Futuro secretario de Educación presenta el programa “Chiapas puede”
Mientras integrantes de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) en Oaxaca, saqueaba un domicilio que la Sección 59 ocupaba como bodega, su propietario, Pedro Caballero Bolaños, era golpeado por miembros de esta organización.
Desde el hospital donde está internado por las lesiones, narra las más de tres horas que pasó en su habitación, en la parte alta de su vivienda, sometido a torturas y golpes.
“Me torturaron, me dieron toques, me pusieron unos trapos y me golpeaban, me pateaban, eran como 20, me daban patadas en el estómago”, cuenta.
Pedro Caballero, quien es responsable del jurídico de la Sección 59, dice que por la mañana le avisaron que irían los de la Sección 22 y suspendió la reunión que tenían con directivos de escuelas para entregar los libros y el material escolar.
“Decidimos que se fueran, para que no hubiera problemas”, expone.
Salió a casa de sus hijas, añade, y cuando volvió a su domicilio, ya estaban ahí los integrantes de la Sección 22.
“Escuché al maestro Manuel Francisco Villalobos Ventura, secretario de organización y la auxiliar de Valle, Norma Creyber Cruz, decir con otros maestros ‘este es el perro, el de la foto, el espurio’ y se abalanzaron contra mí”.
Después, les pidió que se llevaran los libros si era su interés, pero que no invadieran su privacidad ni entraran a otros espacios, como la habitación donde duerme, a donde los llevaron a golpes.
Su casa, dice, terminada de construir en 2004, está diseñada para una planta purificadora de agua, por eso guardaron ahí 45 mil libros de texto, lo que equivale a dos tráileres, además de bombas de agua y gasolina, aceite, mangueras, entre otras cosas que también se llevaron.
“Yo vi cuando el maestro Francisco se llevó una bolsa roja, que tenía dentro de un cesto para basura, con un millón y medio de pesos en efectivo, es dinero de la secretaría de Administración y Finanzas de la Sección 59 que estaba guardado ahí después de que entraron a las oficinas y vi cuando se lo llevó”, dice.
Quienes lo llevaron a su habitación, cuenta, le vendaron los ojos. “Solo oía los ruidos, que movían cosas, y la policía no hizo nada”, expuso.
Añade que desde su teléfono celular, quienes lo tenían como rehén estuvieron haciendo llamadas, indicándole qué debía de decir.
“Me hicieron hablar con el presidente de Cuatro Venados, hablé también con alguien de Santiago Apostol, me comprometí a cerrar los módulos, a entregar las escuelas, les dije que no entregaría ningún papel a los alumnos y que los estudios no tenían validez”, menciona.
Todo esto, dice, obligado por los golpes y los toques eléctricos. “Me iban a poner un trapo húmedo en mis testículos, pero hubo alguien, no sé quién, que les dijo que no, me los pusieron en los pies y me daban toques”, cuenta llorando.
Pedro Caballero tiene lesiones en la cabeza, en la cara, una fisura interna en el cráneo, dos dientes a punto de caer y lesiones internas en la parte media del cuerpo, mismas que serán valoradas por médicos para determinar cuándo lo darán de alta.
Asegura que los golpes cesaron hasta que otra persona, una voz de hombre, les dijo que no se valía lo que estaban haciendo, que estaban actuando como delincuentes y que no era la forma.
“Un maestro, creo, les dijo no se vale, esto no es”, y entonces me dejaron, pero ya para entonces se habían llevado todo, no solo los libros, cosas que tengo en mi casa, relojes, de mi estudio sacaron libros, escritorio, la computadora.
Acompañado por sus tres hijas, dice que la única preocupación es que ahora atenten contra su familia, ya que él es uno de los que ha promovido amparos para que el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca (IEEPO) expida los certificados a las escuelas donde trabaja la Sección 59.
“A mí, a mí me pueden hacer lo que quieran, pero que no se metan con ellas, son mis hijas, y se los dije, mátenme si van a hacerlo, porqué me torturan, mejor mátenme si con eso se acaba el problema”.
En medio de su estado emocional alterado, recuerda que cuando lo invitaron a la Sección 59 le advirtieron de los riesgos, pero jamás pensó que llegaran a atentar contra su vida.
“Hubo un momento en que me taparon los oídos con trapos y escuché como cortaban cartucho, me pusieron en la frente, era una pistola, se escuchaba que cortaban cartucho, pero era para torturarme”.
Pedro Caballero ha ocupado distintos cargos dentro del IEEPO y perteneció en algún tiempo a la Sección 22. Ha sido apoderado legal del IEEPO, secretario técnico, asesor del director, en la época de Abel Trejo, entre otras responsabilidades más.
“En 2013 me invitó Joaquín Echeverría a la Sección 59, porque además de ser maestro, soy abogado”, cuenta.
Considera que por la educación de los niños “vale la pena jugarme este riesgo”, y aclaró que lo que dijo bajo amenazas y golpes, “es mentira, yo voy a seguir promoviendo amparos, voy a seguir buscando que le den sus papeles a los niños, dije que ya no porque me torturaron”.
También menciona que al gobernador Gabino Cué le tiene respeto, al igual que a las instituciones, pero le pide al Estado que intervenga para detener hechos de barbarie y de delincuencia que afectan a familias “somos personas, tenemos familia, trabajamos, Oaxaca no merece esto”.
Lamentablemente, dice, es posible que en esta, como en otras ocasiones, tampoco haya justicia.