
Osorno sin saber nadar cruza el mar; apareja al EZLN y a su generación
MORELIA, Mich., 21 de diciembre de 2015.- Hace más de 30 años, todos los días a las 5 de la tarde, por el canal 8, esperaba ansiosamente ver a Bruno Díaz y Ricardo Tapia levantar el busto de Shakespeare que tenían en su estudio y apretar el botón que activaba una entrada secreta -vía los batitubos- para transformarse en el caballero obscuro -que de obscuro no tenía nada-.
Batman la serie de televisión influenciada por la moda hippie (¿recuerdan el batisurfing, el batusi, lasfloricriaturas) fue un éxito en los años 60 y en México gracias a sus repeticiones, varias generaciones crecimos viendo a Adam West vestido como ese Batman gordito que contaba con historias ingenuas y villanos completamente caricaturizados, según publica el portal WikiMéxico.
Años más tarde, después de muchos intentos y cuando los efectos especiales lo permitieron se preparó la versión cinematográfica de uno de los superhéroes más conocidos del mundo, me refiero a Superman (Richard Donner, 1978) que contó hasta ese momento con el sueldo más elevado jamás pagado a un actor. (A Marlon Brando que interpretó a Jor-El, el papá de Superman , se le pagaron 12 millones de dólares por 10 minutos que aparece en la cinta).
Pero eso no importó porque la cinta fue un éxito, lo que garantizó 2 secuelas producidas por la Warner y una cuarta -ya con la franquicia gastada-, producida por la Cannon a finales de los 80.
El cine de superhéroes necesitaba resurgir con algo novedoso y que preparara al público para una nueva era, fue así que después de pensarle mucho, la Warner decidió hacer una nueva versión -mas apegada al cómic original- de Batman.
Esta vez sería más sombría, con una historia más madura y respetando la seriedad del cómic. El resultado fue Batman (Tim Burton, 1989) y el cine de superhéroes y cómics cambió para siempre.
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