Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
A exactamente 36 días de que termine el tan famoso Año del Bicentenario, es pretexto para hablar un poco de cómo ha ido evolucionando la educación en nuestro país a lo largo de este tiempo, y qué mejor que haciendo una breve introducción del más reciente libro del periodista argentino Andrés Oppenheimer, ¡Basta de Historias!, en el cual hace un análisis bastante extenso del sistema educativo de Latinoamérica, y lo compara con otros países como China, Corea del Sur, Japón, India y otras potencias emergentes, además profundiza en la obsesión al pasado que con motivo de los festejos por la Independencia se tienen en gran parte de Latinoamérica, ejemplos hay muchos, en México, el presidente Calderón, encabezó el traslado de las urnas mortuarias de los héroes de la Independencia para ser exhibidas en Palacio Nacional; y México no es el único, también podemos mencionar a países como Venezuela, El Salvador, Ecuador y Argentina, países cuyos gobiernos han ido desde cambiar el nombre a su país, hasta el préstamo de los restos de sus héroes por varios meses entre 3 países. Esto nos obliga a preguntarnos, ¿Es realmente necesaria tanta faramalla para promover el orgullo y la unidad nacional? ¿Sirve de algo esto para ser un mejor país? ¿Estamos realmente trabajando para ver por el futuro o simplemente estamos cargando con el pasado y viviendo de éste? En vez de estar gastando tanto tiempo en debatir en dónde deben descansar los restos de nuestros próceres, el Gobierno no debería de preocuparse y Ocuparse por mejores propuestas para acabar con la pobreza y mejorar la competitividad, o preguntarse por ejemplo, ¿por qué ninguna de las Universidades Latinoamericanas figuran entre las mejores 100 Universidades del mundo?
Es desalentador saber datos como que sólo el 27% de los jóvenes latinoamericanos en edad universitaria están inscritos en instituciones de educación superior, comparado con el 69% de sus pares pertenecientes a países en potencialmente emergentes como China, Corea del Sur, entre otros. O basta otro ejemplo, como que la UNAM que es la máxima casa de estudios de nuestro país tenga más convenios con Cuba, país que no figura en los rankings de países con mejores universidades en el mundo, que con Inglaterra, que cuenta con 25 de las mejores Universidades del mundo, esto sin mencionar el dato alarmante de que ocupa el lugar 190 de un total de 200 Universidades del mencionado ranking, dato que si lo analizamos nos hace pensar que sucede entonces con la educación en provincia, qué pasa con la UNACH, con las demás Universidades privadas y con el incremento de cada vez más Universidades patitos que sin ton ni son aparecen cada cuatrimestre. ¿Para dónde van a parar todos los jóvenes? ¿Realmente estamos creando jóvenes preparados? ¿O sólo futuros desempleados?