J Balvin, Marshmello, Armin van Buuren y Julión, en el FIG de León
TULUM, QRoo, 18 de enero de 2019.- Zonas de selva destrozadas, proyectos que dicen ser ecológicos, pero que destruyen el manglar, falta de un plan maestro e infraestructura ante el desmedido crecimiento demográfico de una ciudad con 40 mil personas planeada para 10 mil, tiraderos de desechos al aire libre y la grave contaminación del río subterráneo más grande del mundo, comparado en importancia al Everest o Amazonas, son algunas de las problemáticas que muestra en imágenes, sorprendentes y crudas, el documental The Dark Side of Tulum (El lado oscuro de Tulum), que comparte la organización comunitaria Red Tulum Sostenible, en Facebook.
El trabajo de 30 minutos, que tiene más de 135 mil 130 visitas en You Tube, escrito y editado por Rachel Appel y co-producido por Agustín Llamas, apoyados por el asesor científico Olmo Torres Talamante, entre otras personalidades, exhorta a gobiernos y empresarios a evitar seguir destruyendo el ecosistema de Tulum, en busca de beneficios económicos.
Advierte que se debe cuidar el paraíso natural y mantener los manglares en lugar de rellenarlos para hacer más estacionamientos o cuartos de hotel.
Destaca que el manglar es un sistema de filtración que funciona como “nuestro sistema séptico y la manera natural de limpiar toda el agua que lo pasa y sale al océano filtrada y limpia: sin manglar no tendríamos esas condiciones”, alerta.
Afirma que lo más triste es ver cómo la gente llega para hacer dinero, mucho dinero a Tulum, sin respetar a la naturaleza: “es algo que tiene que parar ahora y no es una sorpresa que el arrecife de Tulum ya está sufriendo los efectos, tristemente el coral está muriendo”, muestra Rachel Appel, en el vídeo que fue subido el 5 de enero de este año.
En el documental se observa un terreno grande en medio de la selva, a unos kilómetros del pueblo, en el que la basura y contaminantes peligrosos están filtrándose al agua.
La investigadora lamenta que “materia fecal se vierte constantemente al acuífero, consecuencia de un deficiente sistemas de aguas residuales y el desarrollo irresponsable de la zona urbana”.
En Tulum “como 20 por ciento del drenaje está enviando sus aguas residuales a una planta de tratamiento, pero 80 por ciento de esas aguas sucias van al subsuelo”, confirma el biólogo Olmo Torres.
El documental editó una parte de un vídeo tomado en 2006 debajo de las calles de Tulum, donde se observa como abunda y flota materia fecal humana.
Rachel Appel lamenta que muchos lugares tienen plantas de tratamiento para aguas residuales individuales, “pero son mal mantenidas y es frecuente que tengan fugas, o peor, los sistemas son inadecuados, diseñados para 5 o 10 personas, pero dan servicio a establecimientos con más de 100”.
Dice que los desarrolladores inmobiliarios no han ayudado, y que “otro motivo es la corrupción y negligencia por parte de autoridades y dueños de negocios”, porque hay establecimientos clausurados por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) que siguen abiertos al público.
“Hemos tenido un no muy conveniente desarrollo, que tiene que ver con algo de corrupción y algunas cosas que no tenían que haber sido autorizadas”, señala. Detalla que en Tulum, la mayoría del plástico no se separa y termina tirado en basureros.
Solo la empresa Tulum Recycles se ha preocupado desde hace varios años en ese tema, comenta. Menciona que los paneles solares no son una opción porque contienen materiales peligrosos, como plomo o cadmio, que son metales muy tóxicos, cuando los equipos se tiran y dejan de funcionar.
En ese contexto, quien se dice una amante de Tulum y produjo el video para hacer que gobierno y empresarios tomen conciencia, al igual que los turistas y la ciudadanía, sugiere apoyar a las empresas que trabajan para usar la basura y convertirla en combustible.
Urge a las autoridades que los recursos públicos se usen realmente en el desarrollo de la infraestructura necesaria, conectando más zonas urbanas a plantas de tratamiento residuales, y fomentando mejores prácticas en el tratamiento de basura.
A los desarrolladores, les pide, que respeten a la naturaleza “que es nuestro bien más valioso”.