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CIUDAD DE MÉXICO, 1 de febrero de 2016.- México sigue con el cinturón apretado. El recorte en el gasto iniciado el año pasado por el Gobierno de Enrique Peña Nieto supondrá en 2016 la liquidación de 25.000 plazas en el sector público. El tijeretazo, según fuentes oficiales, se repartirá entre el personal federal (15.000 tanto eventuales como estructurales) y la desfalleciente empresa estatal Petróleos Mexicanos (Pemex), que se enfrenta además a un inminente rescate financiero. Detrás del ajuste se agazapa, nuevamente, la crisis del crudo. El ogro de la economía mexicana.
La caída del barril ha golpeado con dureza las arcas públicas. La partida petrolera ha registrado en 2015 su peor resultado desde 1994, quedándose en 840.000 millones de pesos (46.000 millones de dólares). Este resultado supone pasar de un 30% de ingresos procedentes del crudo al 20%. Una sacudida de 10 puntos, pero ninguna sorpresa.
No sólo el desplome del precio (-49%) y la producción (-6,9%) hacían temer esta bajada, sino que el propio Gobierno, al igual que ha ocurrido con la economía real, se ha puesto como línea maestra reducir esta dependencia petrolera y aumentar los aportes de otras fuentes. Este ha sido precisamente el caso de la recaudación a ciudadanos y empresas.
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