J Balvin, Marshmello, Armin van Buuren y Julión, en el FIG de León
Estimado lector, te comparto un par de imágenes de la fotógrafa italiana Tina Modotti, una artista con una vida emocionante, siempre al borde del abismo. Quien además de talentosa, contó con una alta conciencia de justicia social para el mundo que le tocó vivir.
Tina Modotti fue una fotógrafa y activista italiana, nacida el 16 de agosto de 1896 en Udine, Italia. A lo largo de su vida, se convirtió en una de las artistas más destacadas del movimiento fotográfico del siglo XX, dejando un legado artístico aproximado de 400 fotografías, que consta de retratos de intelectuales y artistas de la primera parte del siglo XX; además de escenas de la vida cotidiana del pueblo de México.
Nacida como Assuntina Modotti, emigró a los Estados Unidos en 1913 junto a su padre, dónde trabajó como modista, y participó como actriz en Hollywood, en al menos tres filmes del cine mudo: «Tiger’s Coat (1920)», «Riding with Death (1921)» y «I Can Explain (1922)».
En esta época Modotti conoce al gran fotógrafo estadounidense Edward Weston, quien la introdujo al mundo de la fotografía, juntos emprenderían un viaje a México que los llevará a ser parte del movimiento cultural mexicano, que buscaba forjar una nueva identidad mexicana.
En México, Modotti capturo la crudeza de la vida cotidiana y la lucha por el día a día de los trabajadores del campo y los obreros, visibilizando la desigualdad y la opresión social. Además, puso énfasis en retratar las tradiciones del México de esa época, como la fiesta de «Los Judas» de Semana Santa. Sus fotografías eran una representación honesta de la realidad, lo que le valió el reconocimiento como una de las fotógrafas más importantes de su tiempo.
A través de su fotografía, Tina Modotti también se involucró en la política y el activismo. Su trabajo se convirtió en una voz para los oprimidos y los marginados, y sus imágenes eran una manera de denunciar y visibilizar las injusticias sociales del momento. Además hizo un registro fotográfico de los murales de Diego Rivera, Jean Charlot, José Clemente Orozco, entre otros.
Tina Modotti se afilió al Partido Comunista de México en 1927, en esa época salió con Julio Antonio Mella, líder del movimiento estudiantil en Cuba contra la dictadura de Gerardo Machado, por lo cual estaba refugiado en nuestro país. Sin embargo, éste fue asesinado. La fotógrafa fue testigo y acusada de este hecho
Para 1930 Modotti será exiliada de nuestro país, acusada por atentar contra la vida del Presidente Pascual Ortiz Rubio. Además el gobierno mexicano la hace prisionera durante 13 días para que abandone sus convicciones comunistas En su andar por el mundo, Tina Modotti apoyará la causa Sandinista en Nicaragua contra la ocupación estadounidense, colaborará en la formación del primer comité italiano antifascista, además se alistó en el Quinto Regimiento durante la Guerra Civil Española.
En 1939 regresará a México con un seudónimo y tres años después morirá abordo de un taxi de un ataque cardiaco. La despidieron envuelta como una leyenda en una bandera adornada con la hoz y el martillo.
Modotti, no solo fue una mujer bella y talentosa, sino una apasionada de sus convicciones políticas y sociales. Faltarían letras para en unas cuantas líneas describir a la fotógrafa, a la mujer, a la activista, a la artista, a las causas que perseguía, sus amores y en particular sus tragedias. Sin embargo, nos queda su obra y la inspiración de vida para que otras mujeres y hombres sigan su legado.
Al respecto de su muerte, te comparto el poema que Pablo Neruda le dedico:
Tina Modotti ha muerto (Fragmentos). Por Pablo Neruda
Tina Modotti, hermana, no duermas, no, no duermas
tal vez tu corazón oye crecer la rosa
de ayer, la última rosa de ayer, la nueva rosa.
Descansa dulcemente, hermana….
A mi patria te
llevo para que no te toquen,
a mi patria de nieve para que tu pureza
no llegue el asesino, ni el chacal, ni el vendido:
Allí estarás tranquila…
En las viejas cocinas de tu patria, en las rutas
polvorientas, algo se dice y pasa,
algo vuelve a la llama de tu dorado pueblo,
algo despierta y canta.
Son los tuyos, hermana: los que hoy dicen tu nombre
los que de todas partes, del agua y de la tierra,
con tu nombre otros nombres callamos y decimos
Porque el fuego no muere. —