
Eduardo Ramírez presenta al Gabinete de Seguridad que lo acompañará en su gobierno
Debido al reciente comunicado de parte de la Comisión Nacional del Agua, donde prevé que el fenómeno “El Niño” ha evolucionado de una etapa moderada a intensa, el Sistema Estatal de Protección Civil informa a la población chiapaneca para que conozca las condiciones de este fenómeno.
El nombre de “El Niño” se debe a una anormalidad muy conocida por los pescadores del puerto de Paita en Perú, quienes observaban que las aguas aumentaban su temperatura durante la época navideña atribuyendo este fenómeno al nacimiento del niño Jesús. Cabe destacar que ante este fenómeno los peces desaparecían de la superficie oceánica, deduciendo que esta situación era originada por una corriente de aire caliente procedente del Golfo de Guayaquil, en Ecuador, pero no fue hasta la década de 1960 que se notó que este no era un fenómeno local peruano, y se le asoció con cambios en todo el Pacífico tropical.
El fenómeno de El Niño es un patrón climático que implica cambios en la temperatura de las aguas en la parte central y oriental del Pacífico tropical. En períodos que van de tres a siete años, las aguas superficiales de una gran franja del Océano Pacífico tropical, se calientan o enfrían entre 1 ° C y 3 ° C, en comparación a la normal.
Este calentamiento oscilante es conocido como el ciclo ENOS o ENSO, por sus siglas en inglés, y acompañado de débiles vientos alisios del este afecta directamente las precipitaciones en las zonas tropicales así como cambios en el clima en otras partes del mundo.
Ante esto, cuando la temperatura superficial en el Océano Pacífico incrementa, en el sur de América pueden presentarse lluvias intensas o inundaciones, mientras que para América Central se presentan episodios de sequías severas, que a diferencia del fenómeno “La Niña”, la temperatura de la superficie oceánica se ve disminuida propiciando un potencial de lluvias.
La fase cálida de El Niño suele durar aproximadamente entre 8 y 10 meses, y su ciclo no se presenta de manera periódica, sino que lo hace de manera irregular, cada 2 a 7 años.
Cuando se habla de El Niño intenso, significa que para verano y otoño habrá menos lluvias y condiciones más secas en gran parte de México dando origen a condiciones de sequía intensa en el noroeste, oeste, centro, este y sur del país; mientras que para invierno retornarían levemente las lluvias, aunque en zonas noroeste y suroeste de México, permanecerían las condiciones de sequía.
Las manifestaciones de El Niño intenso comienzan a notarse con la escasez de lluvias, derivando periodos de sequía grave, que podría originar afectaciones en plantaciones y un aumento en el número de incendios.
Este cambio drástico en el clima, puede ser un parteaguas para que se desencadenen problemas sociales como el desabasto de agua, afectaciones en el ganado; y en la población, su salud podría estar expuesta a enfermedades propias de las altas temperaturas, como las gastrointestinales, con las que niños y personas de tercera edad son los más vulnerables.
Sin embargo, las primeras manifestaciones de este fenómeno han comenzado a ser perceptibles, debido a que a nivel estatal, en el periodo del 01 de enero al 25 de agosto se lleva una lluvia promedio mensual acumulada de 822.5 mm, lo que equivale a 35.5% por debajo de lo normal, debido a que en este periodo, lo normal ha sido de 1275.9 mm, de acuerdo a información de la Comisión Nacional del Agua.
Cabe destacar que ha sido en 1997-1998 cuando se registró el mayor número de incendios en Chiapas, derivado de los efectos de “El Niño”, sin embargo reportes de la Conagua señalan que para este 2015 se prevé que en el estado este fenómeno se intensifique, e incluso, supere ese registro histórico.