J Balvin, Marshmello, Armin van Buuren y Julión, en el FIG de León
GUADALAJARA, Jal., 15 de junio de 2024.- Ubicado en el corazón de Guadalajara, México, el Taller del Chucho se ha consolidado como un referente mundial en la animación stop motion. Este estudio ha ganado reconocimiento y prestigio internacional, compitiendo al nivel de grandes nombres como Aardman Animations en Bristol, conocidos por sus obras icónicas como Wallace & Gromit.
El Taller del Chucho fue una de las grandes revelaciones en el Festival de Annecy del año pasado, donde México fue el país invitado y el estudio destacó por su innovación y creatividad con obras como Humo, de la maestra en esta disciplina Rita Basulto.
El Taller del Chucho ocupa siete naves industriales que, antes de su intervención, estaban abandonadas y en ruinas. Con una visión clara y un compromiso firme con el arte y la cultura, en particular de Guillermo del Toro y Raúl Padilla, decidieron rehabilitar estos espacios, convirtiéndolos en un centro de creatividad y producción. Hoy en día, estas naves albergan uno de los estudios de stop motion más avanzados y respetados del mundo.
En nuestra visita a las instalaciones nos comentan que»en el área de talleres es donde sucede toda la magia y las cosas más bonitas. Aquí se elaboran las maquetas, los puppets y los props que dan vida a nuestras animaciones.» Estas palabras reflejan la pasión y dedicación que impregnan cada rincón del estudio.
Uno de los proyectos más importantes realizados en el Taller del Chucho es la película Pinocho de Guillermo del Toro, una obra que les valió un Óscar. La colaboración con talentos como Rita Basulto, una de las animadoras más destacadas de la industria, ha llevado al estudio a alcanzar nuevas cumbres de excelencia. Basulto es reconocida no solo por su habilidad técnica sino también por su capacidad para infundir vida y emoción en cada uno de sus personajes.
El Taller del Chucho cuenta con instalaciones de primer nivel que incluyen foros de grabación, áreas de recreación y ludoteca, y talleres especializados. Los foros están diseñados para satisfacer las necesidades específicas de la animación stop motion, con techos altos y parrillas que permiten divisiones para trabajar en múltiples proyectos simultáneamente. Cada foro es independiente en términos de suministro eléctrico, garantizando la continuidad del trabajo incluso en caso de fallos en el suministro.
En la ludoteca, los animadores pueden traer a sus hijos, quienes son cuidados por personal especializado, permitiendo a los artistas concentrarse en su trabajo sin preocupaciones. Esta área es un reflejo del compromiso del taller con el bienestar de su equipo.
El área de talleres está dividida en varias secciones, cada una dedicada a una etapa específica del proceso de producción. Aquí se encuentran cabinas de pintura, talleres de construcción y maquetas, impresoras 3D, y cortadoras láser. Estos recursos permiten al equipo crear con precisión y detalle, desde los prototipos iniciales hasta los acabados finales de cada producción.
El compromiso del Taller del Chucho con la innovación se refleja en su equipamiento de vanguardia y en su enfoque hacia la sostenibilidad. Las cabinas de pintura están equipadas con filtros para asegurar que el aire liberado al exterior esté libre de contaminantes, y cuentan con plantas de energía independientes para cada foro, incluyendo una planta de gasolina para emergencias.
El uso de impresoras 3D y cortadoras láser permite una fabricación precisa de componentes, mientras que los talleres de metales se especializan en la creación de rigs y armatures, los esqueletos que permiten el movimiento fluido y natural de los personajes animados.
Entre las diferentes salas tuvimos la suerte de encontrarnos con Omark Vazquez, un portento de la técnica del String, murales espectaculares hechos con cuerdas, en los que se pueden ver la cara de Guillermo del Toro, o los diferentes personajes del Taller del Chucho.
El Taller del Chucho no solo se destaca por sus producciones, sino también por su papel en la comunidad de animación. Colaboran con universidades como Iteso, ofreciendo talleres y programas de formación para nuevos talentos así como 2 residencias, que por el momento son para personas de Guadalajara pero que posiblemente se amplíe para personas de todo el mundo. Esto no solo enriquece la industria local sino que también asegura un flujo constante de nuevas ideas y perspectivas.
El reconocimiento internacional que ha recibido el Taller del Chucho es un testimonio de su calidad y dedicación. Han atraído a visitantes de todo el mundo, curiosos por conocer de cerca el espacio donde se crean algunas de las animaciones más impresionantes. Según nos cuentan desde el taller, reciben numerosos grupos de visitantes cada semana, lo que refleja el creciente interés y admiración por su trabajo
El futuro del Taller del Chucho parece brillante. Con cada proyecto, continúan redefiniendo los estándares de la animación y consolidando su lugar como uno de los estudios más innovadores y respetados del mundo. Desde Guadalajara, siguen inspirando a animadores y artistas de todo el mundo, demostrando que la pasión y la creatividad no tienen límites.