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PUEBLA, Pue., 1 de septiembre de 2025.- La ciudad de Puebla de los Ángeles fue fundada bajo la protección de San Miguel Arcángel, príncipe de las huestes celestiales y defensor de la fe.
Por ello es el santo patrono de la ciudad. Para honrar este concepto fue plasmado en una fuente. Según censos de 1689, la fuente de San Miguel vino a sustituir a otra de 1548, también ubicada en la plaza principal. Fue bendecida y estrenada el 23 de junio de 1777. La fontana fue a encomendada a San Miguel Arcángel por orden del virrey Antonio María Bucareli y Ursúa. Originalmente era el centro de abastecimiento y suministro de agua dulce de la ciudad, pero con el tiempo perdió ese uso y se transformó en un icono turístico. Abasteció del vital líquido por casi una centuria. Fue diseñada por el arquitecto Juan Antonio de Santa María de Inchaúrregui, quien estuvo a cargo de la dirección para su construcción. Fue tallada por los artesanos Anselmo Martínez y José Francisco Rabanillo. Su colocación se hizo en la administración del corregidor Gaspar de Portolá.
Desde 1777 está considerada como una de las fuentes virreinales más hermosas de la ciudad de Puebla. Tiene representados los símbolos del bien y el mal. En la parte central, el arcángel San Miguel empuña la espada con la que da muerte al dragón infernal que yace a sus pies. Te puede interesar: Detienen a dos feministas por vandalizar fuente de San Miguel La constituye una columna de piedra sostenida por cuatro ángeles –a manera de pilares- que miran a quien se acerca. A esto se añade el murmullo del agua subiendo y bajando por su estructura.
De acuerdo con la tradición, la figura de San Miguel Arcángel se muestra sujetando al demonio en forma de dragón o serpiente con una cadena y está empuñando su espada. En su tallado parece que su ropaje está ondeando con el viento y la espada, con forma ondulada, flamea, algo muy innovador y propio del barroco. Todos los detalles están llenos de mucha vitalidad y el gesto de estar pisando la cabeza del demonio y con el otro brazo jalando la cadena es muy representativo del concepto católico.
Los ángeles de la fuente representan los cuatro puntos cardinales y sostienen monstruos de agua que representan los rumbos del mundo. En la parte superior tiene leones que arrojan agua hacia la pila de la fuente, a los costados hay emblemas que cargan el símbolo de la corona española, el famoso Plus Ultra (más allá) y las columnas de Hércules. Tiene un radio de nueve metros y seis metros de altura con todo y escalinatas. El tazón pesa diez toneladas, mientras que la fuente completa pesa noventa. La pila tiene una capacidad aproximada de dos mil litros. El material empleado es piedra gris del tipo traquita de las canteras del cerro de Loreto y Guadalupe.
En 1873, cuando dejó de ser el abastecimiento del vital líquido, se pasó a la zona de San Francisco, a la plazuela del Boliche por obras de remodelación. Su traslado y vigilancia estuvo a cargo del arquitecto Everardo Morales Pardo durante la administración de José María Ross. En 1962, fue removida nuevamente de San Francisco al zócalo, lugar de origen y actual ubicación, con motivo del centenario de la Batalla del 5 de Mayo. Actualmente, el protector de la ciudad, permanece erguido en lo alto del lugar que lo vio nacer. Te puede interesar: Gobierno de Puebla y Ayuntamiento condenan violencia en manifestaciones Con el paso de los años, la Fuente de San Miguel Árcángel se ha convertido en un referente de la ciudad de Puebla por su majestuosidad. Cabe precisar que el otrora venero abastecedor fue declarado monumento histórico en 1933.
LA PRIMERA FUENTE DE PUEBLA Cuando se determinó el sitio en donde se establecería de forma definitiva la antigua Ciudad de los Ángeles, en 1532, lo primero que se trazó a cordel al centro de la metrópoli fue la Plaza Mayor, también conocida como Plaza de Armas, lo que actualmente conocemos como Zócalo. Posteriormente, se delineó la ciudad en sentido cardinal, de norte a sur y de oriente a poniente, con un patrón reticular de calles horizontales y verticales que salían en ángulo recto hacia los cuatro puntos cardinales formando manzanas rectangulares en dimensiones de 200 por 100 varas cada una dividida en ocho solares.
Para ello se tomó como punto de referencia a partir de las esquinas de la Plaza Mayor. Asimismo, se estableció que en el centro de la Plaza Mayor se colocara una picota que sirviera para castigar y exhibir a los delincuentes ante el pueblo. También se instaló una fuente que tenía el propósito de abastecer de agua dulce a los habitantes. De acuerdo con el investigador David Ramírez Huitrón, dicha fuente era de base octagonal y tenía un león en el brocal de donde brotaba agua. Este dato se tiene por un dibujo que está en el Archivo General Municipal de Puebla.
En aquella época, la Plaza Mayor era el punto donde transcurrió la vida pública, comercial, religiosa y política de la antigua Ciudad de los Ángeles, la cual celebraba su fundación cada 29 de septiembre, el día de San Miguel Arcángel, que es el Santo Patrono de la ciudad. Durante el siglo 18, más de dos siglos después de establecida la ciudad de españoles, se mandó a hacer una fuente en honor a San Miguel Arcángel, la cual se determinó que se colocara en la Plaza Mayor. Fue entonces que la fuente edificada en el siglo 16 desapareció para dar paso a la de San Miguel Arcángel, que era más grande y se ubicó hacia el oriente, del lado del Portal de las Flores, actualmente conocido como Morelos. Como ya se señaló fue diseñada por Juan Antonio de Santa María de Inchaúrregui.
Se inauguró el 23 de junio de 1777. Te puede interesar: Registran daños en la Fuente de San Miguel tras protesta en el Zócalo Durante el siglo 19, el surtidor dedicado a San Miguel Arcángel fue mudo testigo de todos los acontecimientos bélicos que sufrió la ciudad. Atestiguó la jura de Independencia por parte de Agustín de Iturbide, la invasión norteamericana, la Batalla del 5 de Mayo de 1862, hasta el Sitio de Puebla de 1863. Cuando el Ejército Mexicano venció a los franceses, Benito Juárez le entregó medallas a cada uno de los soldados justamente en la Plaza Mayor, sitio en donde se instaló un templete más alto que la fuente. Después del 17 de mayo de 1863, cuando los franceses tomaron la ciudad, acamparon a su alrededor.
La Fuente de San Miguel Arcángel también fue testigo de la Toma de Puebla, el 2 de abril de 1867 cuando el general Porfirio Díaz recuperó la ciudad dando fin a la segunda intervención francesa. En 1873, el ayuntamiento determinó modificar el aspecto de la Plaza Mayor. Por ello, se desarmó la fuente, se trazaron las calzadas y se pusieron los arriates para las flores. Como la fuente estaba más cargada hacia el oriente, el nuevo diseño alteraba fisionómicamente la simetría que deseaban, entonces decidieron quitarla y sustituirla por un monumento dedicado a la Independencia, que sería la base del nuevo Zócalo. Planeaban colocar dos fuentes laterales grandes y al centro un basamento con su barandal al estilo neoclásico, lo que nunca se terminó. La Fuente de San Miguel Arcángel se mantuvo desarmada por cinco años y guardada en una bodega, hasta que la armaron nuevamente en la Plazuela de San Francisco. El 2 de abril de 1878, la pusieron enfrente de la capilla de los Dolores, donde ahora está la Senda de la Mujer y hay una fuente más pequeña. Esto es entre la 8 y 10 Oriente y la 6 Norte.
Como el monumento a la Independencia no se colocó, en su lugar se edificó un quiosco, que se inauguró el 5 de mayo de 1883. Era de estilo morisco, más grande y más alto que el del Paseo Bravo, fue una obra de Eduardo Tamariz Almendaro. El techo era de Lámina. El piso era de madera y a alguien se le ocurrió ponerle cemento lo que arruinó su base acústica por lo que no servía como caja de resonancia. Por ello, entonces en la planta baja instalaron bodegas y alrededor rentaban carritos de hojalata para diversión de los niños. Para conmemorar el centenario de la Batalla del 5 de Mayo, en 1962, la comuna decidió embellecer el zócalo.
Así fue como la Fuente de San Miguel Arcángel regresó a su lugar de origen, aunque se pensó en colocarla en la explanada que estaba frente al Teatro Principal, pero eso no sucedió. En su lugar pusieron una de inspiración libre, que también tiene cuatro ángeles, lo que se culminó en 1964.
El encargado de trasladar la Fuente de San Miguel Arcángel nuevamente al Zócalo fue el arquitecto Jesús Corro Ferrer. La desarmó en diciembre de 1961 y cuando la colocó le hizo una corrección de un defecto que tenía. Le añadió una almohadilla de piedra para levantar a los ángeles y que se viera más simétrica. La fuente quedó lista para el festejo de la gala de renovación del Zócalo y celebración del centenario de la batalla, el 5 de mayo de 1962. Desde entonces ahí luce.