Libros de ayer y hoy
ROUS, pregunto nada más por –podría repetir lo que dijo el español, pero no- fastidiar: ¿Será que la enfermedad que padecen muchos diputados es provocada por el wébola? ¡Cuidado, se contagia!
¿Sabías que de los 500 diputados del Congreso de la Unión sólo llegaron 300 por el voto directo y los restantes -200- lo hicieron sin hacer campaña, por la vía plurinominal, o sea, sin el voto directo; de los 128 senadores, treinta y dos, igual? En total, son 628 legisladores.
Los que llegaron a ser “representantes populares” por el camino plurinominal personifican las concesiones que se otorga a los partidos políticos, y los sueldos –de ellos y de los otros- no los pagan esas organizaciones ni el gobierno, sino los contribuyentes que somos tú y yo y centenas de miles de ciudadanos.
¿Sabes cuánto cuesta a los contribuyentes sostener a tan “distinguidos” servidores públicos? Nada más la manutención de los 500 diputados representan 6 mil 700 millones de pesos, mientras que los sueldos de los senadores asciende a 3 mil 700 millones. Claro, sin tomar en cuenta “bonos” y otras bagatelas.
Por eso todo el mundo quiere ser diputado o senador. Debo confesar que hasta yo quiero que me dé la enfermedad, aunque sea “representando” un distrito de temporal y me nombren presidente de la nueva comisión OCAS (Organización para la complicación de asuntos sencillos).
Este país no tiene remedio.
POR CIERTO, la Comisión Nacional de los Salarios Mínimos, sí, ésa, la que después de estudiar sesudamente en largas jornadas que terminan por la madrugada cuánto debe ganar el lúmpen de los trabajadores asalariados, pone su visto bueno al aumento de 20 centavos diarios en los sueldos básicos de la gran masa laboral, ha requerido mejorar a sus oficinas para mejorar su dizque desempeño.
Según revela Sinembargo, la sede de la Comisión en la colonia Los Doctores de la Ciudad de México estrena nuevos pisos y sus funcionarios se han asignado mejoras de sueldos y otras prestaciones, con lo que rebasó el presupuesto aprobado por el Congreso, de 39.3 millones de pesos.
Su presidente, BASILIO GONZÁLEZ NÚÑEZ, está más allá de las angustias que todo servidor público sufre por cambio de sexenio. BASILIO lleva 20 años ocupando el puesto, con un sueldo actual de 121 mil 63 pesos mensuales.
Si no me hacen diputado, cuando menos asígnenme ese sueldo mínimo. ¡Plis!
HABLANDO DE ADMINISTRADORES “EJEMPLARES”, YA se supo que de la deuda que ha contraído el Gobierno de Chiapas con Banobras y Banorte, una parte de esos recursos -13 millones- se utilizó para remodelar el estadio Víctor Manuel Reyna, sede del equipo de fútbol Jaguares. Cosas del pan y circo.
MIENTRAS TANTO, la Contraloría General del estado de Guerrero descubrió el cochupo que hubo en la compra del helicóptero UH-1H, matrícula XC- LLK, adquirido por el gobierno de ÁNGEL AGUIRRE a través de la empresa Helicopter Of American. La contraloría no ha proporcionado los nombres de los funcionarios involucrados en el negocio, ni el tipo de sanción que se les impondrá.
Lo que ha trascendido es que aparte del sobreprecio, también se alteraron documentos de la aeronave y de sus características. Lo peor de todo es que la aeronave se encuentra varada y empolvándose en el hangar del gobierno del Estado en Chilpancingo.
Te digo, este país no tiene remedio.
PURIFICACIÓN CARPINTEYRO ofreció una recompensa de 50 mil pesos a quien le diera información o pistas sobre la filtración de su charla telefónica con un empresario. ¿Qué pasó? Misterios del nuevo milenio.
TRASCENDIÓ QUE las empresas Chevron, Shell, Exxon, British Petroleum, Petrobras y PetroChina han iniciado acercamientos para asociarse con PEMEX.
EN TANTO, VICENTE FOX prepara para el 2 de octubre una “cumbre” de empresas energéticas en su rancho de Guanajuato. Para empezar, amenaza, ya dispone de un fondo de 500 millones de dólares para invertir en el negocio de la exploración y explotación de hidrocarburos. ¡Qué listo resultó! No sólo se interesa por el cultivo y la comercialización de la mariguana, sino que ahora también en el petróleo.
BUENO, ANTES DE QUE LA fuerte granizada que está cayendo en los momentos en que escribo la entrega, rompa el domo de la oficina, cierro el capítulo y me voy para la casa a tomarme un anís en las rocas. ¿Qué tiene que ver una cosa con la otra? Nada. Sólo pretexto.