Libros de ayer y hoy
Sendas noticias difundidas este domingo, exacto en que en México se celebra el Día del Padre sin que aún lo atosigue la absurda comercialización, estrujan el alma porque dan constancia del drama en que se encuentra o se ha sumido a la niñez y a la juventud.
La primera a nivel internacional, nos revela que en Ciudad Juárez, Chihuahua sobreviven 10 mil huérfanos, la segunda, nacional, no hace saber que son más de 23 mil los jóvenes que recluta el crimen organizado, ambas terribles realidades provocadas por la absurda guerra decretada en forma unilateral por el Jefe del Ejecutivo federal.
Un trabajo periodístico de investigación de la colega reportera, Majo Siscar y publicada en el diario español, Público Internacional con llamada en primera plana que lo dice todo: Los asesinatos en Ciudad Juárez dejan 10,000 huérfanos.
Mientras tanto aquí en nuestro país, el rotativo El Universal, en nota principal firmada por Elena Michel nos revela que el crimen ha absorbido a 23 mil jóvenes, ha dejado esos 10 mil huérfanos, ha desplazado 120 mil personas y de no parar esta ola de sangre las vidas cegadas al final del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa podrían llegar a 60 mil, más de las que murieron en las respetivas guerras de Estados Unidos contra Afganistán y Pakistán.
Majo Siscar, al referirse a los menores en orfandad de Ciudad, Juárez, la urbe más castigada por la guerra del narcotráfico y las más violenta del mundo con 240 asesinatos por cada 100 mil habitantes contabilizados en el 2010, precisa que perdieron uno o ambos padres, en una población de un 1 millón 500 mil habitantes.
La diputada perredista Teresa Incháustegui Romero, secretaria de la Comisión de Seguridad Pública de la Cámara de Diputados, advirtió que es incalculable precisar el daño por las vidas cegadas, las familias rotas, mutiladas y dolidas durante los cuatro años de la estrategia federal contra el hampa, sin embargo en estudio de ese cuerpo parlamentario se dan a conocer las cifras de la brutalidad que padece el pueblo de México.
En esta maraña criminal, los pequeños son las víctimas más vulnerables y el abono para que la espiral de violencia no termine, pues adolescentes y niños viven impregnados por esta cultura de violencia extrema e impunidad a pesar de que dicha violencia urbana ha obligado a crear talleres de duelo para víctimas.
Otra terrible revelación del documento procesado por la perredista, establece que además de los asesinatos, más de 40 mil, han sucedido un sinnúmero de violaciones sexuales relacionadas con los operativos, y que hay 14 mil casos denunciados de manera formal.
Algo debe de hacerse, alguien con poder tiene que parar esta masacre, alguien tiene que condolerse del drama en que se encuentran, en que se ha sumido en México a la niñez y a la juventud.