Los magos y la gasolina
BEJALTIK
(Muchos Caminos)
F. Darinel
Tu palabra es una lámpara para mis pasos, y una luz en mi camino
Sal 119 (Nun 105)
ESTÁ MURIENDO
LOS CAMINOS DE HOY
Así que después de tres opiniones, de las cuales ya resumí e hice un breviario de dos de ellas el día de ayer, al respecto del origen de las ferias en los barrios y la patrona de Comitán, en donde comenté sobre su evolución y su decadencia; pero de las de los barrios.
Luego comenté con más detalle la evolución de la feria patronal y su innegable crecimiento, muy lejos de las otras, a pesar de las nuevas tecnologías, vías y medios de comunicación, la cual se desarrolló por otro impulso, un impulso extra.
En el tercer comentario; el de ayer, destaqué como ese impulso separó a la feria patronal en dos vertientes, quedando mejor posicionada la parte comercial, de diversión y de exposición, que se desarrolló mucho en cuestión de más de 30 años a la fecha.
Así pues, esta división; comenté, relegó a un segundo lugar a la feria tradicional, que de una o de otra forma, con ello fue condenada a desaparecer poco a poco.
Y ya con este brevísimo breviario, hoy concluyo con ésto que inicié la semana pasada, que es cuando terminó la feria o quesque expo feria, comentando o retomando esa primera división de la feria patronal, porque luego vino una segunda, y esa es la razón de estos cuatro comentarios.
Esa segunda división se da ya cuando la feria; la comercial y de entretenimiento, llegó a sus actuales instalaciones, en donde todo indicaba que esta iba rumbo al crecimiento y proyección esperadas, pero no fue así.
Si bien es cierto que en un principio la feria prometió mucho, en la parte de exposiciones, atracciones y comercio, en tanto a las instalaciones del Teatro del Pueblo se les veía vacías, porque los espectáculos eran muy escasos y pobres, para esta parte la gente creía que solo era cuestión de esperar.
Y así fue, porque el tiempo le dio mayores fuerzas e impulso a el escenario del teatro al aire libre, pero también le dio mayor impulso a el olvido de la otra parte de la feria, esa parte que es una posibilidad de escaparate para la proyección de Comitán.
Por esta razón, pero también por iniciar a vender o dicho de forma más suavecita, de concesionar la feria a la cerveza superior, esta fiesta que se suponía iría para arriba, inició una decadencia, que lo deja en el lugar hasta donde se encuentra ahora.
El vender la feria a esta cervecería, trajo como consecuencia que esta iniciara a crecer, pero en mayor cantidad de cantinas, se olvidó entonces el espíritu de exposición y proyección de Comitán y los stands poco a poco se fueron quedando vacíos de expositores.
En ellos ahora; si van; si es que van todavía; amables lectores, solo sirven para venta de ropa, espacios para promocionar escuelas locales, oficinas temporales de gobierno del estado, algunas exposiciones de menor cuantía y nada más.
Sobrevivió la expo ganadera, aunque por revanchas absurdas desaparecieron el concurso de la vaca lechera, que fue un buen impulso, pero los puestos de ventas de fritangas, de piratería, de alimentos con malas condiciones de higiene y viejos, muy viejos armatostes para los juegos mecánicos, esos se quedaron y aumentaron exponencialmente.
En contrario el espectáculo artístico, que por tradición en las ferias se da en los palenques de gallos; que también está prácticamente desaparecido, se pasó a el teatro al aire libre y a esto se le ha dado mucho mayor importancia, por parte de nuestras autoridades, desde hace más de 10 años, y esto ha traído la debacle y la segunda división de las ferias.
Por ello ahora la proyección en exposiciones, el tener una mejor vista de la feria en sus comercios y diversiones es un asunto olvidado, porque ahora lo importante y lo que parece es lo único, o por lo menos lo que se concibe como la feria, son los artistas que llegan y nada más, lo demás está en el olvido.
Por ello considero, que no es la solución quitar de su actual lugar a la feria, ni tampoco que se agrande la contaminación con otro mercado, ni que solo se le dé importancia, o que se considere solo como feria a la agenda artística, porque esto va más allá de esa concepción.
Por ejemplo, un amigo que por quince años me ha visitado aquí en Comitán, viniendo él del D. F. siempre en estas fechas, en un principio era un asiduo visitante de esta, en cuanto llegaba, porque la consideraba buena y de muy buenas posibilidades.
Sin embargo, en esta última ocasión que vino, me preguntó: ¿y qué exponen? porque no veo nada, además esta feria ya la veo muy insegura, veo mucho borracho y muchas cantinas, y mucha gente extraña en ellas y pu%#&@&; y todavía lucen las cantinas como su mayor atractivo.
Y continuo diciéndome: esta feria es una cantinota, ya no me gusta, eso ya la volvió insegura.
Por eso es imprescindible contestar la pregunta que lancé en la primera de estas cuatro opiniones: ¿en que nos beneficia una feria?, y habría que agregarle la palabra así, para que completa la pregunta diga: ¿en qué nos beneficia una feria así?.
Porque si bien es cierto que las ferias o las fiestas son importantes para el esparcimiento de la población, resulta ser que un esparcimiento riesgoso, en todos los aspectos, no solo no es importante, sino que nos trae más restas que sumas.
Por ello, la feria; nuestra feria, más que de cambiar de lugar, debe rescatarse, como escaparate comercial que debería de ser, lo cual es el espíritu que permanece en todas las ferias importantes de México.
Por lo mismo; insisto, debe de rescatarse, porque si las autoridades lo pretenden ofrecer como esparcimiento a la población, este esparcimiento no debe implicar riesgo y debe ser otra vez un pedestal para la proyección.
Basta de vender la feria a una cervecería, basta de creer que la feria solo son artistas y cantinas, la feria nuevamente tiene que pertenecer a la población en su totalidad debe ser segura y debe ser nuevamente ese escaparate que ha dejado de ser, en suma tiene que ser excelente en todos sus aspectos.
Es cuanto.