Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
ALBERTO CARBOT
* AGUSTÍN BASAVE, NUEVA CABEZA DEL PRD; UN INTELECTUAL Y HOMBRE CAPAZ Y DECENTE, PROMETE ENDEREZAR EL RUMBO DEL PARTIDO
* LA ENÉSIMA OCURRENCIA DE MIGUEL ÁNGEL MANCERA: CONSTRUIR UNA REPLICA DE LA CAPILLA SIXTINA EN EL ZÓCALO CAPITALINO
Finalmente las tribus lograron ponerse de acuerdo y decidieron hacer a un lado a Carlos Navarrete y designar a Agustín Basave Benítez, un hombre ajeno a la organización, quien apenas obtuvo su carnet de militante el pasado 27 de agosto.
Integrante del círculo cercano al desparecido Luis Donaldo Colosio, excandidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), el nuevo jerarca perredista -un académico, capaz, pero sobre todo un hombre decente-, se presenta como el indicado para enderezar el barco del PRD que parece irse a pique después de chocar contra el iceberg de las elecciones de julio pasado.
Este hombre de 57 años, académico, periodista, político y diplomático es doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, maestro en Administración Pública y Políticas Públicas en la Universidad de Purdue, en Indiana, Estados Unidos, y licenciado en Sistemas de Computación Administrativa del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey.
Ha sido profesor de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México, investigador del Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y director fundador del Departamento de Ciencia Política del Tec de Monterrey, campus ciudad de México.
Editorialista de los diarios Excélsior y Reforma, y ex colaborador de Nexos y El Universal, fue diputado por Nuevo León en la LV Legislatura del Congreso, secretario ejecutivo de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (COPPPAL), presidente nacional de la Fundación Colosio (1996-1997) y embajador de México en Irlanda (2001-2004).
Dejó las filas del PRI en enero del 2002, después de militar activamente en movimientos disidentes y en 2005 se sumó a la campaña de la Coalición por el Bien de Todos. En 2007-2008 fue presidente del Consejo Consultivo del Frente Amplio Progresista.
Autor de obras como “México mestizo”, “Historia silenciosa”, “Soñar no cuesta nada” y “Antología de Andrés Molina Enríquez”, el nuevo dirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD) es, como se ve, un hombre con un bagaje intelectual que envidiarían muchos altos dirigentes de izquierda, centro o derecha.
Pero aún con todos estos blasones académicos y políticos, su misión y desafíos serán mayúsculos. El primero será tratar de sacar de la crisis que está hundiendo al PRD, y amenaza con hacerle perder su carácter de principal referente de la izquierda mexicana, pues cada día su oponente, el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), le roba terreno.
Esta situación se debe en buena medida al descrédito provocado por las complicidades que han salido a la luz entre algunos gobernantes perredistas y las organizaciones criminales.
A un año de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, hay 2 alcaldes detenidos por estos vínculos: uno de ellos, José Luis Abarca, de Iguala y el otro Ulises Ramírez, de Cocula, capturado hace poco menos de un mes, cuando departía plácidamente con Zenén Casarrubias, jefe de “Guerreros Unidos”.
Luego de anunciar en su discurso una purga en la organización, el nuevo dirigente del CEN perredista, de inmediato desenvainó la espada y anunció una oposición férrea al gobierno del presidente Enrique Peña.
Basave dio a conocer una limpieza interna y advirtió que “el tiempo de los pactos se ha acabado”, refiriéndose así al Pacto por México, que anteriores dirigentes anteriores suscribieron con Enrique Peña y el Partido Acción Nacional (PAN).
Este acuerdo, gracias al cual el PRD se ganó muchos elogios por su posición “dialogante y constructiva”, permitió la aprobación de un paquete de reformas fundamentales en materias energética, educativa, fiscal y de telecomunicaciones.
“Seremos opositores críticos”, destacó Basave al indicar un cambio de rumbo de su partido y al hacer un claro “guiño” hacia los grupos más radicales que rechazan el acercamiento con el gobierno de Peña Nieto.
El dirigente, quien es diputado federal, prometió crear una comisión para combatir la corrupción interna. Dijo que “habrá una etapa de revisión que termine en sanciones reales que incluyan expulsiones de quienes se hayan corrompido. No solaparemos a ningún delincuente que se escude tras de nuestro emblema”.
Agregó que encabezaría un partido opositor, y que “no me temblará la voz para denunciar las corruptelas gubernamentales que lastiman a la gente”, aunque también dijo estar “en la mejor disposición de hablar con este gobierno y con su partido, cuando sea necesario. Pero en el diálogo puede haber coincidencias y discrepancias”, manifestó.
Al hacer un llamado a vigilar los gobiernos perredistas y a ser más cuidadosos al momento de seleccionar a sus candidatos, señaló que no se debía solapar “a ningún delincuente que se escude tras de nuestro emblema, por poderoso o útil que sea; más vale perder una clientela que recibir el repudio ciudadano”, indicó.
EL NUEVO DIRIGENTE FUE ELECTO POR UNA ABRUMADORA MAYORÍA DEL CONSEJO NACIONAL
Basave fue electo como nuevo presidente del PRD, por una abrumadora mayoría de 285 de los 304 miembros del Consejo Nacional, su órgano ejecutivo. El triunfo de un personaje “externo” con más credenciales académicas que políticas, es considerado por los analistas como un reflejo del rechazo creciente de las bases hacia los líderes tradicionales, cuestionados por sus prácticas clientelares, su corrupción y -en infinitos casos-, complicidad con el crimen organizado.
El nuevo dirigente -quien ha sido mucho tiempo consejero de la dirigencia perredista aún sin ser un militante-, superó claramente a otros dos candidatos jóvenes y relativamente poco conocidos, como Fernando Belaunzarán y Onel Ortíz.
Además de reconstruir al partido, duramente golpeado por una añeja crisis que se agudizó en las elecciones de junio pasado, cuando sufrió fuertes pérdidas de votos, una de sus principales tareas será enfrentar la creciente estampida de la militancia hacia Morena, aunque Basave sorprendió al indicar que buscará una “una posible alianza electoral” precisamente con el partido propiedad de Andrés Manuel López Obrador.
El mensaje parece enviar señales contrapuestas: por un lado, indica que no se descarta seguir dialogando con el gobierno -aunque sin pacto de por medio-, pero por otra, indica que se abrirán espacios para que la militancia deje de dejarse seducir por el canto de las sirenas morenistas, a pesar de que haya amenazado con una purga interna y mostrado el camino hacia la puerta a quienes quieran irse con el tabasqueño.
Al fin de cuentas, las tribus optaron por la figura más honorable a su disposición, porque los políticos tradicionales han sido demasiado cuestionados.
De la mano de Beatriz Mojica, Basave garantiza mucho más consenso que Belaunzarán por ejemplo. La principal bandera del nuevo dirigente es la unidad, la cohesión y la ética partidaria, aunque dijo que sería una oposición dura, pero constructiva.
Para el nuevo líder del Sol Azteca en el camino habrá cardos y espinas, porque conservar la unidad en una organización acostumbrada a la reyerta y la pendencia dogmática, no es fácil. En el PRD resulta más cómodo lidiar con la oposición externa que con la interna, y tampoco será fácil tratar de tenderle la mano a Morena, sobre todo, porque amenaza con poner fin a la hegemonía de este partido en el seno de la izquierda mexicana
Al prometer que combatirá la corrupción, tal vez olvida que será sumamente difícil, si no imposible, eliminar una práctica que para desgracia de sus militantes -y los mexicanos en su conjunto-, parece formar parte del ADN de los perredistas.
El nuevo dirigente es un hombre de ideas y no de ocurrencias disparatadas como las de Andrés Manuel López Obrador. “Basave sabe” -como bien podría ser una frase coloquial-, que su experiencia e importante trayectoria intelectual y política, por lo menos garantiza que no lo podría hacer peor que sus antecesores en el cargo.
Los mexicanos progresistas -no los dogmáticos y simuladores-, consideramos que Agustín Basave, el nuevo dirigente nacional perredista, merece el beneficio de la duda, y ojalá que le permitan hacer un buen trabajo, porque si a él le va bien, también le irá bien al PRD y al país, por supuesto.
GRANOS DE CAFÉ
… El gobierno de la ciudad de México encabezado por Miguel Ángel Mancera, planea construir en el Zócalo capitalino, una réplica de La Capilla Sixtina -que en Roma está aledaña a la Basílica de San Pedro-, para “coronar” la próxima visita del Papa Francisco a México, en febrero próximo.
El extravagante proyecto obliga a una reflexión seria sobre las ocurrencias de los gobernantes en turno -federales y locales- y el costo que hemos pagado por esos arrebatos de supuesto ingenio, que sólo han desprestigiado a la política y convertido en nuevos bufones a sus impulsores.
Por ejemplo, uno de los ejemplos de corrupción e impunidad más ofensivos e hirientes de esas “ocurrencias” fue el que tuvo Felipe Calderón para conmemorar el 200 aniversario de la Independencia de México, con una “Estela de Luz” cuyo costo alcanzó casi mil 305 millones de pesos, cerca del 200 por ciento más del presupuesto original.
Pero la burla impune no sólo fue el costo, sino que se inauguró 15 meses después del simbólico 15 de septiembre de 2010, y sólo se construyeron 8 mil 138 metros cuadrados de los 34 mil 877 considerados en el proyecto ejecutivo original.
Lo peor de todo es que la pretensión del Jefe de Gobierno capitalino contrasta con la oposición del propio Papa Francisco a la vida faraónica de cardenales y obispos.
El simple viaje frecuente a Roma de los príncipes de la Iglesia, desde todos los confines del planeta, representa un lujo, pero ese boato por cierto también se lo pueden dar los gobernantes de varios países o el mismísimo líder moral y dueño de Morena, Andrés Manuel López Obrador, aunque el dinero para costear su viaje haya salido de nuestros bolsillos, vía INE o los numerosos patrocinadores “anónimos” con que cuenta este dirigente.
Pero el tema aquí es cuánto costará la réplica de la Capilla Sixtina con la copia de “El Juicio Final”, obras de Miguel Ángel Buonarroti, porque a excepción del precipitado anuncio, se desconoce quién diseñará el proyecto, si se construirá un edificio que lo albergue y de qué materiales o cuánto tiempo estará abierto al público y un muy largo etcétera.
La obra puede ser bienintencionada -y de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno-, pero es totalmente inútil, porque habría qué preguntarse para qué diablos querría el Papa Francisco ver una réplica en México de la Capilla Sixtina, si él la puede contemplar a diario durante sus paseos por la Santa Sede.
A reserva de conocer a detalle el proyecto, lo seguro es que se trata de una aventura financiera que podría agitar las aguas y terminar en la cancelación de algún programa social o recorte de más burócratas capitalinos.
Ya se ha anticipado que el 2016 va a ser peor que este 2015 -nos lo han advertido casi desde enero-, por lo que muy bien nos caería una plegaria papal para que sobrevivamos a la coyuntura financiera, la renovación de gobernadores, la contracción del mercado laboral, la caída de los petroprecios y a las “ocurrencias” de nuestros gobernantes.
Por lo pronto, imaginar en el Zócalo de la ciudad de México la magnífica Capilla Sixtina del Palacio Apostólico de la Ciudad del Vaticano, es algo kafkiano y descabellado, propio de políticos sin imaginación…Sus comentarios envíelos al correo [email protected]