Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
F.DARINEL/QUADRATIN
MALOS RESULTADOS
LOS CAMINOS DE HOY
Números rojos
En el año 2007, inició la famosa guerra contra el narco en México. Eran principios de este año, cuando una gran cantidad de militares y policías se desplegaron hacia el estado de Michoacán, y desde entonces a la fecha la Comisión Nacional de Derechos Humanos; CNDH, ha recibido más de 3 mil 430 quejas por presuntas violaciones a los derechos humanos en cateos y operativos llevados a cabo, esto sin contar un sin número de denuncias de violaciones y abusos sexuales por los que militares y policías, estaban acusados; y aun lo están, de haber perpetrado en contra de inmigrantes centroamericanas detenidas, así como en contra de personas sindicadas en el delito de daños a la salud; narcotráfico.
Pormenor
Mucha gente puede creer que tales afirmaciones son falsas, tan solo porque por años siempre se le ha achacado este delito a los militares; casi por antonomasia. Sin embargo la gente, insisto, que los cree inocentes, considera que estas cifras son exageradas y difamatorias. Lo anterior lo comento como preámbulo para tocar el caso Comitán, el caso que nos ocupa en estos últimos días, un caso de cerco militar y policíaco a la ciudad, un caso de hostigamiento, y un caso de intensos patrullajes y cateos, al parecer la mayoría de ellos; si no es que la gran mayoría, han sido reveladoramente fracasos contundentes, pero con la consabida carga de violaciones a los Derechos humanos, intimidación, abuso de poder, acto de molestia e infundimiento de un constante temor y zozobra a toda la población.
Detonantes
En Comitán, desde hace cerca de una semana, se vive un estado de miedo y de inseguridad, situación que deviene primeramente del decomiso de un importante cargamento de droga y armas, mismo que fue incautado en el tramo federal Ocozocuatla-Las Choapas, mismo cargamento, que según las pesquisas, había salido de esta ciudad de Comitán y que fue incautado por policías Federales. El segundo punto referencial es la ejecución de dos personas sobre el bulevar Belisario Domínguez, a plena luz del día y en una sobresaliente hora pico, ejecución que por lo tanto fue observada por cientos de ojos, que prefirieron haberlo no visto nunca. El tercer y último punto, es el segundo incautamiento de más droga, más de 73 kilogramos de coca, otra vez sobre el tramo federal Ocozocuatla-La Choapas, en donde nuevamente los incautadores fueron Policías Federales.
Asegurada
Estos tres puntos en cuestión son los que detonaron y desataron una intensa actividad policial y militar en toda la ciudad, de tal suerte que Comitán quedó cercado y prácticamente al resguardo de la seguridad militar y en segundo lugar por los policías. Así la ciudad ha quedado en manos de militares y policías, que a partir de hace tres días iniciaron la acometida en contra de la delincuencia organizada. Y claro que esta actividad no es ningún chiste, ni ningún pasatiempo liviano y suave, es una actividad en donde constantemente está en juego y riesgo la vida de militares y policías, por cierto hace aproximadamente 17 años un estudio y encuesta que realizó una empresa gringa en México, demostró que cerca del 95 por ciento de los policías mexicanos, si bien no eran alcohólicos consuetudinarios, al menos si presentaban diferentes grados de alcoholismo, situación que la empresa consideró se debía a la constante presión y situaciones de extremo estrés; o sea el peligro, en las que encontraban, resultados que comentaron no se alejaba en mucho de las situación de la policía estadounidense, por lo que también es concebible y entendible que ahora que los militares y policías catean, disponen retenes y patrullan en la ciudad, su ánimo y su tensión se encuentre al límite máximo, así como su irascibilidad sea del todo palpable y ampliamente notoria.
Inició
Sin embargo y antes de continuar, es menester citar el refrán mexicano que a la letra dice:a río revuelto, ganancia de pescadores, pues este refrán es bastante bien aplicable a las fuerzas castrenses y de seguridad pública que realizan estas tareas en nuestra ciudad, que han iniciado a utilizar esta irrefutable razón, como pretexto a excesos de irascibilidad y abuso que ya demuestran, aunque del todo no podemos afirmar o comprobar que así sea, aunque las quejas de los ciudadanos hacen que la duda se vaya borrando, pues las muestras de prepotencia y las actitudes por demás majaderas y abusivas que han manifestado los ofendidos, que en su contra se han dado, los cuales han tenido la mala fortuna de encararlos, hace que dejen poco margen de incertidumbre.
Hasta el momento; según datos extraoficiales, al parecer la gran mayoría de cateos que han realizado ambas fuerzas; estrategia diseñada no sé por quién, parece ser que ha arrojado como saldo dos palabras: el fracaso, pues todo indica; insisto, según datos extraoficiales y fuentes consultadas, que los resultados y los números se encuentran en color rojo, pero eso sí el abuso y la prepotencia van a la alza.
Ofendidos
Muchos de los dueños de casas que fueron cateadas por estas fuerzas, ya han iniciado con acercarse a instancias que defienden y protegen los derechos humanos, pues aparte de estas quejas, las amenazas, las actitudes soeces, sobrepasadas, altaneras y por demás abusivas presentadas durante los cateos, revisiones en retenes y patrullajes, cada vez se van escuchando más.
Tan solo por citar un ejemplo, en un reten que se encuentran a la salida de Las Margaritas, el día de ayer aproximadamente a las 8 de la mañana, un grupo de policías, muy machitos todos ellos, detuvieron la camioneta que tripulaba una profesora de educación preescolar, quizá porque la camioneta la consideraron de lujo; punto que es aceptable, sin embargo lo deleznable fue la actitud sobrada, prepotente y suficiente que en todo momento; y altaneramente, además de majadera, demostraron estos policías, que de guardianes de la seguridad pasaron al lo patanes. Insisto la situación no es para menos, misma que mantiene a estas fuerzas en constante estado de vigilia y alerta, así como con la adrenalina a tope, lo cual posiblemente los orilla a estas actitudes, actitudes que están por ser elevadas a queja ante las Comisiones de Derechos Humanos, por muchos de los dueños de los domicilios que fueron cateados, mismos que denunciaron las tropelías, desmanes, destrozos e intimidación que durante los cateos, observaron muchos de los integrantes del ejército y de las policías.
Seguridad sin abuso
Qué bueno que vengan a darnos seguridad; más bien que el gobernador se haya preocupado por la seguridad de Comitán, pero que malo que ante la presión y ante toda esta tensión; las fuerzas castrenses y policiacas, sucumban ante la pasión, olvidándose completamente de la razón y el respeto hacia los ciudadanos, quienes sean o no indiciados, sean o no culpables, esto no les quita el grado de humanos y ciudadanos, para que sean vejados flagrantemente.
Ante todo, debemos entender el enorme riesgo por el que pasan estas dos fuerzas, pero también deben entender por otra parte; ellos, que perviven y existen para darle seguridad a la ciudadanía y que debido a estos excesos, y estos abusos, el nivel de confianza que tiene la población hacia ellos sea escaso, porque tanto temen de los horrores de la delincuencia, como también temen de los abusos y también de los posibles horrores de las fuerzas del orden, que se supone deben proteger. Por esto la reflexión final debe de ser para todos; ciudadanos y fuerzas: ante todo cooperación y responsabilidad, pero también respeto y más respeto a la ciudanía y lo humano.