Abanico
ÍNDICE POLÍTICO
FRANCISCO RODRÍGUEZ
EL XÓCHITL-COPTERO
Como ningún otro medio de transporte, los helicópteros han tenido el mayor de sus apogeos noticiosos en la ya agonizante era panista en nuestro país.
Está ahí, emblemática, aquella aeronave alquilada por el gobierno morelense del ahora ex panista Sergio Estrada Cajigal que éste empleaba para sus devaneos eróticos. Gerardo Becerra Chávez de Hita lo describe con conocimiento de causa y con humor: cuando Sergio el autista llegó a desgobernar el estado, casi de inmediato rentó, en una cantidad millonaria, el primer helicóptero Eurocopter AS-350-B3 Écureuil el cual al paso de los meses se convertiría y no sin exageración, en el famoso Helicóptero del Amor. Sergio el galán le daba rienda suelta al cuerpo en las alturas, llevándose a suripantas y una que otra estúpida artistilla de Televisa, que a cambio de que el irresponsable gober caliente les diera un paseo por las nubes, éstas le entregaban el tesorito al ritmo cadencioso de las aspas del rotor. ¡Qué prodigio de gobernante!.
De corazón panista, aunque haya dizque gobernado con los colores perredistas, el guerrerense Zeferino Torreblanca fue pillado por los medios en otro caso deleznable: el de aquel helicóptero adquirido por la Secretaría de Salud estatal empleado no para el traslado de enfermos, sino para que el entonces regidor de Acapulco Fernando Reina Iglesias lo utilizara ¡para esquiar a 240 kilómetros por hora!
Más allá de la pachanga, los helicópteros han estado asimismo relacionados con eventos fúnebres, cual los tristes y aún lamentables, pero también sospechosos helicopterazos en los que respectivamente perdieran la vida Ramón Martín Huerta, en septiembre de 2005, y Francisco Blake Mora, en noviembre de 2011. Ambos ocupaban carteras secretariales. Los dos fallecieron en circunstancias todavía no aclaradas del todo. Con ellos también murieron algunos de sus colaboradores de más confianza.
Helicópteros en las muchas anécdotas. Como tálamos y ataúdes. Y ni qué decir de los helicópteros artillados que sobrevuelan las rutas por las que transitan las nutridas caravanas de vehículos blindados, también repletos de armas, en los que se traslada Felipe Calderón. También son protagonistas estos aparatos.
A la lista, empero, está por sumarse el Xóchitl-coptero.
Y es que en el estado de Hidalgo ha despegado ya una alianza de conveniencia entre la muy conocida señora Xóchitl Gálvez Ruiz y el prácticamente desconocido señor Erick Marte Rivera.
Ambos son candidatos panistas. Ella, quien recién perdió la gubernatura de la entidad, va ahora al Senado de la República. Él, que ha sido diputado suplente a la LX Legislatura, irá nuevamente a San Lázaro. Tienen el lugar prácticamente asegurado a menos que se derrumbe el sistema político y electoral del país– pues contienden con las ventajas de ir, respectivamente, por los principios de primera minoría y de representación proporcional (o plurinominal), respectivamente.
La alianza va que vuela. Se vio con claridad en los comicios internos panistas del domingo anterior durante los cuales la controvertida ex funcionaria foxista echó toda la carne al asador para inclinar la balanza a favor de Erick Marte Rivera.
Hay helicóptero de por medio, dicen los malpensados.
Y es que el aspirante a diputado y protegido de la folclórica Xóchitl posee dos de esos aparatos. Uno de ellos, se afirma, ya está al servicio del PAN y de la señora Gálvez en particular.
Y es que Rivera Villanueva es, además de aspirante a político, un próspero empresario del área de Zimapán, relacionado con la minería y los fertilizantes.
Quid pro quo, pues.
Apoyo político, ¿a cambio del uso del helicóptero?
En breve lo sabremos.
Cuando el Xóchilt-coptero comience a surcar los cielos hidalguenses.
O inicie la ruta Pachuca Paseo de la Reforma, donde su ubica la sede del Senado de la República.
Índice Flamígero: Sólo para violar la ley electoral se entrometió en temas electorales y, con sesgo partidista, dijo a los consejeros de Banamex que la precandidata Vázquez Mota ya le pisa los talones al priísta Peña Nieto– estuvo Calderón, la mañana de ayer, en el hotel Presidente Intercontinental. Más que ostentosa, irritante, la dizque logística de seguridad que a varias cuadras a la redonda y en el propio sitio despliegan sus cuidadores militares, quienes trasgreden los mínimos derechos humanos. Los turistas ahí hospedados no daban crédito a lo que sucedía. Como si vieran a la que fuese guardia pretoriana de Idi Amín. Que ¿no sería mejor emplear las instalaciones de Los Pinos para este tipo de eventos? Porque si estos políticos y sus guardias– no ayudan, que tampoco estorben ¿no cree usted?