Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
El 26 de febrero del 2015, el colegio de arquitectos, el cual está bajo la presidencia de Francisco Gutiérrez de Velasco Urtaza, presentó un proyecto de obra en el cual se daban a conocer cuatro alternativas posibles para evitar el embotellamiento que se genera en la arteria principal de Boca del Río, misma que proviene del puente asentado en dicho municipio. La propuesta se refería desde túneles, puentes, ampliaciones de puentes y hasta hacer un segundo piso en una vialidad para dar fluidez a dicha vía de comunicación.
En esa ocasión, la presentación la hizo ante representantes del municipio de Alvarado, ciudadanos que radican en la zona de Antón Lizardo y el alcalde de Boca del Río, Miguel Ángel Yunes Márquez, el cual al escuchar las propuestas y los costos millonarios que estás obras representarían, que tendrían que contar con la participación presupuestaria de los tres niveles de gobierno –federal, estatal y municipal- para edificarlas, el edil boqueño dijo a los ciudadanos que se encontraban en dicha reunión que la solución era más barata de lo que pensaban. Explicó qué derivado del estudio realizado por especialistas en vialidad –a los cuales ya había consultado previamente- le habían determinado que el problema principal que originaba el caos vial, era el semáforo ubicado en la esquina de una negociación de pollos asados. Quitarlo y cerrar los accesos en esa negociación y una previa a ella –la ubicada frente a la iglesia de Santana- era la solución del problema.
Se discutió y se luego de diferentes propuestas, esta fue la que más convenció a los vecinos de los fraccionamientos asentados en la zona, los cuales se dicen ser los más afectados.
Todo esto amable lector lo explico para advertir que es realmente inverosímil y hasta absurda la supuesta manifestación que mantuvo paralizada la vialidad en el acceso principal el pasado 28 de marzo del año en curso, con la finalidad de hacer creer al resto de los ciudadanos que habitamos la conurbación Veracruz-Boca del Río-Medellín de Bravo, una ríspida relación entre la población y el alcalde boqueño.
Las versiones comenzaron a correr y se dijo que la mano negra de Javier Duarte de Ochoa se hizo presente en la manifestación que hicieron supuestos “vecinos” boqueños. Se acusó al gobernante de haberla fabricado –como siempre lo hace- utilizando a gran número de integrantes priístas –hablo de gente que ni radica en la zona y líderes seccionales del tricolor que viven en zonas que no les afecta en lo absoluto el embotellamiento en Boca del Río- eran quienes llevaron su gente y mantuvieron secuestrada la vialidad el 28 y 29 de marzo –hasta las tres de la madrugada los “angelitos” se quitaron-. Esta gente se dice fueron incitadas por el “flamante” Marlon Ramírez, subsecretario de gobierno de Veracruz.
Pero lo peor de todo este asunto amable lector es que honestamente consideramos que ni Javier Duarte de Ochoa ni Marlon Ramírez tienen la capacidad de ser tan astutos y certeros como para llevar una encomienda tan difícil para ellos. En lo personal, estos son incapaces de que sus hámsters se accionen, ellos no pueden por naturalidad propia ser tan brillantes en la estrategia de movilizar personas. Cómo quien dice, sus alcances de inteligencia están realmente limitados a cero. La acción viene de una mente más malvada y nefasta, eso sí, con mucha inteligencia negativa para desarrollarla. Aquí la mente diabólica pegaría en carambola a tres de sus adversarios más incómodos para él. Uno, a Miguel Ángel Yunes Linares, a su primogénito el cual dirige Boca del Río y el otro, a Francisco Gutiérrez de Velasco, quien es adversario que le dará batalla a su nefasta mujer, Carolina Gudiño Corro, mejor conocida en el mundo de la política como “La Chapulina Gudiño”, por saltar de un cargo a otro, la cual pretende ser diputada federal.
Se hace más que notoria la mano –ahora si literal- “negra” de Fidel Herrera Beltrán. Su fijación de seguir jodiendo a los veracruzanos, lo hacen premeditar acciones que afectan los intereses de los ciudadanos. No le importa más que vivir del erario. Un hombre que no tiene llenadera, pues pese haber dejado a Veracruz en las peores crisis –en todos los rubros: social, de seguridad, económica, de infraestructura- pretende nuevamente afectarnos imponiendo a la “Chapulina Gudiño” a un puesto de elección popular. Esta mujer, la podemos considerar que marcó brecha siendo la primer alcaldesa del primer municipio de América. Postulación que jamás dignificó y se dedicó a ganarse el título de “la peor” en la carrera que cumplen todos los alcaldes de Veracruz.
Herrera Beltrán sabe que ni su agresivo hijo ni su mujer tienen la posibilidad –de manera natural- de ganar ni la elección a jefe de grupo de una escuela primaria. Por lo tanto amable lector, se dedicará a nuevamente a hacer lo que mejor le sale: utilizar a su “gentuza” para hacer ganar a sus mediocres candidatos.
Por ello es importante que los veracruzanos no deben permitir que estas bajezas electorales accionada por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) sigan manteniendo a Veracruz en los peores episodios de la historia de la entidad. No se debe de incurrir en los mismos errores que hacen que actualmente la clase política continúe jodiendo a los ciudadanos.
Hacer conciencia sobre a quienes les darás tu voto es de vital importancia. No se debe jamás de dejar de votar o anular tu voto, pues sólo se origina que le permitas al PRI que gane por default. Al tricolor le conviene que la gente no vote pues es el partido que más militancia tiene y con ella gana una elección. Es decir, amable lector, este partiducho con su puro “voto duro” logra aventajarse en una contienda electoral, por ello, se preocupa en formar campañas de horror para instaurar miedo en la sociedad y ésta, no salga a votar.
Las contiendas políticas están en puerta -inician el próximo 5 de abril- por lo tanto se debe de analizar a quien le dará su voto, pero nunca, dejar de votar ni anularlo. Si quiere que pierda el PRI, amable lector, debe hacer a través de la emisión del voto y sobre todo la defensa del mismo. Con ello se imposibilita a esa “corriente” partidista se aventaje para volver a vivir del presupuesto del erario público.