Libros de ayer y hoy
ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
LA CHICA IBERO
¿Qué les pasa a los politiqueros que estudiaron en el Instituto Politécnico Nacional? ¿Por qué les avergüenza ser egresados de esta institución de educación superior con un bien ganado prestigio nacional e internacional?
¿Porque al Poli, como lo conocemos, van los pobres como sectaria y estúpidamente decían en mis épocas estudiantiles de finales de la década de los 60s? ¿Por qué?
Está ahí el patético caso de Ernesto Zedillo quien jamás sintió orgullo por su real Alma Mater, donde dizque estudió economía, y la sustituyó por la pretenciosa Universidad de Yale en la que hizo su posgrado bajo el amparo de la secta secreta Skull & Bones (cráneos y huesos, en español) que aún lo impulsa con cargos en los directorios de empresas transnacionales algunas de ellas, como los ferrocarriles, que fueron nacionales y él entregó a empresarios estadounidenses– y, sobre todo, lo protege cual ahora mismo sucede en la demanda que en su contra han interpuesto, en la capital de Connecticut, familiares de los asesinados en Acteal, durante su fatídico sexenio.
Más patética todavía Josefina Vázquez, quien hace menos de 48 horas, en una reunión con alumnos y personal del elitista Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), prácticamente se confesó avergonzada de haber cursado su bachillerato en el IPN.
Palabras más o menos, la candidata panista relató a los itamitas su paso por escuelas públicas y, al señalar que estuvo en una Vocacional acotó: Nadie es perfecto.
No sólo eso, pues inmediatamente después agregó que su carrera profesional la curso en la Ibero, que es mi casa.
Se refería Vázquez a la Universidad Iberoamericana, cuyo apócope es el empleado por ella en su alocución en el ITAM.
El Poli, no, ni en sueños. La Ibero, sí es su casa.
Nada de extrañar en un personaje como la candidata presidencial panista que, según se ha recordado recién apenas, lo mismo es admiradora de las políticas económicas de Augusto Pinochet, que coincide con otro muy distinguido estudiante de la Ibero, cual el joven/viejo Juan Pablo Castro, quien la semana anterior recurriera a un anacronismo discriminatorio para condenar los matrimonios entre personas del mismo sexo.
¿Quedan dudas sobre el perfil ideológico ultraderechista de la candidata panista?
¿Queda por ahí pendiente algún cuestionamiento sobre su actitud discriminatoria hacia las escuelas de pobres, las públicas y/o hacia las minorías de género?
Vázquez Mota debió estudiar en escuelas públicas, sí, por sus orígenes económicamente modestos, cual lo son los de la mayoría de los mexicanos entre los que orgullosamente me encuentro.
Su brinco a una escuela privada debió obedecer al mejoramiento del ingreso familiar que vivió México en aquellas décadas en las cuales se vivía la colita del llamado desarrollo estabilizador que tan exitosamente llevaron a cabo los correspondientes gobiernos priístas.
Y hoy, de acuerdo al suplemento S Moda del diario hispano El País, la señora Vázquez se encuentra a la altura de la canciller alemana, Angela Merkel; Jeannette Bougrab, secretaria de Estado para la juventud del Gobierno de Sarkozy, y Helle Thorning-Schmidt, primera ministra danesa, en el tema de la adicción a los diseñadores. Sus favoritos: La venezolana Carolina Herrera y el español Adolfo Domínguez. Un conjunto de esta última casa de moda bolso, vestido y zapatos- puede llegar a costar más de 700 dólares.
Sin embargo, los diseños más caros de Vázquez Mota, según Quién, son los de Salvatore Ferragamo y Elie Tahari, la casa de modas israelí. Un conjunto de esta marca puede llegar a costar hasta mil 500 dólares, de acuerdo al portal animalpolitico.com.
Beneficiaria, pues, la señora Vázquez del sistema que permite a una estudiante de escuelas públicas aunque reniegue de ellas y presuma que su casa sea la Ibero– llegar a ocupar altos cargos públicos e, incluso, ser candidata presidencial.
Nadie es perfecto, pues.
Renegar del origen los vuelve harto imperfectos.