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SIMOJOVEL, Chiapas, a 25 de mayo de 2015.- Desde las 9:00 de la mañana, hombres y mujeres de esta localidad indígena perteneciente a la etnia Tzotzil, exponen en el parque central los mejores diseños en joyería de ámbar.
En este municipio conocido como “La Tierra del Ámbar”, el 90 por ciento de la población se dedica a extraer de las minas la resina para elaborar con plata, oro y otros metales, pulseras, collares, anillos, aretes, llaveros, dijes, entre otras joyerías, que venden desde los 15 pesos hasta los 3 mil pesos de acuerdo al diseño y material que se utilice.
Simojovel, Ocotal, Pimienta, Los Cocos, Pabuchil y Mina Tunez son algunos de los lugares donde anualmente se extraen unas dos toneladas de ámbar, y la venta de esta resina en bruto, joyería o escultura, representa la principal economía de este municipio con más de 10 mil habitantes.
De acuerdo al comerciante Rogelio Hernández, la extracción y elaboración de joyas y esculturas se inicia desde niño, a partir de los ocho años. “Se va heredando de nuestros padres”, señala.
A este poblado, que se ubica a más de 90 kilómetros de la ciudad de San Cristóbal de las Casas, por carreteras en mal estado, atravesando cerros y montañas, llegan diversos compradores de joyería y para Rogelio Hernández una buena venta al día es de 3 mil pesos, sin embargo, también ha tenido malos días donde ha obtenido ingresos de 200 pesos.
-¿Cómo puedo distinguir si el ámbar es falso?
-Aquí en la tierra del ámbar no le van a vender plástico, pero si tiene dudas ponga la resina al sol y le tiene que dar un color azul.
De acuerdo a creencias, el ámbar tiene algunas propiedades y es utilizado para proteger a niños del “mal de ojo”, de igual forma los adultos lo usan para la buena suerte, además de que la joyería es cotizada por mujeres y hombres.