Libros de ayer y hoy
Epistolario
Vacío de información
Por Armando Rojas Arévalo
MARICARMEN: EL Presidente PEÑA NIETO convocó en días pasados a no entrar en especulaciones irresponsables en relación a los posibles orígenes de la explosión en la Torre B-2 de Pemex. Totalmente de acuerdo.
Sin embargo, irregularidades muy graves están ocurriendo en Pemex, no se sabe si por sabotajes de propios o extraños, o ambas, por las fallas en los protocolos de seguridad y los de manejo de riesgos y contingencias. Las instalaciones de la paraestatal son gigantes con pies de barro. Pemex resulta tan delicado, tan vulnerable y tan frágil frágil como un bebé.
Cómo no especular si con relación a las causas del siniestro hay un gran vacío de información, y los vacíos, como tú sabes, se llenan con especulaciones y con frecuencia con información no muchas veces veraz.
Cómo no especular si, por ejemplo, OSORIO CHONG, jefe del Gabinete de Seguridad, al estar flanqueado (jueves por la tarde) por los secretarios de la Defensa, de Marina, del Procurador General de la República, del comisionado de la Policía Federal, y del secretario de Energía, PEDRO JOAQUÍN COLDWELL, despertó con ello todo género de suspicacias. ¿Cuáles fueron los orígenes reales del evento que hubo necesidad de convocar a prácticamente todos los titulares del sistema de seguridad nacional, para la improvisada conferencia de prensa en el lugar de los hechos?
Por supuesto, se trató de un acontecimiento de suyo grave, en el que desgraciadamente perdieron la vida 35 personas y resultaron lesionados más de una centena. Empero, mucho más grave sería que se tratara de un atentado, porque eso cambiaría radicalmente el escenario nacional de seguridad. Nos quedamos con la idea de que fue un accidente. Más vale.
Pero, cómo no entrar en especulaciones, si diversas instalaciones de PEMEX, recientemente registraron explosiones sin que hasta el momento se sepan las causas reales. Por ejemplo, la planta hidrodesulfuradora U300, el 12 de agosto de 2012, sin lesionados, y el Centro Receptor de Gas y Condensados de Reynosa, el 18 de septiembre de 2012, con 29 muertos.
Cómo no especular si unos cuantos días después de que se destapó la cloaca de los sobornos de PEMEX, ocurre el siniestro en la Torre administrativa.
COMO NO pensar todo menos en un accidente, si inmediatamente después de la explosión en la torre de PEMEX, se reactivaron el foco rojo y las alertas de seguridad en las dos cámaras del Congreso. La información que se proporcionó sobre esto fue en el sentido de que, con el apoyo de la Policía Federal el Grupo Especial de Neutralización de Riesgos de la Cámara de Diputados realizó la noche del jueves un operativo extraordinario en busca de artefactos explosivos en el Palacio de San Lázaro, sin reportar ningún hallazgo.
Por otro lado, dónde ponemos la ordeña de combustibles de los ductos de PEMEX.
¿Qué está pasando en Pemex? Y por otra parte, ¿dónde está la efectividad de nuestros servicios de inteligencia?
En lo social y lo político hay ingredientes de sobra para hacer un coctel altamente peligroso para la seguridad nacional. Los ánimos están caldeados porque la violencia continúa cabalgando en el país, tanto que en muchos pueblos de Guerrero, Michoacán y Oaxaca la gente se ha armado y formado policías comunitarias para protegerse. Otro ingrediente es la reforma energética; otros más, la cloaca de la corrupción de Pemex, la multa a la izquierda y la exoneración del PRI con MONEX, el caso de FLORENCE CASSEZ y la posible imposición del IVA a alimentos y medicinas.
Si a eso le sumas que hay un gran vacío de información que sólo alienta la especulación, el panorama que se avizora es perturbador.
El dar cifras de muertos y lesionados es importante, sí, y además, despierta el sentimiento de dolor y solidaridad de los mexicanos. Pero la gente pregunta qué pasó y de eso lamentablemente no hay nada. No omito reconocer que un peritaje no se hace de inmediato. No es, en términos comunes y corrientes, como decir enchíleme otra.
Por razones obvias, las autoridades no pueden ni deben entrar en especulaciones y presunciones. Sería irresponsable. Unos, los que piden mesura y serenidad, tienen razón. También la tienen quienes se aventuran a las especulaciones, porque no existe certidumbre en la información.
Creen los estrategas de la comunicación del gobierno federal que al proporcionar información sobre el saldo funesto, llenan la necesidad del público, de saber más. La gente se pregunta qué ocurrió. Lamentamos mucho lo que pasó, pero ¿qué pasó?
La presunción es que al final de la jornada investigativa, los peritajes dirán que fue un accidente, que fallaron los sistemas del aire acondicionado o que hubo un corto circuito en la subestación eléctrica. Pasarán meses para que los peritajes ofrezcan datos técnicos. La sociedad ya no quiere mentiras, por muy crudas que sean las verdades.
Se acabó la luna de miel.
DE OTRAS COSAS, anota: los ayuntamientos más endeudados del país son los siguientes:
Guadalajara, Jalisco, 2 mil 681 millones de pesos; Tijuana, Baja California, 2 mil 540 millones; Monterrey, Nuevo León, 2 mil 146 millones de pesos; Zapopan, Jalisco, mil 447 millones de pesos; Benito Juárez (Cancún) mil 366 millones de pesos; Nuevo Laredo, Tamaulipas, mil 115 millones; León, Guanajuato, mil 15 millones de pesos; Mexicali, Baja California, 950 millones de pesos; San Nicolás de los Garza, 902 millones; Tlaquepaque, Jalisco, 845 millones de pesos; Puebla, Puebla, 815 millones de pesos; Tonalá, Jalisco, 815 millones; Cuernavaca, Morelos, 761 millones de pesos; Hermosillo, Sonora, 731 millones de pesos; Ecatepec, Morelos, 730 millones de pesos; Guadalupe, Nuevo León, 643 millones de pesos; Aguascalientes, Aguascalientes, 543 millones.
P.D.-He ido dos veces a tratar de ver al alcalde de Cuernavaca, MORALES BARUD, y me dicen que está en reunión o fuera del edificio. Hace 6 días pedí audiencia vía correo electrónico por el portal del ayuntamiento, y nada.