B’EJALTIK/F. Darinel

B’EJALTIK

F. Darinel

“Permanezcan en los caminos,
busquen y pregunten por las rutas ancestrales,
donde se encuentra el bien y caminen por ellas,
para que encuentren descanso para sus almas”
Jeremías (6,16)

“ES TIEMPO”

LOS CAMINOS DE HOY

Exigencia
Recuerdo que en una ocasión, después de haber visitado la Universidad Autónoma de México; en CU, allá en la Ciudad de México, Ricardo Salinas Pliego; el dueño de TV Azteca, como colofón de la disertación de una conferencia sobre “economía sana”, concluyó diciendo “……y en la medida que puedan instruyan a sus hijos, apoyen a sus hijos; y a ustedes mismos, a crear empresas. Contribuyan a generar la mayor cantidad de empresas; hagamos de México un país de empresarios, porque la clase empresarial es la que ha subsistido al final de cualquier crisis. La creación y generación de empresas es la clave”.

Perseguido por muchos
El “sueño americano”, no cifra sus esperanzas en ser un empleado de por vida, ni basa su filosofía de crecimiento –que no está escrita, vale aclarar- en que las personas sean nada más un “elemento de producción”, sino que “ese sueño” tiene un camino muy específico con una persona de inicio, y trabajando mucho, ahorrando e invirtiendo esos ahorros en algo que sabe hacer, o que puede comprar y vender, o produciendo y luego vendiendo. Para luego crecerlo y diversificarlo, lo que en pocas palabras significa que “el sueño americano” es el génesis, desarrollo y establecimiento de una empresa y un empresario, que por ende genera empleos y riqueza.

Sueños por doquier
Por eso no resulta raro que en los Estados Unidos, abunden las empresas de cualquier tipo, ahí están los ex-militares y ex-policías que ofrecen sus servicios de seguridad e inteligencia, pero en niveles de excelencia y a gran escala, los peluqueros que luego construyeron imperios en cadenas de salas de estética, un ex-militar, que desde Kentucky con su “receta secreta”, desde hace más de un siglo vende pollo frito, o hamburguesas, o la herencia de “Mr. Miami Beach” que inició a ofertar lugares utilizando chicas en traje de baño. En fin que ejemplos hay muchos, como ejemplos de empresarios mexicanos nacidos de la nada y que crearon el propio “sueño mexicano”, como “el rey de la basura”, que hasta se dio el lujo de tener y mantener a 12 esposas y que; acaso, fue uno de los primeros en demostrar que la basura era un gran negocio, o como el dueño de las taquerías “el fogón”, de donde se inspiraron para realizar la película “Tacos al carbón”, con Vicente Fernández allá en los 70’s

Ejemplos sobran
Lo anterior y el consejo de Salinas Pliego, es pues la exigencia del surgimiento de una nueva clase empresarial, nacida de los actuales jóvenes y prestadores de servicios, o bien de los hijos de la clase empresarial prevaleciente, que creen o generen nuevas empresas a partir de las ya establecidas, lo que en otras palabras lo entenderíamos como el “establishment” neoempresarial mexicano.

Sin claudicar
Así que por lo mismo no debe de claudicar en su intento Doña Estelita de San Sebastián, al haber ya expandido la venta de sus riquísimas paletas; más las de chimbo, porque -¿por qué no?- hay que pensar que pueden ir más allá de la frontera comiteca y que pueden tener el éxito que aquí tienen. Pero apuntaba que ese tipo de empresarios sn los que tienen que surgir ya, para iniciar a exportar; por qué no, los rebozos y manteles de telares comitecos y toda la gama de artesanías de creación cositía, buscar con más ahínco, no prestamos que solo alcahuetean la flojera, sino empréstitos para generar empresas de cualquier tipo.

Otros que sueñan
Esa es la clase de gente y empresarios que se necesitan para la generación de empleos, riqueza y bienestar, con el consabido aprovechamiento de conocimientos, bienes y por qué no subrayarlo, el ser poseedores de tradiciones de y bienes de años atrás, que no deben morir, sino al contrario deben crecer, para que no les pase lo que muchos, que han heredado fortunas pero que por no saber, o no querer trabajar, y no saberlos explotar, han desaparecido como ranchos y fortunas, o el aguardiente “comiteco”, la desaparecida industria de la curtiduría y peletería, la agónica industria de la alfarería de Guacanajaté; hoy La Independencia y lugares que están cerca de ella como “los yocnajabes”. Por eso es que sin ser uno más de esos “comitecos nostálgicos”, veamos y aplaudamos el esfuerzo de gente que aunque en pequeño, intentan crear empresas y ser competitivos en un futuro económico que no se ve nada halagüeño.

Ahora que…
Por eso, ya que muchos trabajos, que en unos meses, dejaran de ser “de base”, que no habrán más sueldos mínimos, y que ahora nuestras nuevas palabras a masticar para el pago por horas de trabajo y contratos de tres meses serán: “out sourcing”, ya que ayer; de no creerse, nuestros nuevos diputados federales, en lo general aprobaron la “reforma laboral” ventajosa, opresora y sanguinaria impulsada supuestamente por “Fecal”, pero en realidad impulsada por Salinas, para que “sus chavos”, cuando estén en el poder no tengan mucho problema con la chusma proletaria o sindicalizada. Por ello y por esta situación, es bueno hablar un poco del auto empleo y el concepto empresarial, porque sobre esa reforma, con más profundidad les hablo la próxima semana.

Con ánimo
Así, bien vale; ante esta otra tragedia de los pobres de México y ante la constante crisis que padecemos de cinco siglos, no olvidar a nuestro Premio Nobel de Literatura, de quien cito un fragmento de su poema “El Cántaro roto”, sin olvidar a los que en Comitán se están atreviendo a crear empresas. Para todos, algunos de los versos de Octavio Paz de ese poema: “……hay que soñar hacia atrás, hacia la fuente, hay que remar siglos arriba, más allá de la infancia, más allá del comienzo, más allá de las aguas del bautismo………”

Es cuanto.

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