
Libros de ayer y hoy
COMENTARIO A TIEMPO
MORIBUNDO
Por Teodoro Rentería Arróyave
En el espectro político nacional, a 180 días de las elecciones presidenciales, nos encontramos con un Partido Revolucionario Institucional, PRI, que llegó este domingo 4 a sus 83 años de vida y que según su líder nacional Pedro Joaquín Coldwdell, no ha muerto como auguraron sus enemigos cuando perdió la Presidencia de la República en el 2000, sino por el contrario, ser la principal fuerza territorial en el país al gobernar 20 entidades, más de 62 por ciento de los municipios y tener mayoría en el Congreso, optimismo que deberá de probar en la jornada del domingo 1 de julio.
Por el contrario, el partido de izquierda vigoroso, fuerte y que merece México, como lo hemos apuntado siempre, está más que moribundo por culpa de los líderes de sus llamadas tribus, las cuales a su antojo e intereses se dividieron las posiciones electorales en detrimento de su abanderado presidencial, Andrés Manuel López Obrador, dejándolo a estas alturas de la contienda presidencial, prácticamente en la orfandad.
En el Partido Acción Nacional, PAN, por prácticas de sus dirigentes nacionales que responden más a los mandatos del poder en turno que a sus principios y a su historia, destrozan cada día más el andamiaje de su organización con la multiplicación de las renuncias obligadas de sus íconos de la militancia, como acaba de suceder en el estado de Nuevo León.
En efecto, el PRI hasta ahora llega a la contienda presidencial después de haber ganado las gubernaturas de Coahuila, Estado de México, Hidalgo, Nayarit y Michoacán, que recuperó tras 11 años de gobiernos perredistas; ejercerá un presupuesto, el mayor de todos, asignado por el Instituto Federal Electoral, que rebaza los mil 640 millones de pesos, y con un candidato virtual, Enrique Peña Nieto, que continúa con mucho por arriba en las encuestas; sin embargo aún tiene que afrontar el escándalo del endeudamiento de Coahuila, que hizo renunciar a su anterior presidente nacional.
Si decimos que el partido de izquierda está moribundo es porque el Partido de la Revolución Democrática, PRD, yace en las manos de los llamados Chuchos: Jesús Ortega Martínez y Jesús Zambrano Grijalva, que actúa como presidente nacional oficial, quienes sin consideración alguna a su candidato virtual presidencial, López Obrador, se repartieron las candidaturas plurinominales con personajes desconocidos y sin trayectoria partidista, lo que va a provocar, además del daño al abanderado, una serie interminable de escisiones. Fueron tan necios en sus imposiciones que al parecer ya sacrificaron para un escaño en el Senado de la República a su preceptor titular, Manuel Camacho Solís
Por el blanquiazul, el asunto es todavía más candente, al grado tal que los personajes históricos de su militancia exigen la renuncia de su presidente nacional, Gustavo Madero Muñoz. El ejemplo último de esta situación de gravedad, es la renuncia del ex presidente municipal de San Pedro, Nuevo León, ex diputado federal y empresario, Rogelio Sada Zambrano tras 50 años de militancia, por las designaciones para candidatos plurinominales, es decir de dedo, de Raúl Gracia Guzmán y Fernando Larrazabal Bretón, no obstante que pesan sobre ellos señalamientos graves y al hermano segundo lo pillaron recibiendo fajos de billetes de manos de los varones del juego. Esta situación se está repitiendo en todo el país.
Celebró el PRI su 83 aniversario con una marcada expresión de unidad, en la que su dirigente nacional Pedro Joaquín Coldwell, acompañado de su abanderado, Enrique Peña Nieto, afirmó que no queremos otro sexenio de muerte y miedo y por lo que al tricolor le corresponde ponerle fin a la pesadilla de dolor, violencia, corrupción y pobreza que el panismo le ha recetado al país a lo largo de estos años. Por las izquierdas, al precandidato López Obrador no le quedó de otra, al declarar que no le corresponde la decisión para luego acotar: yo no impongo nada. Finalmente en el PAN, simplemente minimizaron las inconformidades y las renuncias por voz de su presidente de la Comisión Nacional de elecciones, José Espina Von Roehrich. Todo se refrendará o se pagará en las urnas en el ya inminente 1 de julio. Sino al tiempo.