecisiones y se parte de un diagnóstico no muy claro, se llega a proponer que se suspendan o se aborde el tema considerando más variables.
Esta medida que afectara a todos, como externalidad o como castigo, ni resolverá el problema y si causará más problemas en otras formas de transporte y la vida económica de la ciudad, afectando a amplios sectores sociales locales o periféricos.
Entre otras medidas que se tienen que considerar están, prioritariamente, orientar toda la política de gobierno a tener un transporte público eficiente, cómodo, accesible y seguro, lo que involucra a varias secretarias, a varios sectores sociales en primera fila y varios actores económicos; así como efectivamente promover un recambio vehicular y un rediseño de vehículo para la ciudad, el recambio vehicular de microbuses y taxis, control y anticorrupción en verificentros, revisión continua y gratuita para eliminar la corrupción, poner en funcionamiento efectivo el Metro, utilización mayor del Metrobús, nuevas y exclusivas vialidades únicamente para el transporte público, verificar la calidad, normas y producción de Pemex de combustibles limpios, cumplimiento de la norma de vehículos nuevos, exigiendo a las empresas automotrices a producir vehículos menos contaminantes y a ofrecer automóviles menos contaminantes, efectivamente como los híbridos, pero a un costo menor, ya que valen lo doble o triple que en Estados Unidos.
Se debe tomar como base que una real actualización de las normas y un eficiente transporte público si reduce significativa la contaminación, lo otro tiene problemas de origen que afecta a muchos, medio millón por parar la línea 12 del metro y otro a más de medio millón por sacar autos de la circulación de los sectores sociales mas laboriosos de la ciudad. Solo el conde y la duquesa tienen auto nuevo hibrido, los plebeyos no.