Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Al maestro con cariño
Si, es cierto, el rezago educativo en el país es una realidad, no lo podemos negar, pero si bien es cierto que los jóvenes cada vez más se esfuerzan menos y muestran demasiado desinterés por su futuro, no podemos dejarles toda la culpa a ellos.
¿Qué pasa con la actividad docente? ¿Hacia dónde vamos y hacia dónde queremos llegar? Le exigimos a nuestros alumnos, pero ¿nos exigimos a nosotros mismos? Les pedimos a nuestros alumnos que se preparen, pero ¿realmente nosotros nos preparamos? ¿Cuántos maestros no ven la profesión como mero satisfactor de sus necesidades económicas y no se dan cuenta de la gran responsabilidad que tenemos como formadores de nuestros alumnos?
Cada vez es más recurrente encontrarse a maestros que no se encuentran altamente capacitados para formar; para ser maestros no basta con tener los conocimientos, es vital saber enseñar, es vital, motivar, hay que permitir que los estudiantes tengan ideas propias, permitirles desarrollar el intelecto, hacer líderes y no masas de borregos parlantes donde se piensa que el maestro siempre tiene la razón y no se les permita cuestionarnos. Es necesario, inculcar en el alumno la comprensión y las habilidades para manejar el conocimiento y para establecer juicios de valor por ellos mismos, es necesario que el alumno, al estar aprendiendo, ponga en juego dichas habilidades, tales como inquirir, imaginar, ponderar, sintetizar y analizar. En aproximadamente el 80% de las clases en grado universitario se emplea el método expositivo: el profesor dice o escribe lo que sabe para que el alumno en determinados momentos del curso refiera con fidelidad lo que el profesor sabe. Esta dinámica magisterial es consecuencia del culto al conocimiento y contribuye a estimular el aprendizaje de memoria.
Si se quiere hacer un cambio radical en la educación, es necesario revisar los métodos de enseñanza.
Cómo no se va a sentir desmotivado un estudiante al tener que aprender de memoria una gran cantidad de información que siente que le servirá de muy poco para enfrentar el curso que sigue o peor aún que poco le puedan servir en el campo laboral. Es mejor que el alumno desarrolle su capacidad de pensar por sí mismo a que sólo memorice lo que tiene que aprender.
Hoy en día el sistema educativo mexicano con respecto a la formación docente no se centra en la importancia de un cambio significativo en las estrategias didácticas, los docentes sólo enseñan por medio de lo tradicional, no brindan estrategias didácticas, que vayan a la par de las necesidades de la sociedad, basta de métodos obsoletos que lleven la idea de que la educación es aburrida.
Nada cambiará en una institución escolar si no se modifica la manera de pensar de los maestros. Ya que ni reglamentos, ni planes de estudio, ni autoridades, ni siquiera los tan necesarios aumentos de sueldo lograrán un cambio radical con respecto a nuestro desalentador panorama educativo.
Es importante contextualizar, que este rezago educativo en el nivel superior, deja graves consecuencias, como el desencanto de los egresados universitarios por su mala formación que tarde o temprano se hace evidente y se ratifica por los reclutadores de recién egresados, y se refleja en el cada vez más lento desarrollo de la región, y por que no, del país entero. Si realmente se pone hincapié en mejorar el sistema educativo empezando por revisar y mejorar los planes de estudio, por hacer procesos de selección de personal más estrictos, por intentar mejorar la formación académica y pedagógica de los docentes, con todo ello, habrá muchas posibilidades de crecimiento educativo, económico y social. Esta parece ser una tarea que vale la pena al menos intentar por el bien de nuestros alumnos y el de nuestra región.
El rezago educativo no es problema de unos, sino de todos, es por eso que uno debe de iniciar con el cambio, acuérdense que la diferencia empieza por uno mismo y no podemos tapar el sol con un dedo.