
Indicador político
El segundo ex ocupante de la PGR en el calderonato, junto con uno de sus colaboradores, está en la mira por un fraude que puede alcanzar los 10 mil millones de pesos. ¿Por esa bronca lo fueron? O, ¿de verdad porque es muy ético?
ÍNDICE POLÍTICO.
FRANCISCO RODRÍGUEZ.
Se equivoca quien piense que el ex ocupante de la PGR Arturo Chávez Chávez ya estará tranquilo en las oficinas donde es dependiente indirecto de Diego Fernández de Cevallos y directísimo de Antonio Lozano Gracia.
El también ex procurador chihuahuense debe estar a dieta de té de tila, porque junto con Arturo Germán Rangel, su segundo de a bordo en las oficinas que recién heredó a Marisela Morales, está en la mira de las autoridades por su presunta participación en un fraude que podría llegar a los 10 mil millones de pesos. Poco menos de mil millones de dólares, sí.
Se trata de las fraudulentas desapariciones de no pocas Sofomes, cual se conoce a las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple o cajas de ahorro que, no obstante haber sido reconocidas formalmente en el 2006, cuentan con escasa o nula supervisión de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), por lo que en ellas se ha repetido el ciclo de siempre conocido: fraudes, malas operaciones, quiebras y millares de ahorradores burlados, sin posibilidad alguna de recuperar sus aportaciones.
No ha mucho, apenas hace un año, La economista por la Universidad de Columbia, Patricia Armendáriz Guerra, opinó que en el país existe un sistema financiero sombra que no está suficientemente regulado y supervisado, como es el caso de las Sofomes y muchas entidades de ahorro popular.
Comentó que la autoridad se ha percatado de que no ha sido adecuado dejar fuera de la regulación a dichas entidades.
El problema radica ahora en que, si se incorporan a la regulación serían muy difíciles de reglamentar pues son demasiadas entidades y de muy diversos tamaños, aunque es grande el riesgo de dejarlas fuera de la regulación.
Al evaluar la función de la CNBV como órgano regulador, apuntó que existe un subsistema de captación no bancario que no está siendo controlado por esta entidad.
Y que con este sistema paralelo no regulado, en México podría ocurrir lo mismo que en Colombia, donde quebraron las cajas de ahorro y otras instituciones de depósitos que equivalían a 30 por ciento del Producto Interno Bruto de esa nación en términos de sus activos totales.
Sucede ya en México. Periódicamente conocemos de la fuga de accionistas de este tipo de bancos paralelos que se dan a la fuga dejando a los ahorradores con un palmo en las narices. Yucatán, Oaxaca, Veracruz, pero también en Guanajuato, Jalisco, Sonora o Nuevo León cuentan con millares de defraudados por este tipo de negocios no supervisados por la fallida autoridad federal.
El caso es que, de acuerdo a informes fidedignos, Chávez Chávez y Arturo Germán Rangel habrían sido tentados por algunos accionistas de Sofomes hipotecarias que recibieron recursos federales y, ya se imaginará usted, las casas prometidas en muchos casos ni siquiera han sido construidas y, en todos, no entregadas a quienes fueron pillados por los truhanes asociados a los más recientes ex ocupantes de la PGR.
Se habla, sí, de un Chávez Chávez que no escuchó el canto de las sirenas permanentemente ahogadas en Los Pinos. Que no pecó judicializando a la política cual desde ahí le demandaban.
¿Lo hizo por ético, íntegro, leal a sus principios?
O ¿quizá porque ya con la bronca de las Sofomes tenía suficiente?