Libros de ayer y hoy
COMENTARIO A TIEMPO
DESTRUIR A SU IGLESIA
Por Teodoro Rentería Arróyave
Para lunes 25 de abril de 2011
A nadie debe extrañar, y menos a la asociación religiosa, que en México cada día disminuyan los feligreses de la iglesia Católica Romana y por consecuencia aumenten los evangélicos, los protestantes, y peor aún, los que dejan de profesar algún credo.
Las razones están a la vista de todos, en contraste con el pasado, ahora se ventilan los excesos de todas las asociaciones religiosas que por ley tienen que estar registradas ante el Gobierno federal.
Históricamente la Iglesia Católica ha cometido toda clase de delitos, para que no se enojen sus jerarcas, precisemos: sus curas, sus párrocos y demás altos prelados, sin embargo, pocas veces ha sido sancionada.
Delitos que van desde la estafa hasta el homicidio; los horrores de la Santa Inquisición hasta la fecha no han sido ventilados de acuerdo a un código de la verdad; por eso al parecer, resulta que la pederastia, es eso, un juego de niños.
De ahí que compartamos con el Partido de la Revolución Democrática su saludo, nada más, porque de ninguna manera puede haber satisfacción, a la sanción que dictaminó la Secretaría de Gobernación contra Hugo Valdemar, vocero de la Arquidiócesis Primada de México, por haber infringido la ley al haber llamado a no votar por este instituto político entrometiéndose con ello, en asuntos que no le competen
Efectivamente, es una tibia resolución la del Gobierno federal, consistente en sólo un apercibimiento contra el prelado, sin embargo sienta un valioso precedente en México de que nadie, ni la Iglesia, deben estar por encima de la Ley y la Constitución, y esto sucede precisamente en los llamados días santos.
Antes, el Censo de Población y Vivienda 2010, que lleva a cabo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI, reveló que hay menos católicos en México. Los practicantes de la religión Católica disminuyeron, mientras aumentó el número de personas protestantes y evangélicas
El panista, Eduardo Sojo Aldape, titular del organismo, presentó los resultados definitivos que hacen saber que el número de católicos pasó de 88 por ciento, según el censo del 2000, al 83.9 por ciento en el de 2010, y hace dos décadas, de acuerdo con el conteo de 1990, el 89.7 por ciento de los mexicanos eran católicos.
Cuál es la respuesta ante los fríos números de los censos: no aceptar ni el tibio apercibimiento de la autoridad, y en plena celebración del domingo de Resurrección en recuerdo de aquel que ponía la otra mejilla, el abogado de la diócesis saca a bofetadas a sujetos que escandalizaron en la Catedral Metropolitana.
Armando Martínez, abogado del director de comunicación social de la Arquidiócesis de México, Hugo Valdemar Romero, anunció que impugnará el apercibimiento que la Secretaría de Gobernación emitió contra el sacerdote, porque según considera, contiene inconsistencias.
Ese mismo letrado, Armando Martínez no se aguantó las ganas de lanzar algunos golpes cuando elementos de seguridad del templo sacaban del recinto a cinco personas: cuatro mujeres y un hombre que con altavoces aseguraban ser elegidos de las Profecías y que era necesario destruir la Iglesia católica para que nazca un nuevo Dios.
Tal parece que no hay necesidad de estos falsos mesías, algunos de sus prelados, incluyendo a no pocos de la alta jerarquía y sus aláteres, se están encargando de destruirla.