Abatir la impunidad, la madre de todas las batallas
BEJALTIK
F. Darinel
UN ALTO
LOS CAMINOS DE HOY
De La Salle
Hace ya algunas centurias, que el acaudalado francés Juan Bautista de La Salle, cura y canónigo de la catedral de Reims, con toda su formación teologal y toda su sapiencia, acuñada durante mucho tiempo, inició con una inquietante tarea, inquietante dado que la tarea que se impuso iba en contra de los intereses de la clase aristócrata, como hasta ahora lo sigue siendo. Y es que de La Salle inició a educar a los hijos de los obreros y artesanos muy pobres. Solo que esta actividad no la realizaba, ni precisamente la ejecutaba él, sino más bien un grupo de personas a quienes había solicitado su ayuda, para que transmitiesen los conocimientos a esos niños.
El gran punto
Ahí de La Salle notó el gran punto difícil en esta tarea y supo bien pronto que los educadores había que prepararlos, porque sin una técnica adecuada y sin los conocimientos básicos u ordenados de éstos resultaba muy, pero muy difícil lograr la transmisión de los conocimientos. Y en ese momento De La Salle inicia con el trabajo que le daría la inmortalidad y el conocimiento de la tarea más seria y más difícil de todas, ser educador, pero por sobre todo prepararlos con una técnica adecuada para que la labor de estos fuera eficiente, real y de resultados. Entonces nació para la posteridad De La Salle y nació uno de los pilares más sólidos de la pedagogía.
Versados
Ser educador, equivale a ser locutor, alguien que está versado en diferentes disciplinas, alguien que tiene una cultura amplia, pero la diferencia entre uno y otro estriba en que el primero debe, o se supone que tiene, una técnica para transmitir esos conocimientos en un aula, en tanto el otro tiene esos conocimientos, pero no tiene la técnica para transmitirlos; aunque vale apuntarlo, también contribuye en muchísimo. Sin embargo la gran y desoladora realidad actual es otra, la gran mayoría de educadores, aunque han ido a las escuelas de formación para profesores, a duras penas tienen una cultura y conceptos cognitivos aceptables, más bien la cultura que si es extensa en ellos; no en todos, es la de la güeva y la cultura pop, claro no a la manera de Andy Warhol.
Aquellos hombres
Hace más de medio siglo, una inmensa mayoría se decidió a ser maestro, porque la carrera era corta, se podía realizar culminando la secundaria y el trabajo se conseguía con cierta facilidad, el cual era más o menos remunerado y era un empleo seguro. En ese camino se reencontraron como seres humanos y se redescubrieron, muchos de ellos que habían nacido para enseñar, que ese trabajo, no solo era un empelo seguro; era una pasión. Así nacieron los grandes maestros, que sin saberlo ellos mismos, ignoraban que dentro de sí, fluía impetuosa la corriente pedagógica.
Urge
Es importante escribir una vez más que el concepto educación en nuestro estado; por sobre todo requiere de ser revisado, revalorado y reconcebido nuevamente, porque indiscutiblemente ese es tal vez el principal problema que aqueja a nuestra entidad, un problema asociado con una gran indolencia educativa por parte de la gran mayoría de los nuevos maestros, muchos de los cuales cifran y basan sus conquistas laborales en una mayor cantidad de días de descanso, calendarios de marchas y plantones, perfectamente agendados y una total falta de interés hacia el alumnado, sin importarles y sin ponerse a pensar que ellos son los formadores de políticos, científicos, atletas y todas las disciplinas habidas y por haber, así como la inmensa cantidad de profesiones que el mundo tiene.
La razón de hoy
Creo que no importa que día sea, de cualquier día del año, importa que la educación urge sea realmente impuesta y vigilada como un gran valor nacional y universal, y como es debido hacerlo ya y sin simulaciones, urge que la educación esté por sobre cualquier cosa y no solo sea promesa de campaña, ahora que estamos inmersos dentro de un año que de todo a todo es eminentemente electoral, y urge porque en el concepto de los grandes pedagogos y maestros rurales se pierde y se malbarata en cualquier discurso demagógico, urge porque esa educación salvadora, ha de salvarnos de secuestros no castigados por parte de las mal llamadas organizaciones sociales, como el que se perpetró hace dos días en la presidencia municipal de Comitán, urge porque lo exigen nuestros hijos, pues escribo esto y se los doy a conocer, en medio de la vorágine política, la cual hago a un lado por un momento, porque por el inicio de la roza, tumba y quema que ya está, y que es una de las depredaciones más ignorantes de nuestra región, nadie la castiga y nadie lo encauza de mejor forma, por eso urge hablar otra vez de educación, porque hay un mañana para los nuestros que recién empiezan, pero que de no instruirlos como debe de ser, seguirán nuestros pasos y al final solo quedaran cenizas de un mundo que quiso, pero no pudo ser.
Es cuanto.