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CIUDAD DE MÉXICO, 21 de marzo de 2016.- El pancracio nacional se vistió de luto el 21 de marzo de 2015 cuando el Hijo del Perro Aguayo falleció tras sufrir un traumatismo cervical durante una función en el Auditorio Municipal de Tijuana, según publica el diario El Universal.
A un año de distancia nada ha cambiado. Las garantías de los luchadores aún no son una prioridad para quienes organizan las funciones; tampoco lo es dotar a los reyes del cuadrilátero de un seguro médico o contar con ambulancias listas para atender cualquier emergencia.
“Hasta el momento todo sigue igual. Una de las razones es que no hay unión entre los luchadores quienes no exigen mejores condiciones de trabajo. Poco se preocupan por saber si existe una ambulancia para emergencias o protocolos en caso de una contingencia”, explica El Hijo del Santo.
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