
Humildad y distinción
ERIKA: ¿Qué pasó en la elección de Cuernavaca? Quise investigar y fui a Cuernavaca. Ni CUAUHTÉMOC BLANCO, al que le dio diarrea cuando supo que había ganado, ni los partidos derrotados salen todavía de su asombro. Algo ocurrió y la democracia dio su veredicto: Ni PRI, ni PAN, ni PRD, ni Verde. Y ninguno de ellos se acercar a la votación que obtuvo el futbolista.
¿Qué ocurrió? No fue difícil dar con la respuesta. Lo podría resumir así: Había que castigar a los partidos, en especial al PRD de GRACO RAMÍREZ ABREU, y la gente votó por el ídolo, a sabiendas que no sólo no conoce Cuernavaca, porque no ha vivido en la capital morelense, sino que no tiene preparación ya no digamos educativa, sino política.
Los electores prefirieron jugársela por él que votar por el candidato de GRACO, JORGE MESSEGER, y la candidata del PRI, MARISELA VELÁZQUEZ. El hartazgo los condujo a tomar esa decisión.
La democracia puede cometer errores, pero hay que respetarla con todos los riesgos que podría significar. En Cuernavaca, ya no digamos Nuevo León, la democracia habló. Habló la gente que quiere cambios, que está hasta la coronilla de la corrupción, de los partidos, de sus gobernantes, de sus diputados, de sus “representantes”.
Con excepción del PRI, los demás partidos han aceptado la victoria del Partido Social Demócrata, o sea, de CUAUHTÉMOC BLANCO. Dice el Revolucionario Institucional que impugnará la votación, no obstante que el futbolista y su partido le sacaron más de 7 puntos de ventaja.
Los electores votaron en Cuernavaca no contra MESSEGER sino de manera directa contra GRACO RAMÍREZ, quien se ha hecho odioso. El repudio no es gratis. GRACO se lo ha ganado a pulso.
Hablé con algunas personas que fueron presidentes de casillas y todos me dijeron que la votación fue unánime a favor de CUAUHTÉMOC. Unos a otros se preguntaron al cerrar la votación, cómo había estado ésta en sus casillas: “se la llevó CUAUHTÉMOC”, decían todos.
¿Cómo es posible que la ciudadanía haya votado por alguien que no es morelense y que nunca ha vivido en Cuernavaca? Les valió. Había que mostrarle a GRACO que no están contentos con él y que votaban contra lo que él representa. El gobernador de Morelos ya se habrá dado cuenta que las marchas y manifestaciones que con frecuencia han hecho ciudadanos de todas las clases sociales en contra de su gobierno, eran en serio. Muy en serio.
Cuando GRACO se enteró que su candidato JORGE MESSEGER, a quien hizo renunciar de la secretaría de gobierno para que aceptara la postulación por el PRD, iba perdiendo notoriamente la elección, tomó el teléfono y le dijo, palabras más, palabras menos:
-Vas perdiendo. ¡Tanto que invertí en tu campaña y mira!
-Graco, –le contestó MESSEGER- la culpa no es mía.
-¿Y de quién más? Preguntó airado el tabasqueño.
-¡De ti solamente!
Graco colgó violentamente el teléfono y ahí se rompió la amistad de muchos años, entre él y su pupilo.
La euforia del PSD y de los cuernavacenses que le dieron el triunfo, continúa como una fiebre que con los días y unas aspirinas pasará. Vendrá la curda y pronto la realidad.
CUAUHTÉMOC BLANCO es un hombre de buena fe, pero no tiene programa. ¿Quiénes serán sus colaboradores? Ni él lo sabe aún. Es más, a estas alturas no sabría que Cuernavaca tiene una deuda pública de más de 3 mil 500 millones de pesos, y un presupuesto de 8 mil millones que lo absorbe casi en su totalidad el gasto corriente.
Una cosa es la campaña y otra pisar el terreno de la cruda realidad.
Un día de agosto del año 2000, siendo presidente electo VICENTE FOX se reunió con gobernadores del sureste en México, y cosa que todavía no se sabe por qué escogió una sede fuera del país, la junta se llevó a cabo a puerta cerrada en el hotel Intercontinental de San José, Costa Rica. Contrito, preocupado, FOX les soltó que en la campaña le habían pintado que México era una piñata, pero, oh desilusión, al saber la magnitud de los problemas financieros del país se preguntaba cómo y con qué iba a gobernar. FOX había ganado representando a la Alianza por el Cambio (compuesta por el Partido Acción Nacional [PAN] y el Partido Verde Ecologista de México [PVEM]), y comprobaba que una cosa era el país en una campaña electoral de euforias, de giras, abrazos, saludos de mano y apapachos, y otra era la situación económica y política que heredaba.
Guardadas las proporciones, CUAUHTÉMOC pronto se dará cuenta que el “me los chingué” que gritó cuando le dijeron que había ganado la elección, se convertirá en una azarosa pesadilla cuando se entere que el ayuntamiento está quebrado, que Cuernavaca es la primera o la segunda ciudad con más secuestros y asaltos con violencia, y que el otrora floreciente turismo dejó de existir.
Se encontrará con que debe de correr a todos los mandos medios por corruptos, y que no tiene tantos colaboradores para llenar las vacantes. Claro, sobrarán los que le pedirán chamba, pero le harán falta los que no quieran robar.
También vi en Cuernavaca que la ciudadanía está dispuesta a arroparlo y ayudarlo con ideas, propuestas y la voluntad de colaborar hasta gratuitamente con él porque no puede dejarlo solo. Lo hicieron triunfar, no pueden dejarlo fracasar.